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Arrizabalaga, A. & De La Peña, P. (2013): El Registro De La Industria Lítica Como Base Para Una Organización Del Gravetiense Cantábrico

Resumen: Debido a su buena representación en todo tipo de yacimientos arqueológicos, la industria lítica ha constituido tradicionalmente la base para la sistematización de las grandes secuencias del Paleolítico superior. En el caso tratado (el

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  El registro de la industria lítica como basepara una organización del Gravetiensecantábrico The lithic record as a basis for the systematizationof Gravettian in Cantabrian region Álvaro Arrizabalaga Grupo de Investigación en Prehistoria (IT-622-13/ UFI 11-09) Dpto. de Geografía, Prehistoria y Arqueología,Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU). C/ Francisco Tomás y Valiente, s/n.01006 Vitoria-Gasteiz (España). [email protected] Paloma de la Peña Institute for Human Evolution and School of Geography, Archaeology and Environmental Studies,University of the Witwatersrand (South Africa). [email protected] Resumen: Debido a su buena representación en todo tipo de yacimientos arqueológicos, laindustria lítica ha constituido tradicionalmente la base para la sistematización de las grandessecuencias del Paleolítico superior. En el caso tratado (el Gravetiense en la región cantábrica) seobserva una especial incidencia de factores variados que relativizan esta capacidad articuladoradel registro lítico: escasez de secuencias estratigráficas largas y bien datadas, desequilibrio en eltratamiento metodológico de la industria lítica, concentración de información radiocarbónica enel tramo inicial del Gravetiense, etc. A la vista del actual estado de la cuestión, resulta difícil esta-blecer analogías entre las grandes propuestas de sistematización elaboradas para Francia oEuropa central y el área cantábrica. Aunque faltan aún numerosas lagunas por completar, podrí-amos avanzar que el registro lítico cantábrico, si bien muestra un importante polimorfismo, noresulta fácil de secuenciar cronológicamente atendiendo a criterios de presencia/ausencia defósiles directores o de modos de explotación y cadenas operativas determinadas. Palabras clave : Sistematización, secuencia, Paleolítico superior, industria lítica.  Abstract: Due to its good representation in all types of archaeological sites, the lithic industry has traditionally formed the basis for the systematization of the great sequences of the UpperPalaeolithic. In this case (the Gravettian in the Cantabrian region), several factors relativize thiscapacity for the articulation of the lithic record: lack of long and well-dated stratigraphicsequences, imbalance in the methodological treatment of the lithics, concentration of radio-carbon data in the initial period of the Gravettian, etc. Given the current state of arts, it is diffi-cult to draw analogies between large systematic proposals made to France or central Europeand the Cantabrian area. Although many gaps still missing to complete, we may advance thatthe Cantabrian lithic record, even if it shows significant polymorphism, is not easy to sequencechronologically according to criteria of presence / absence of typical tools or modes of reduc-tion and specific chaînes operatoires. Keywords: Systematization, sequence, Upper Palaeolithic, lithics. 347 Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 347-368  1. Introducción El Gravetiense constituye uno de los principales fenómenos culturales dentro del desarrollo delPaleolítico superior euroasiático. Cubriendo un vasto espacio geográfico, desde Siberia hasta lapenínsula ibérica, para algunos autores ha alcanzado la consideración de macrocultura. Losprincipales factores que parecen tener un peso muy fuerte en la «moderna» percepción unitariadel Gravetiense, a nuestro entender, son tres: las inhumaciones funerarias de individuos denuestra propia especie que aparecen en diferentes puntos europeos en este momento delPaleolítico superior, el arte mueble y parietal –cuyo representante más señalado siguen siendolas venus paleolíticas– y, por supuesto, la interpretación de las industrias.El Gravetiense se caracteriza por la proliferación de los elementos de dorso (laminitas y puntas), considerado como marcador cultural más evidente en la mayoría de los estudios reali-zados. Esta fue la base de su primera distinción particularista, tanto desde la perspectiva mono-filética, como bi- o trifilética (Breuil, 1912; Peyrony, 1933, 1936; Garrod, 1936). Sin embargo,también se debe destacar que desde entonces ha constituido una de las culturas del Paleolíticosuperior con un mayor número de «facies», es decir, de variantes industriales.En la perspectiva actual, y en virtud de la interpretación de las industrias, su considera-ción ha evolucionado de gran cultura a la de tecnocomplejo. En la mayor parte de los casos,los estudios tecnotipológicos han ratificado las clásicas divisiones tipológicas; en otros, estánempezando a resaltar la enorme variabilidad vinculada a esta pretendida cultura paneuropea,de hecho, se le ha llegado a denominar como el «gran mosaico» Gravetiense ( vid. Roebroeks et al  ., 2000). A escala europea, las industrias siguen constituyendo el principal elemento verte-brador para la comprensión de su desarrollo (Otte y Keeley, 1991; Djindjian y Bosselin, 1994;Nespoulet, 1995; Roebroeks et al  ., 2000; Klaric, 2003; Pessesse, 2010; Moreau, 2010, entre otros).Sin embargo, cada vez más se constata una enorme complejidad relacionada con otras facetasde la cultura material, como por ejemplo, el arte parietal y mobiliar o las manifestaciones fune-rarias (Mussi et al  ., 2000; Soffer, 2000; Henri-Gambier, 2005).Por lo que concierne a la consideración del Perigordiense superior-Gravetiense (según losinvestigadores) en la península ibérica, a partir de los años 70 y 80 se retomaron y estudiaron varias secuencias y se reestructuraron, bajo este nuevo marco, los modelos sobre el Paleolíticosuperior inicial mediante la introducción de los métodos tipológico-estadísticos (McCollough,1971; González Echegaray y Freeman, 1971, 1973; González-Echegaray, 1980; Barandiarán, 1980;Bernaldo de Quirós, 1982; Cacho, 1981, Fortea et al  ., 1983, entre otros). A principios de la década de los años 80 del siglo pasado, la visión que se tenía delGravetiense/Perigordiense superior a escala peninsular resultaba manifiestamente contradictoria.Por un lado, el estudio de F. Bernaldo de Quirós sobre el Paleolítico superior inicial en la regióncantábrica concluyó que la evidencia del Perigordiense superior estaba representada débilmente y de manera tardía y no constituía un «grupo cultural» diferente al del Auriñaciense (Bernaldo deQuirós, 1981). Por otro lado, la revisión efectuada por C. Cacho de la colección Siret del SE penin-sular obtuvo una conclusión diametralmente opuesta: esta zona se presentaba como fuertementeperigordiense y éste, como principal indicio del comienzo del Paleolítico superior (Cacho, 1981;Fortea et al  ., 1983). Las propuestas desde los años 90 han oscilado entre dotar a esta supuestacultura o complejo, según los autores, o bien de una gran importancia (Arrizabalaga, 1995;Barandiarán et al  ., 1996; Zilhão, 1997; Villaverde y Román, 2004; Fullola et al  ., 2007; Arrizabalaga,2007-2008; Foucher et al  ., 2008; de la Peña, 2009; Mangado ed., 2010; de la Peña, 2011); o bien aatribuirle una escasa relevancia y una influencia tardía (Iturbe et al  ., 1993; Sacchi et al  ., 1996).En este trabajo vamos a sintetizar el estado de la cuestión asociado a esta cultura en elmarco cantábrico, centrándonos únicamente en la industria lítica, principal eje vertebrador para 348 Álvaro Arrizabalaga y Paloma de la PeñaPensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 347-368  su comprensión hasta el momento. Los trabajos en torno a esta cultura en los últimos años,sobre todo en el área oriental y pirenaica, han sido abundantes, como vamos a tratar de sinte-tizar aquí; aunque su desarrollo dista aún de poder ser descrito de manera pormenorizada(Barandiarán, et al  ., 1996; Arrizabalaga, 2007-2008; Arrizabalaga e Iriarte, 2010). 2. El ámbito cantábrico El Paleolítico superior cantábrico resulta, tanto en su arquitectura, como en su base conceptual,fuertemente mimético de los modelos que emanan de la región francesa de la Dordogne y, enmenor medida, del marco norpirenaico. Los esquemas evolutivos del Paleolítico superior inicialformulados sucesivamente por Breuil, Peyrony y Garrod van a trasmitirse directamente a laregión cantábrica, fruto de la actividad de investigadores franceses en proyectos como El Castillo(Breuil) o El Pendo (Cheynier). Este es el motivo por el cual va registrándose una translocaciónde la denominación del periodo que ha generado cierta confusión entre quienes no conocenbien la historiografía del Paleolítico: durante las actividades anteriores a la Guerra CivilEspañola, se emplea mayoritariamente la denominación propuesta por Breuil (Auriñaciensesuperior), mientras que la propuesta bifilética de Peyrony (Perigordiense superior), remodeladapor Sonneville-Bordes (Perigordiense IV, V) se impone luego, hasta finales de los años 80 delsiglo pasado. Salvo contadas excepciones, el término Gravetiense (  sensu Garrod) sólo se haempleado de modo predominante durante los últimos veinticinco años. Esta circunstancia nopasaría de ser una curiosidad historiográfica de no vincularse al empleo de la nomenclatura«perigordiense» dos determinantes, a saber, el fuerte vínculo paleoétnico que implica el uso detal sistemática y la relación filética y evolutiva que establece entre el Castelperroniense (antiguoPerigordiense inferior) y el Gravetiense. Añadiremos que, quien no estuviese al tanto de estosdetalles podría, fácilmente, infravalorar la representación del Gravetiense en el Cantábrico. Estosson los dos motivos (los valores ligados a la base de su sistematización y la correcta ubicaciónde la región cantábrica en su más amplio marco del sudoeste europeo) que aconsejan desecharde modo rápido e irreversible los términos alternativos al Gravetiense, sea por imprecisos(Perigordiense superior) o por inadecuados (Perigordiense IV o V, Noaillense, etc.) en nuestraopinión. Resumiendo, podríamos argumentar que la investigación del Gravetiense cantábricosólo ha adquirido una dimensión propia (y de alcance creciente) una vez que el periodo haconsolidado una verdadera identidad. Aunque no resulta sencillo de rastrear, tres parecen ser las iniciativas que sacan a la luzniveles gravetienses en la región cantábrica antes de la Guerra Civil Española: las excavaciones deBreuil, Obermaier y Alcalde del Río en la cueva de El Castillo; las del Conde de la Vega del Sella,en Cueva Morín, Cueto de la Mina o la cueva del Conde; finalmente, los trabajos de Aranzadi,Barandiarán y Eguren en Santimamiñe, Bolinkoba o Ermittia. Las décadas de postguerra resultanbastante inútiles a estos efectos, con la excepción de la excavación de la cueva de El Pendo.Nuevamente, a partir de la reexcavación de finales de los años 60 del siglo pasado de CuevaMorín, se actualiza la metodología de estudio y el interés por estas cronologías, que van a conocerun auténtico empujón a partir de los años 80 (nuevas excavaciones en Amalda, Aitzbitarte III, Antoliñako koba, Bolinkoba, El Cuco, La Garma, La Viña, Llonín o Sopeña, entre otros). A estosconjuntos de cuevas y abrigos comienzan a incorporarse algunos depósitos al aire libre(Mugarduia Sur, Irikaitz, Ametzagaina) con una casuística tafonómica que viene al caso citar, porsu trascendencia en el marco europeo: la ausencia de industria ósea conservada, que realza aúnmás la industria lítica como marcador cronocultural y tecnotipológico del Gravetiense.Tanto por su abundancia relativa en el marco del registro arqueológico paleolítico, comopor la prolongada tradición de estudios tipológicos asociados a la sistemática cronoestratigrá-fica, la industria lítica ha representado también un puntal en la descripción de sus conjuntos. 349 El registro de la industria lítica como base para una organización del Gravetiense cantábricoPensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 347-368   Aún cuando la pieza concreta esté en paradero desconocido, resulta llamativo que el conde dela Vega del Sella incluyera en la primera memoria de Cueva Morín (1921) una característicapunta de La Font-Robert. Igualmente, la primera reflexión profunda acerca del Gravetiensecantábrico, formulada por McCollough (1973), partiendo de la desigual distribución de un útiltan peculiar como los buriles de Noailles, aboca al autor a proponer la tipificación de un«Noaillense», de fuerte carga etnográfica, para la región.Finalmente, a partir de los años 90 del siglo pasado, y como consecuencia de la coinci-dencia de una reactivación de las labores de campo, el cambio de ciclo historiográfico antescitado y la aplicación de los nuevos protocolos de análisis lítico (tecnológico y tipológico) seobserva una apreciable progresión en el conocimiento, que intentaremos sintetizar en lassiguientes líneas. 3. Objetivos En los anteriores apartados hemos intentado matizar cómo ha influido la evolución historiográ-fica de nuestra perspectiva sobre el Gravetiense (en el marco europeo y cantábrico) para lacomprensión global del periodo y, en particular, para interpretar su registro lítico. En síntesispodríamos concluir que el Gravetiense sufre un larguísimo periodo de indefinición, en el que–quizás por defecto– algunos factores de consistencia discutible (el primer aparato funerarioextendido, la presencia de «venus», convergencias en la cultura material) se emplean paraetiquetar tecnocomplejos distantes bajo una sistemática única. El avance en las investigaciones y la multiplicación de los depósitos excavados durante las últimas décadas, lejos de diluir ladiversidad interna del Gravetiense, la ha acrecentado, aunque nos ha proporcionado en para-lelo herramientas adecuadas para medir y valorar esta diversidad. El interés arqueológico demedir la diversidad interna del Gravetiense radica en primer lugar en atestiguar si nos encon-tramos ante un constructo formal, carente de entidad única, o si existe una identidad comúnque abarque a las diferentes formas de Gravetiense. Porque de ser así, el siguiente paso seríatratar de explicar la variabilidad interna de las formas materiales del Gravetiense de acuerdo adistintas alternativas: evolución diacrónica, especializaciones funcionales, adaptación a dife-rentes formatos de yacimiento, etc. La tradición académica francesa ha venido interpretando esta variabilidad en términos de diacronía, conformándose fases sucesivas del Gravetiense, cuya validez para el Cantábrico queremos evaluar. 4. La tecnología lítica Los estudios de tecnología lítica en el ámbito cantábrico todavía son muy escasos. Si bien, enla mayor parte de las monografías y artículos especializados se incluyen menciones a aspectostecnológicos. Asimismo, en el marco oriental, donde fundamentalmente se ha aplicado laTipología Analítica, las descripciones toman siempre en cuenta la dimensión tecnológica.En el reciente estudio de Aitzbitarte III sector exterior (Ríos-Garaizar et al  ., 2012, y de laPeña, 2011) se han descrito de manera extensa los aspectos tecnológicos (véase también en este volumen el trabajo sobre Aitzbitarte III). El estudio del material lítico de los niveles IV y Va (sectorexterior) se ha documentado una talla de laminitas que se llevó a cabo a través de núcleos pris-máticos, piramidales y de núcleos-buril (fig. 1). Por lo que se refiere a la talla de soportes mayores,se realizó a partir de prototipos muy similares: prismáticos y piramidales unipolares.Probablemente existió una reducción progresiva de los mismos, otorgando soportes laminares queiban desde los 30 mm de anchura a aproximadamente los 10 mm. Por debajo de esta anchura,los núcleos se abandonarían o se continuaría la talla para la obtención de módulos menores. 350 Álvaro Arrizabalaga y Paloma de la PeñaPensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 347-368  351 El registro de la industria lítica como base para una organización del Gravetiense cantábricoPensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 347-368 Figura 1. Algunos ejemplos de núcleos prismáticos y piramidales unipolares para la talla de láminas y laminitas de lascuevas de Alkerdi (nivel 2) (Cava et al. , 2009) y Aitzbitarte III (sector ext.) (niveles IV y Va) (de la Peña, 2011).