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Aspectos Del Cuento, Cortázar

Descripción: Aspectos Del Cuento

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Aspectos del cuento Julio Cortázar  Puesto que voy a ocuparme de algunos aspectos del cuento como género literario, y es  posible que algunas de mis ideas sorprendan o choquen a quienes las lean, me parece de una elemental honradez definir el tipo de narración que me interesa, sealando mi especial manera de entender el mundo! Casi todos los cuentos que he escrito pertenecen al género llamado fantástico por falta de me"or nombre, y se oponen a ese falso realismo que consiste en creer que todas las cosas  pueden describirse y e#plicarse como lo daba por sentado el optimismo filosófico y cient$fico del siglo %&''', es decir, dentro de un mundo regido más o menos armoniosamente por un sistema de leyes, de principios, de relaciones de causa y efecto, de psicolog$as definidas, de geograf$a bien cartografiadas! (n mi caso, la sospecha de otro orden más secreto y menos comunicable, y el fecundo descubrimiento de Alfred Jarry, para quien el verdadero estudio de la realidad no resid$a en las leyes sino en las e#cepciones a esas leyes, han sido algunos de los principios orientadores de mi b )squeda  personal de una literatura al margen de todo realismo demasiado ingenuo! Por eso, si en las ideas que siguen encuentran ustedes una predilección por todo lo que en el cuento es e#cepcional, trátese de los temas o incluso de las formas e#presivas, creo que esta  presentación de mi propia manera de entender el mundo e#plicará mi toma de posesión y mi enfoque del problema! (n )ltimo e#tremo podrá decirse que solo he hablado del cuento tal y como yo lo practico! * sin embargo, no creo que sea as$! +engo la certidumbre de que e#isten ciertas constantes, ciertos valores que se aplican a todos los cuentos, fantásticos o realistas, dramáticos o humor$sticos! * pienso que tal vez sea  posible mostrar aqu$ esos elementos invariables que dan a un buen cuento su atmósfera  peculiar y su calidad de obra de arte! a oportunidad de cambiar ideas acerca del cuento me interesa por diversas razones! &ivo en un pa$s -.rancia- donde este género tiene poca vigencia, aunque en los )ltimos aos se nota entre escritores y lectores un interés creciente por esa forma de e#presión! /e todos modos, mientras los cr$ticos siguen acumulando teor$as y manteniendo enconadas polémicas acerca de la novela, casi nadie se interesa por la problemática del cuento! &ivir como cuentista en un pa$s donde esta forma e#presiva es un producto casi e#ótico, obliga forzosamente a buscar en otras literaturas el alimento que all$ falta! Poco a poco, en sus te#tos originales o mediante traducciones, uno va acumulando casi rencorosamente una enorme cantidad de cuentos del pasado y del presente, y llega el d$a en que puede hacer un balance, intentar una apro#imación valorativa a ese género de tan dif$cil definición, tan huidizo en sus m)ltiples y antagónicos aspectos, y en )ltima instancia tan secreto y replegado en s$ mismo, caracol del lengua"e, hermano misterioso de la poes$a en otra dimensión del tiempo literario! Pero además de ese alto en el camino que todo escritor debe hacer en alg)n momento de su labor, hablar del cuento tiene un interés especial para nosotros, puesto que casi todos los pa$ses americanos de lengua espaola le están dando al cuento una importancia e#cepcional, que "amás hab$a tenido en otros pa$ses latinos como .rancia o (spaa! (ntre nosotros, como es natural en las literaturas "óvenes, la creación espontánea precede casi siempre al e#amen cr$tico, y está bien que as$ sea! 0adie puede pretender que los cuentos sólo deban escribirse luego de conocer sus leyes! (n primer lugar, no hay tales leyes1 a lo sumo cabe hablar de puntos de vista, de ciertas constantes que dan una estructura a ese género tan poco incasillable1 en segundo lugar los teóricos y los cr$ticos no tienen po r qué ser los cuentistas mismos, y es natural que aquellos sólo entren en escena cuando e#ista ya un acervo, un acopio de literatura que permita indagar y esclarecer su desarrollo y sus cualidades! cuent stas tra a a es e com enzos e s g o, s n conocerse entre s , escu r n ose a veces de manera casi póstuma! .rente a ese panorama sin coherencia suficiente, en el que  pocos conocen a fondo la labor de los demás, creo que es )til hablar del cuento por encima de las particularidades nacionales e internacionales, porque es un género que entre nosotros tiene una importancia y una vitalidad que crecen de d$a en d$a! Alguna vez se harán las antolog$as definitivas -como las hacen los p a$ses anglosa"ones, por e"emplohttp://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/aspectos_del_cuento.htm y se sabrá hasta dónde hemos sido capaces de llegar! Por el momento no me parece in)til hablar del cuento en abstracto, como género literario! 3i nos hacemos una idea convincente de esa forma de e#presión literaria, ella podrá contribuir a establecer una escala de valores para esa antolog$a ideal que está por hacerse! 4ay demasiada confusión, demasiados malentendidos en este terreno! 2ientras los cuentistas siguen adelante su tarea, ya es tiempo de hablar de esa tarea en s$ misma, al margen de las personas y de las nacionalidades! (s preciso llegar a tener una idea viva de lo que es el cuento, y eso es siempre dif$cil en la medida en que las ideas tienden a lo abstracto, a desvitalizar su contenido, mientras que a su vez la vida rechaza angustiada ese lazo que quiere echarle la conceptualización para fi"arla y categorizarla! Pero si no tenemos una idea viva de lo que es el cuento habremos perdido el tiempo, porque un cuento, en )ltima instancia, se mueve en ese plano del hombre donde la vida y la e#presión escrita de esa vida libran una batalla fraternal, si se me permite el término1 y el resultado de esa batalla es el cuento mismo, una s$ntesis viviente a la vez que una vida sintetizada, algo as$ como un temblor de agua dentro de un cristal, una fugacidad en una permanencia! 3ólo con imágenes se  puede trasmitir esa alquimia secreta que e#plica la profunda resonancia que un gran cuento tiene entre nosotros, y que e#plica también por qué hay muchos cuentos verdaderamente grandes! Para entender el carácter peculiar del cuento se le suele comparar con la novela, género mucho más popular y sobre el cual abundan las preceptivas! 3e seala, por e"emplo, que la novela se desarrolla en el papel, y por lo tanto en el tiempo de la lectura, sin otro l$mite que el agotamiento de la materia novelada1 por su parte, el cuento parte de la noción de l$mite, y en primer término de l$mite f$sico, al punto que en .rancia, cuando un cuento e#cede las veinte páginas, toma ya el nombre de nouvelle, género a caballo entre el cuento y la novela propiamente dicha! (n ese sentido, la novela y el cuento se de"an comparar analógicamente con el cine y la fotograf$a, en la medida en que una pel$cula es en principio un 5orden abierto5, novelesco, mientras que una fotograf$a lograda  presupone una ceida limitación previa, impuesta en parte por el reducido campo que abarca la cámara y por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación!  0o sé si ustedes han o$do hablar de su arte a un fotógrafo profesional1 a m$ siempre me ha sorprendido el que se e#prese tal como podr$a hacerlo un cuentista en muchos aspectos! .otógrafos de la calidad de un Cartier-6resson o de un 6rasai definen su arte como una aparente parado"a7 la de recortar un fragmento de la realidad, fi"ándole determinados l$mites, pero de manera tal que ese recorte act)e como una e#plosión que abre de par en par una realidad mucho más amplia, como una visión dinámica que trasciende espiritualmente el campo abarcado por la cámara! 2ientras en el cine, como en la novela, la captación de esa realidad más amplia y multiforme se logra mediante el desarrollo de elementos parciales, acumulativos, que no e#c luyen, por supuesto, una s$ntesis que dé el 5cl$ma#5 de la obra, en una fotograf$a o en un cuento de gran calidad se  procede inversamente, es decir que el fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger  y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no solamente valgan  por s$ mismos, sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucha más allá de la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento! 8n escritor argentino, muy amigo del bo#eo, me dec$a que en ese combate que se entabla entre un te#to apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out ! (s cierto, en la medida en que la novela acumula progresivamente sus efectos en el lector, mientras que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases! 0o se entienda esto de masiado literalmente, porque el buen cuentista es un bo#eador muy astuto, y muchos de sus