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La Autopercepción De Los Reclusos Sobre El éxito Y Fracaso De La Inserción

LA AUTOPERCEPCIÓN DE LOS RECLUSOS SOBRE EL ÉXITO Y FRACASO DE LA INSERCIÓN Autores/as: Iñaki Aznarez Sola Tinixara González Acevedo Paloma Esther Guillén Correa Saray Hernández Hernández Julie Lenaerts

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LA AUTOPERCEPCIÓN DE LOS RECLUSOS SOBRE EL ÉXITO Y FRACASO DE LA INSERCIÓN Autores/as: Iñaki Aznarez Sola Tinixara González Acevedo Paloma Esther Guillén Correa Saray Hernández Hernández Julie Lenaerts Luis Muñoz Gallardo Rebeca Prieto Jiménez Laura Reverón Concepción Enma Renata Rodríguez Barreto Esther Rodríguez García Cathaysa Sánchez Darias Saray Suárez Perera Sara Suárez Santos Ancle Van de Velde 1 ÍNDICE 1. Introducción. 2. Breve recorrido histórico sobre la reincidencia y rehabilitación de los reclusos. 3. Programas y proyectos existentes sobre la reinserción social y la rehabilitación. 4. Poder Rehabilitador de las penitenciarías. 5. La cárcel y sus consecuencias. 6. Perfil de los reclusos reincidentes. 7. Factores que inciden en la reincidencia. -Factores Sociales -Factores familiares -Factores biológicos 8. Datos estadísticos sobre la reincidencia en España 9. Metodología. -Objetivo del estudio. - Hipótesis. - Tipo de diseño. - Muestra. - Técnicas e instrumentos técnicos utilizados. - Análisis de los datos. 10. Conclusiones. 11. Anexos. - Entrevistas a los reclusos. - Entrevistas al alumnado. - Análisis de los resultados. 2 1. INTRODUCCIÓN En la actualidad, muchos profesionales que trabajan en el ámbito de lo social, se plantean si los centros penitenciarios son centros que realmente ayudan a la persona a reincorporarse en la sociedad, o por el contrario agravan la situación del sujeto. Ya que muchos ex-reclusos, vuelven a delinquir tras haber estado internados en estos centros. Es lo que denominamos reincidencia. La reincidencia afecta a las personas, a las familias, y a la sociedad en general Una persona que reincide, no tiene porque ser siempre una persona con un status o una situación socio-económica baja, ya que cualquiera puede reincidir, pues no depende ni de clases sociales ni de prestigio laboral, basta con cometer un acto en contra de nuestra Constitución del 78. Según Guillermo Maciel (Columnista de Opiniones de Vanguardia), la violencia es el primer aspecto importante que afecta a que las personas ex-reclusas vuelvan a reincidir, pero también al resto de la población. Ya que en la actualidad se ha convertido en un hecho infrenable, tanto que ha producido crisis en las infraestructuras carcelarias en la mayoría de los países, tanto sub-desarrollados como desarrollados. En la actualidad, el objetivo de estos centros no es únicamente el cumplimiento de la condena, sino también una reinserción positiva basada en un crecimiento personal del recluso. La principal problemática que ha existido en años anteriores era la falta de financiación que esto conlleva, ya que se priorizaba otras necesidades sociales, además del aumento de prejuicios sociales que se originaban. Desde hace años lo que se intenta es implantar nuevas modalidades que apunten al doble objetivo de mejorar las condiciones de descongestionar el hacinamiento presente en la mayoría de centros de reclusión y simultáneamente organizar una rápida respuesta a la necesidad de nuevos centros penitenciarios que impliquen a su vez disminuir el costo inmediato para las arcas del Estado. De una forma más específica, para una mayor eficacia con respecto a la reinserción social de los reclusos, intentando que la reincidencia valla cada vez decreciendo, Tenerife cuenta con el primer Centro de Inserción Social de Canarias que se estrenará en marzo del La instalación está ubicada junto a la antigua cárcel Tenerife I, en Santa Cruz, y dispondrá de 150 habitaciones dobles y estará destinada a aquellos reclusos que cumplen el último tramo de sus penas. Es la primera de estas características que existe en Canarias y su inversión total alcanza casi los 9 millones de euros. A nivel nacional Mercedes Gallizo, pide ampliar el Plan de Creación de Centros Penitenciarios, ya que según ella, el sistema penitenciario está haciendo frente a uno de los mayores retos del período democrático, como consecuencia del aumento de 3 población reclusa debido a las sucesivas reformas penales y a la aprobación de nuevas leyes en relación con la violencia de género y la seguridad vial . Explicó que en los nueve primeros meses de 2008 la población ha crecido un 7,82 por ciento (4.514 personas más), lo que supone un incremento superior al registrado en todo 2007 , al tiempo que recalcó que el número de presos aumentó un 60 por ciento en los últimos ocho años, pasando de a Para Gallizo, los incrementos de población reclusa pueden provocar que el esfuerzo de la Administración no sea suficiente para absorber el impacto de las modificaciones legislativas desarrolladas hasta ahora . Si la tendencia al crecimiento no varía, tendremos que pensar en incorporar una nueva ampliación del Plan de Amortización y Creación de Centros Penitenciarios , para incrementar, tanto las celdas para régimen ordinario, como las de régimen abierto , recalcó. Este Plan ya está en marcha y ha motivado la construcción de cuatro centros penitenciarios, a los que seguirán, en esta legislatura, otros once nuevos centros tipo, así como la segunda ampliación del Centro de Lanzarote (Canarias). Los nuevos centros se ubicarán en Archinoda (Málaga), Mahón (Menorca), San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), Puerto del Rosario (Fuerteventura), Soria, Ceuta, Campos del Río (Murcia), Pamplona (Navarra), Comunidad Valenciana, Iruña de Oca (Álava) y Zubieta (Guipúzcoa). En total, se pondrán en funcionamiento a lo largo de la legislatura, según Gallizo, un mínimo de celdas, preparadas para su uso doble si es preciso , funcionales y complementarias. En esta legislatura se concluirá también el programa de construcción de nuevos Centros de Inserción Social (26), cuatro Unidades de Madres y se proseguirá el programa de acondicionamiento de nuevas Unidades de Custodia Hospitalaria. Actualmente el sistema penitenciario español gestionado por la Administración General del Estado (sólo Cataluña queda fuera) cuenta con 70 centros penitenciarios, 15 Centros de Inserción Social, diez establecimientos para internos en régimen abierto y 46 Unidades de Custodia Hospitalaria. Entre todos ellos suman celdas. A nivel más global España ya tiene la tasa de reclusos más alta de Europa, 157 por cada habitantes, tras superar a Gran Bretaña, que estaba en 152. La tercera posición la ocupa Holanda, con 126 reclusos, seguida de Austria y Portugal, con 105, mientras que los países con menor población presa son Dinamarca (67), seguido de Italia (75), Suecia (79) y Alemania (88). Francia tiene una tasa de 91 por cien mil habitantes. 4 2. BREVE RECORRIDO HISTÓRICO SOBRE LA REINCIDENCIA Y LA REHABILITACIÓN DE LOS RECLUSOS La utilización de la prisión como lugar de reclusión público de condenados, que permanecen privados de libertad ambulatoria y sometida a un régimen específico durante un determinado periodo de tiempo, es tardía en la historia de la humanidad. Tan solo debemos remontarnos a finales del Siglo XVIII. Sin embargo, la idea de encierro como forma de castigo surge en la Grecia antigua para la retención de los deudores en las casas de los acreedores, en donde eran tratados como esclavos a pan y agua hasta que subsanaban su deuda, o en el Derecho Romano donde aparece la ergástula (ergastulum) o arresto de los esclavos en una habitación dentro de la casa del amo. Este tipo de cárcel tenía carácter doméstico o privado, pues era misión del paterfamilias determinar si la reclusión había de ser temporal o definitiva. De ningún modo se puede encontrar en esta época histórica los cimientos de la cárcel entendida como lugar de cumplimiento de penas, ya que las penas a aplicar se resumían prácticamente en la pena de muerte. Únicamente se puede aludir a un origen remoto de la prisión en el caso de las cárceles de deudores, cuya finalidad era más bien coactiva y asegurativa, y no punitiva. 2.1 La prisión en la Edad Media y en el Antiguo Régimen Durante la Edad Media y el Antiguo Régimen la prisión fue concebida como cárcel de custodia, en la cual los sujetos eran comúnmente encerrados en mazmorras, calabozos, torreones, etc. y no servía para otros fines sino los de amparo de los sujetos que esperaban ser juzgados o ejecutados. La prisión era por tanto concebida como una medida procesal de carácter instrumental y no penal. En estas épocas también aparecen otro tipo de cárceles diferentes a la cárcel de custodia, en la cuales la privación de libertad llegó a constituir incluso un privilegio para ciertos estamentos sociales. Así, la denominada prisión de estado se aplicaba a la nobleza a la cual no se quería imponer la pena capital. Carecen de local fijo, y se utilizan castillos, fortalezas o palacios señoriales. En el Derecho Canónico se utilizaba la reclusión en monasterios (prisión canónica o monacal) para los clérigos que incurrieran en penas eclesiásticas. Dicha privación de libertad aislada se encontraba muy condicionada por la idea de enmienda del delincuente mediante la meditación, que era la pena principal del Derecho Canónico y consistía en la reclusión en un ala de los monasterios de aquellos clérigos que hubiesen infringido una norma eclesiástica, para que por medio de la oración lograsen su corrección. Se exigía que cada celda monacal tuviese luz para que el hermano pecador pudiera leer los libros sagrados, además debían cumplir un estricto régimen disciplinario realizando trabajos manuales en sus celdas. Este nuevo planteamiento de encierro penitencial y correccional influirá tiempo después en los postulados institucionales del castigo carcelario, pues de forma lenta se irá reduciendo la barbarie del sistema penitenciario para seguir el rumbo marcado por la Iglesia. 5 2.2 Las casas de trabajo o de corrección En los siglos XVI y XVII se da en algunos países europeos unas circunstancias de carácter socioeconómico o ideológico que permiten la aparición de los antecedentes modernos de la prisión: las casas de trabajo o de corrección. En primer lugar, se produce un gran descenso de la población debido a la alta mortalidad originada principalmente por las guerras y las epidemias que asolaron a Europa. En segundo lugar se inicia una época de pre-industrialización, que requiere una importante mano de obra no disponible en las ciudades, lo que provoca un enorme éxodo del campo a la ciudad y como consecuencia de ello la aparición de una población marginal y ociosa que planteaba problemas de orden públicos ( mendigos, prostitutas, menores abandonados, vagabundos, ) Las autoridades de la época consideraron oportuno internar indefinidamente a estos sujetos y vieron la posibilidad de aprovechar la mano de obra barata que podían proporcionar. Todo ello se vio influido por la reforma protestante de luteranos y calvinistas, que defendía la idea de la corrección y la creación de nuevos hábitos a través del trabajo bajo una disciplina muy severa y acorde a la nueva moral religiosa, en donde era muy frecuente los castigos consistentes en azotes, cadenas, ayunos o las famosas celdas de agua en donde el individuo debía sacar el agua que invadía la celda para salvar su vida. 2.3 La prisión como centro de detección Es en el siglo XVIII cuando surge la prisión entendida como lugar en el que cumplir la pena. Este fenómeno se debe a la confluencia de diversos factores. En primer lugar la influencia de las ideas de la Ilustración. La libertad individual alcanza un valor preeminente en la sociedad. Las ideas humanitarias arremeten contra los castigos corporales e infamantes. Las ejecuciones públicas de la pena de muerta comienzan a plantear problemas de orden público, provocados por las espontáneas reacciones emocionales de compasión hacia el condenado y de indignación hacia el verdugo. Por otro lado, la pena de prisión responde al ideal racionalista de proporción y precisión, en la medida en que permite ajustar la cantidad de pena a la gravedad del delito. En segundo lugar, se produce una importante transformación socioeconómica, consistente en un aumento considerable de la población, una progresiva mecanización del trabajo y una fuerte presión migratoria a las ciudades, lo que conlleva un excedente de la mano de obra por lo que era complicado colocar en el mercado las procedentes de las casas de trabajo. En tercer lugar el surgimiento de un nuevo modelo político, el Estado moderno, se muestra capaz de sumir la organización de unas instituciones penitenciarias permanentes enfocadas exclusivamente a la reclusión de los delincuentes. 6 Por último la prisión se ajusta a los nuevos ideales de disciplina y de distribución del espacio y del tiempo. El encarcelamiento permite hacer efectivo el ideal del cristiano del arrepentimiento del culpable. Pero muy pronto estas prisiones se ven desbordadas y surge la necesidad de acondicionar otros lugares para albergar gran número de recursos. Muy famoso en países como Inglaterra o España los barcos pontones (navíos en desuso atracados en puertos o riberas). El aumento de la población penitenciaria es uno de los principales motivos, junto a otras razones de carácter económico y político que llevan a la deportación de los presos. Se trata del destierro a un lugar muy lejano de la comisión del delito, con el fin de evitar el retorno del recluso, al que se obliga a realizar trabajos de colonización. La deportación se realizó a las colonias inglesas, Australia y a las colonias españolas de América, Oceanía y África o a las colonias francesas y holandesas de las Guayanas. 2.4 Franquismo En España, las cárceles se fueron llenando de personas con delitos como ser fiel a la República o tener orientación homosexual. A medida que las tropas sublevadas de Franco fueron ganando terreno, dejando las cárceles llenas y teniendo que recurrir a lugares de reclusión improvisados, las situaciones precarias de los presos se veían reflejadas también en otros aspectos como los regímenes de visitas, que los más afortunados podían cumplir (en la mayoría de los casos los familiares no sabían dónde se encontraban los presos). Estos regímenes se limitaban a un día de visita al mes en el que le era permitida la entrada a dos familiares tras ser registrados y reconocidos como tal. La mayoría de ellos traían paquetes con comida o ropa, que difícilmente llegaban a los presos. En cuanto a la higiene también se encontraban en condiciones pésimas pues en la mayoría de las cárceles no disponían de lavabos o duchas, y en las que había, no les estaba permitido su uso; la limpieza de las celdas (que generalmente tenían que ser compartidas por falta de espacio) corría a cuenta de los presos. Esta falta de higiene era una de las causas por las que la cárcel estaba repleta de enfermos, los cuales no eran atendidos como necesitaban debido a la falta de médicos, medios y material, aparte de que para los carceleros los presos no tenían valor alguno. 2.5 Democracia Con el establecimiento de la democracia en España, la forma de vida en las cárceles cambió en cuanto el país se adaptó a la nueva situación, y los presos políticos tras la muerte de Franco fueron liberados. El gran hecho que hizo posible un cambio en el sistema penitenciario español fue sin duda la aprobación de la actual Constitución Española en 1978, en la que se recogen las bases y las leyes actuales. A partir de este momento el modo de vida de los presos fue cambiando en varios aspectos; los trabajos forzados desaparecieron como tal, pero todavía se conserva una 7 actividad laboral muy poco remunerada en la que no se llega a los niveles de un trabajo digno. El control de las visitas y comunicaciones (ya sean escritas o telefónicas) disminuyó aunque no en demasía debido a que aún reinaba una inestabilidad general y a la creación de la banda terrorista GRAPO, que hizo que el Estado se centrara en hacer leyes que penaran los actos de terrorismo. Después del establecimiento de la Constitución, pasó mucho tiempo hasta que se creó la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, el Reglamento penitenciario y la Ley Orgánica General Penitenciaria, que actualmente regulan todo lo referente al sistema penitenciario español. 8 3. PROGRAMAS Y PROYECTOS EXISTENTES SOBRE LA REINSERCIÓN SOCIAL Y LA REHABILITACIÓN Actualmente, no existen planes ni programas de inserción social y laboral para reclusos a nivel estatal. El reglamento penitenciario afirma que las prisiones tienen una función rehabilitadora y socializadora. Los centros penitenciarios diseñarán programas formativos orientados a desarrollar las aptitudes de los internos, enriquecer sus conocimientos, mejorar sus capacidades técnicas o profesionales y compensar sus carencias (Art. 110); también dichos centros, Utilizaran los programas y las técnicas de carácter psicosocial que vayan orientadas a mejorar las capacidades de los internos y a abordar aquellas problemáticas específicas que puedan haber influido en su reincidencia (Art.110). Las prisiones se acogen al Plan Nacional Sobre drogas y realizan en los Centros penitenciarios los programas de atención especializada en drogodependencias que precisan los internos que voluntariamente lo soliciten. Para la realización de programas permanentes relativos a drogodependencias, el Centro Directivo podrá disponer de departamentos específicos ubicados en diferentes áreas geográficas para evitar, en lo posible, el desarraigo social de los internos que sigan un programa en ellos (Art.116, Programas de actuación especializada). En cuanto a la inserción laboral la Administración Penitenciaria recibe tradicionalmente fondos con destino a programas de formación para la inserción laboral de los r eclusos, procedentes del INEM y del Fondo Social Europeo. En los últimos años se ha venido diversificando y ampliando el contenido de los programas para la inserción laboral de los reclusos de modo que comprendan módulos de formación téoricopráctica, orientación laboral y acompañamiento para la inserción laboral. Desde hace algunos años se han aplicado, módulos de orientación laboral y, a título experimental, módulos de acompañamiento para la inserción laboral. Los itinerarios formativos pueden comprender: - Módulos teórico-prácticos de formación profesional ocupacional impartidos a través de los denominados cursos tradicionales o mediante ocupaciones. - Módulos de orientación laboral - Módulos de acompañamiento para la inserción. - Módulos dirigidos a colectivos específicos, en su caso: mujeres, jóvenes, etc. De este modo el itinerario formativo para la inserción laboral quedaría definido como el conjunto de actuaciones a través de las cuales la población reclusa puede adquirir o completar su cualificación y competencias profesionales, conocer la situación del mercado laboral y las técnicas más adecuadas para acceder a él, así como recibir, en su caso, apoyo específico para su proceso de inserción laboral . Sin embargo, la labor fundamental se realizará en los Centros y ésta ha de estar guiada por los siguientes principios: - Individualización: respuesta a las necesidades concretas de cada interno. -Flexibilidad: permitiendo la incorporación de los internos en cada etapa del proceso. 9 -Continuidad: en la medida de lo posible, la oferta formativa deberá estar siempre disponible para los potenciales beneficiarios, al menos en alguna de sus acciones. -Dinamismo: modificándose de acuerdo con las transformaciones del sistema penitenciario y las exigencias del mercado laboral. -Transparencia: de modo que los internos conozcan las posibilidades existentes. Las grandes orientaciones de cada una de las tres etapas del itinerario de formación para la inserción laboral serán las siguientes: Orientación para la inserción laboral: Está dirigida a pro