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La avenida del sol de Thomas Brussig

En la novela nos encontramos con un grupo de jóvenes que viven en la
parte oriental de Berlín, la parte de la Sonennalle que quedó del lado de
la RDA después de la división política de Alemania.
Micha y sus amigos son los habitantes de este universo, que se
caracteriza por la presencia continua de la vigilancia del régimen político
ruso, pero esto no llega a ser un elemento aplastante como podría
esperarse. El libro es una comedia que contiene elementos de una
comedia de costumbres por momentos. Pero, lejos está de ser una
novela de crítica social en el sentido tradicional, se puede pensar en
este caso en una forma entretenida de ejercer la crítica. Sin embargo, no
parece ser ese el eje central del texto. La mirada del narrador que
podemos identificar cercana a la del personaje principal, Micha, o al
menos cercana a los jóvenes que crecieron en la RDA (dice el narrador:
‘Nosotros no disponíamos de pasaportes, teníamos que presentarnos
siempre ante los policías de fronteras del bloque oriental con el carné de
identidad y un volante…’), no es una mirada completamente negativa
sobre la RDA, en tanto lo que la caracteriza es la distancia temporal. La
novela se funda en esa distancia y la posibilidad de recordar, es la
añoranza de la época en que se cree en todo aquello que nos hace
distintos, la moda, lo prohibido, en fin, la adolescencia.
La presencia del muro es central, pero no en un sentido político
únicamente, sino en la realidad cotidiana de los habitantes de la
Sonennalle. El muro se resignifica, en tanto convierte a la calle y a sus
habitantes en seres especiales. El occidente permanece del otro lado,
pero traspasa el muro a través del personaje del tío Heinz, figura que
condensa la mirada occidental sobre la RDA. Pero la ridiculización de
este personaje, que trafica cosas legales, neutraliza la oposición entre
los occidentales y los orientales, la ignorancia del tío no permite una
solución a favor del lado occidental. Su presencia introduce elementos
absurdos que provienen de la mirada occidental, así en el lado
occidental se multiplican las distinciones y taxonomías absurdas, uno no
es alérgico al polen, sino a los distintos tipos de polen. De este modo las
posibilidades de elección que caracterizan al lado occidental son
llevadas al absurdo completo.

podría considerarse una realidad opresiva o asfixiante. cuyo efecto humorístico se funda en el trasfondo social. Pero la novela no admite lecturas lineales. en tanto relativiza el peso de lo que.El núcleo de la novela es la historia de Micha. ofrece la clave para evitar la lectura documental de la novela. y no la memoria. Mario y la existencialista. Tenemos personajes con proyectos expansionistas. es lo que permite distanciarse de lo que fue percibido como ‘duro y acerado’. todos estos proyectos se convierten en absurdos por su magnitud. sobre todo. pero todos ellos son seres que conservan una identidad alejada del proyecto político de la misma. el recuerdo permite en cierta manera escapar de la mirada impuesta desde la construcción de una memoria histórica e incluso del realismo. amigos y su amor por Miriam. El peso relativo lo cobran. la vecina que vive del otro lado de la calle. Eugeni a Nievas . La aparición final de la figura aludida de Gorbachov con poderes mágicos. desde otra mirada. Al final de la novela el narrador aclara que el recuerdo. el influjo que la Sonennalle ejerce. porque los lectores ya conocemos que todo conduce al fracaso. Son personajes con distintas manías o ideas que escapan al control y plantean situaciones absurdas. Estos personajes viven en la realidad de la RDA. su familia. los guardias.