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La Recreación De Los Mapas De Hispania De Plinio El Viejo

La recreación de los mapas de Hispania de Plinio el viejo

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  LA RECREACIÓN DE LOS MAPAS DE HISPANIA DE PLINIO EL VIEJO Elena Castillo Ramírez Ayudante-doctor de Arqueología clásica. Dpto. de Ciencias y Técnicas historiográficas y arqueología. Facultad de Geografía e Historia. Universidad Complutense de Madrid [email protected] [email protected] helcara @ hotmail.com R  ESUMEN  A partir de la descripción de la península ibérica incluida en la  Naturalis Historia de Plinio el Viejo (I d.C.) es posible recrear una serie de mapas (derroteros de costa y mapas hidrográficos) con los que pudo contar el naturalista romano. El análisis aislado del texto y la búsqueda individualizada de los asentamientos designados por los topónimos transmitidos habían hecho imposible hasta el momento detectar el sistema descriptivo adoptado por Plinio. Mediante el cotejo de bases de datos epigráficas, numismáticas y literarias, disponibles en su mayoría en la web, de la Tabula Imperii Romani  y de bibliografía relacionada con cada uno de los topónimos, y tras evidenciar la lógica descriptiva de la geografía pliniana, ha sido posible situar sobre un mapa actual algunos de los topónimos latinos aún no reducidos o mal identificados. Presentamos, por tanto, los mapas resultantes del estudio del texto pliniano y la descripción de la metodología empleada para su realización. P ALABRAS CLAVE :   Plinio, cartografía antigua, hidrografía, derrotero, geografía histórica. T  HE P  LINIUS T  HE E  LDER  ´  S H  ISPANIA CARTOGRAPHY RECREATION    S UMMARY  From the description of the Iberian Peninsula including in the Plinius the Elder´s  Natural  History  (I a.C) is possible to recreate a series of maps (coastline paths and hydrographic charts) with which the Roman naturalist could count. The isolated analysis of the text and the individual search of ancient toponyms have made impossible to detect the Plinius´ descriptive system. By collating epigraphic, numismatic and literary databases, mostly available on the web, the Tabula Imperii Romani  and bibliography related to each of the names and after evidence the description logic of plinian geography, it has been possible to locate on a current map some of the Latin place names not yet reduced or misidentified. We  present, therefore, the resulting maps of the Plinius´text study and the methodology for its implementation. K  EYWORDS :   Pliny, ancient cartography, hydrographic charts, toponymy, historical geography. Algunos autores griegos y romanos, como Ptolomeo, Estrabón, Plinio o Pomponio Mela, transmitieron a través de sus escritos la descripción pormenorizada de cartografía que no ha llegado hasta nuestros días. Aunque son numerosos los estudios que abordan el  problema de la toponimia antigua desde un punto de vista lingüístico, son muy escasos o  prácticamente inexistentes los intentos de plasmar sobre mapas actuales la enumeración aparentemente aleatoria de topónimos antiguos en las diferentes fuentes clásicas. Por esa razón y con el propósito de ubicar sobre cartografía digital moderna los nombres de las ciudades de la Hispania romana, he realizado una serie de mapas siguiendo la descripción de Hispania que Plinio el Viejo incluyó en su  Naturalis Historia  (III 1-31 y IV, 109-120), sirviéndome de diferentes recursos informáticos. En el proceso de dibujo de estos mapas y  de ubicación de los topónimos antiguos pude comprobar que la enumeración transmitida por Plinio no es en absoluto aleatoria, sino que responde a la descripción rigurosa de uno o varios mapas antiguos con los que el enciclopedista romano contaba. 1. Recursos utilizados para la elaboración e investigación sobre los mapas de Plinio el Viejo. a)    Literatura grecolatina. Localización de textos clásicos y búsquedas combinadas. Aunque los mapas de la Hispania romana del siglo I d.C. que propongo se basan en la descripción de Plinio el Viejo (  NH III 1-31 y IV, 109-120), ha sido imprescindible comprobar si otros autores clásicos ofrecían información adicional sobre los topónimos nombrados por el naturalista. Uno de los medios actuales más eficaces para localizar pasajes o palabras concretas de un autor en una lista indefinida de textos clásicos es el Thesaurus  Linguae Graecae ®  (TLG) para textos en griego, y el PHI 5.3, para textos en latín, bases de datos distribuidas en soporte CD-rom, para las que es necesario el uso de un software adicional, como el Musaios o Diogenes. El corpus de textos griegos actualizado está disponible online  en la dirección <http://www.tlg.uci.edu/>, así como el de textos latinos, en <http://www.maierphil.de/ClasPhil/ThLL.htm>. Además de la localización concreta de una o varias palabras en un mismo autor o en diferentes autores, las bases de datos mencionadas  permiten ampliar el contexto en el que se recoge dicha búsqueda y copiar las citas exactas, de tal modo que la inclusión de errores en la cita de textos srcinales en latín o en griego queda prácticamente reducida a la nada. Es posible también obtener los textos clásicos a través de la  Perseus Digital Library , <http://www.perseus.tufts.edu/hopper/>, una página creada por Gregory R. Crane, de la Tufts University, en la que se incluyen además otras colecciones de textos de épocas diferentes (renacentistas, decimonónicos...) y en lenguas diversas (alemán, inglés, árabe, etc.), así como un nutrido catálogo de arte y arqueología clásica <http://www.perseus.tufts.edu/art&arch.html>. b)   Cartografía digital de la Península. Como base general para la elaboración de los mapas de la Hispania romana descrita por Plinio he utilizado dos recursos fundamentales: la  España digital. Carta digital de España , un programa informático creado por el Ministerio de Defensa en formato CD-Rom, que ofrece información cartográfica del territorio español en 2 y 3 dimensiones, a escala 1:1.000.000 y 1:250.000 y cartografía ráster a escala 1:50.000 y que permite localizar, mediante bases de datos, los nombres actuales de pueblos, ciudades, accidentes geográficos, etc.; realiza informes de visibilidad de un territorio desde cualquier punto establecido; genera perfiles, sombreados e hipsometrías; recrea tridimensionalmente los accidentes del  paisaje y permite incorporar diferentes capas de dibujo a los mapas ofrecidos. Además de la base cartográfica del Ministerio de Defensa, resulta imprescindible contrastar los resultados gráficos con las vistas aéreas que ofrece Google Earth o el Sistema de Información Geográfica (SIG o GIS), en concreto el ofrecido por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, <http://sig.mapa.es/geoportal/>. c)    Bases de datos epigráficas y numismáticas. Los textos de los geógrafos latinos y griegos en general y los pasajes de la  Naturalis  Historia  de Plinio en particular transmiten numerosos topónimos antiguos cuya identificación con los topónimos actuales es preciso determinar. El proceso de reducción es lento y complicado, pero absolutamente indispensable para la realización de una cartografía antigua.  D. Detlefsen 1 , a finales del siglo XIX, fue el primero que se propuso situar en un mapa físico la realidad geográfica hispana descrita por Plinio y usó para ello el recién publicado Corpus Inscriptionum latinarum, el corpus  que reunía, según un criterio geográfico, todas las inscripciones en latín conocidas hasta el momento. Gracias a la epigrafía, en la que aparecía con frecuencia el nombre de la respublica o de la colonia, municipium  u oppidum  romanos comitentes o beneficiarios de la inscripción, fue posible establecer una correlación entre la toponimia mencionada en las fuentes clásicas y los nombres actuales de las ciudades y pueblos en los que los epígrafes eran encontrados, prueba material irrefutable de su realidad histórica. De gran valor documental para este trabajo son también las monedas romanas, que dan testimonio en muchos casos de las cecas en las que eran acuñadas y que permiten por tanto asociar el topónimo antiguo con el de la localidad en que fueron descubiertas. La consulta de los corpora epigráficos latinos es posible a través de la web. Una de las  bases de datos epigráficas más útiles es la  Epigraphik-Datenbank Clauss/Slaby , <http://compute-in.ku-eichstaett.de:8888/pls/epigr/epigraphik_es>, realizada por Barbara Woitas y Bernward Tewes y supervisada por Manfred Clauss. Está a su vez vinculada con otras de las bases de datos más importantes de la investigación epigráfica, como la de la  Epigraphische Datenbank Heidelberg <http://www.uni-heidelberg.de/institute/sonst/adw/edh/>, supervisada por Géza Alföldy y Christian Witschel;  Hispania Epigraphica online datebase, <http://www.eda-bea.es/>, dirigida por Joaquín Gómez Pantoja;  Searchable Greek Inscriptions, <http://epigraphy.packhum.org/inscriptions/main > , proyecto coordinado por las universidades Cornell y Ohio State, y sufragado por el Packard Humanities Institute,   y Vindolanda Tablets online <http://vindolanda.csad.ox.ac.uk/>. Existen, a su vez, numerosas bases de datos online  dedicadas a la numismática, en las que se pueden estudiar las diferentes cecas hispanas en las que se acuñaron monedas, que ayudan a determinar igualmente la situación de topónimos latinos. Uno de estos websites más útil para trabajar los pasajes de Plinio que aquí interesan es la base de datos del  Roman  Provincial Coinage Project  , <http://rpc.ashmus.ox.ac.uk/ > , de la Universidad de Oxford. Se  puede complementar con cualquiera de las páginas a las que se acceden a través de los links ofrecidos por la página web <http://www.tesorillo.com>. A pesar de la ayuda que ofrecen estas bases de datos, es necesaria la consulta y el estudio del  Diccionario de cecas y pueblos hispánicos, de Mª Paz García-Bellido y C. Blázquez 2 . Es imprescindible en cualquiera de los casos utilizar bibliografía científica relacionada con cada una de las referencias toponímicas dadas por Plinio, pues existen enmendaciones al texto srcinal y propuestas diversas sobre la localización de cada lugar mencionado. El intento de reducción de la toponimia antigua a través de la epigrafía no es siempre infalible y de hecho puede comprobarse cómo para determinados topónimos latinos se ofrecen diferentes identificaciones. En estos casos precisamente, el intento de reconstrucción de los mapas que Plinio utilizó para hacer la descripción de Hispania sirve para descartar de forma definitiva algunas de las correspondencias propuestas por los investigadores. 2. Fuentes documentales plinianas y organización de la descripción de Hispania. a) Fuentes geográficas y administrativas. Plinio comenta brevemente en su obra el sistema descriptivo que utiliza para ofrecer la imagen del orbe conocido, así como las fuentes en las que se inspira, pues, en palabras del  propio autor, “he puesto al principio los nombres de mis autores. Es conveniente, según  pienso, y lleno de honrada decencia confesar por medio de quiénes has avanzado, y no como hicieron la mayoría de aquéllos que yo consulté” ( PlinSen  NH   pr.21.2 in his voluminibus auctorum nomina praetexui. est enim benignum, ut arbitror, et plenum ingenui pudoris  fateri per quos profeceris, non ut plerique ex iis, quos attigi, fecerunt. )   Para llevar a cabo la descripción de la península Ibérica, de su territorio, de su  paisaje, y para dar la nómina de las ciudades enclavadas en las provincias más occidentales del Imperio, con la mención de su correspondiente estatuto jurídico, Plinio recurrió a diferentes fuentes, eligiendo aquéllas que le parecían más fidedignas. “ Por esta razón,  –  escribe Plinio  –   no seguiré a un único autor, sino que seguiré a aquél que en cada parte considere el más verosímil, porque casi fue común a todos el que cada uno nombrase de forma muy diligente aquellos lugares en los que él mismo había estado. Pero no culparé ni corregiré a ninguno .” ( Plin.  NH   III.1.6: quapropter auctorem neminem unum sequar  ,  sed ut quemque verissimum in quaque parte arbitrabor  ,  quoniam commune ferme omnibus fuit  ,  ut eos quisque diligentissime situs diceret  ,  in quibus ipse prodebat. ideo nec culpabo aut coarguam quemquam. ). Se puede saber a partir del texto pliniano que el autor utilizó el mapa de Agripa (Plin,  NH III. 17, 4-9), pero hizo uso también de mapas de conquista de la Península, derroteros o mapas de navegación y periplos costeros e hidrográficos, que se remontaban a los primeros tiempos de la conquista de Hispania. Pero a diferencia de aquellos primeros geógrafos, que se adentraban en tierra firme desde la desembocadura de los ríos y que navegaban río adentro, en sentido contrario al de la corriente, para penetrar en el interior de un territorio aún no practicable por caminos, Plinio contaba ya con un conocimiento global de las provincias occidentales y podía, por tanto, describirlas a la inversa, es decir, podía describir los ríos y los asentamientos cercanos al cauce desde el nacimiento de éstos hasta la desembocadura. Por ello indica en todo momento el lugar desde el cual dichos ríos son navegables y la orilla del río que está describiendo, considerando siempre su posición hacia la desembocadura. Al servirse de hidrografía lineal como guía de su descripción no resulta extraño leer su queja sobre la modificación natural del cauce de los ríos y de las costas, alterados por el lapso de tiempo que mediaba entre los mapas de conquista de los primeros geógrafos y la cartografía más reciente que utilizaba. “ Cambiada, por un lado, la división de las provincias;  por otro lado, el curso de los caminos, y aumentada o disminuída la medida de los pasos; a lo largo de tanto tiempo, los mares se extendieron; los litorales avanzaron, se torcieron o se enderezaron los cauces de los ríos”  (Plin.  NH   III. 16: alibi mutato provinciarum modo ,  alibi itinerum ,  auctisque aut deminutis passibus ,  incubuere maria tam longo aevo ,  alibi  processere litora ,  torsere se fluminum aut correxere flexus. ) Además de la cartografía antigua de la península, Plinio manejó documentos administrativos, listas de ciudades y censos ordenados alfabéticamente, a los que recurre cuando ofrece una selección de ciudades estipendiarias de un conventus determinado. En los casos en los que se separa de un criterio puramente geográfico, resulta imposible situar los topónimos mencionados si no se cuenta con material epigráfico que lo atestigüe. b) Organización de la descripción. La descripción de la geografía de la península Ibérica en la  Naturalis Historia  está inserta en una descripción más amplia del orbe conocido por los romanos, integrado por Europa, África y Asia. El extremo occidental de todo este mundo se sitúa en el estrecho gaditano, que separa los maria interiora  del océano Atlántico. En ese extremo se sitúa el vicus Mellaria  (Tarifa), extremo meridional de Hispania, que queda separado de África por un  fretum , en cuyos extremos se levantan las “Columnas de Hércules”, identificadas con el mons Calpe  (Peñón de Gibraltar), en Hispania, y el mons Abila  (Jebel Sidi Moussa), en África. Entre ambos se encuentra el limen interni maris , límite del mar interno, en el que se sitúa una de las zonas más peligrosas para la navegación antigua. De ahí la afirmación de que “frecuentes olas espumosas infunden terror a las naves” ( Plin.  NH   3.4.4  frequentes quippe taeniae candicantis vadi carinas territant. ). Establecido el límite sudoccidental del continente europeo, continúa con la descripción de lo que considera la “más bella de las tres partes” en las que se divide el orbe,  delimitada por cuatro grandes  sinores , golfos. Plinio se propone hacer un “barrido” descriptivo de todo el continente en sentido contrario a las agujas del reloj. Por esa razón, la descripción de la península ibérica queda dividida en diferentes libros, quedando englobada en el III las provincias de la  Baetica  y la Tarraconensis , y en el IV, la  Lusitania , a la que se llega después de haber recorrido la  Narbonensis , la península itálica, las islas de Córcega, Cerdeña y Sicilia, Liburnia, Dalmacia, el Nórico, Panonia, Mesia, las islas del mar Jónico y Adriático, Grecia, Macedonia, Tracia, las islas del Egeo, Dacia, Sarmacia y Escitia, el Ponto, Germania, las islas gálicas, Britania y la Galia. La península ibérica quedaba dividida administrativamente en dos provincias ( ulterior y citerior  ), una de las cuales, la ulterior  , se dividía a su vez en dos:  Baetica y  Lusitania . Los límites entre las provincias estaban demarcados por cauces de ríos o por cadenas montañosas. La  Baetica  (  NH   III. 3. 6) estaba delimitada por el  fine Murgitano  (Ensenada de San Miguel) y el mons Solorius (Sierra Nevada), extremo sur de la Tarraconensis , y quedaba separada de  Lusitania  por el río  Anas  (Guadiana). El límite septentrional de la Tarraconense lo señalaban los  Pyrinaei iuga  y el  Hibericum mare ; el límite occidental, el Gallicum oceanus , y el septentrional, el mons Solorius  (Sierra Nevada), los montes Oretanos (Sierra Morena), los Carpetanos (Guadarrama) y los Astures (montes de León). El pasaje de la  NH III. 2 resulta evidente si se plasma sobre un mapa y por ello decidí dedicar uno a los límites geográficos establecidos por Plinio para las tres provincias hispanas (Fig. I). Fig. I. La península ibérica y los accidentes geográficos que demarcan límites entre las  provincias. Mapa realizado por al autora sobre la base de la Carta digital de España Carta digital de España y Google Earth .