Preview only show first 10 pages with watermark. For full document please download

La Unción Sagrada De Malkitzedeq

La Unción Sagrada de Malkitzedeq

   EMBED


Share

Transcript

  La Unción Sagrada de Malkitzedeq por José Luis Caritg En las narraciones de la Biblia la proclamación de rey o sacerdote se efectúa por medio de una ceremonia mantenida inalterable, a lo largo de los tiempos que relatan los diferentes textos bíblicos, los cuales constituyen un hilo argumentativo que explica la progresiva formación de la consciencia religiosa y nacional del pueblo de Israel. Esta ceremonia tiene las características de una bendición en la que se efectúa un acto de embadurnamiento con óleo en la cabeza o en la frente del candidato. Este gesto, que se realiza con un aceite especial, es un ritual que se denomina la Unción Sagrada o Santificante: “Y vertió el óleo de la unción sobre la cabeza de Aarón, que así quedó ungido y santificado” 1   Dicho óleo debe haber sido preparado minuciosamente a tal fin: “Y tomarás de las mejores especias: mirra fina, quinientos siclos; canela aromática, doscientos cincuenta; caña aromática, doscientos cincuenta; casia, quinientos siclos sagrados y aceite de oliva un hin. Y harás con la mezcla óleo, unción de santidad, obra de perfumista. Óleo de santa unción será”  2    El srcen de la Unción Sagrada es posiblemente hurrita o hitita. La palabra hebrea jcm que significa “ungir”, aparece, antes que en la Biblia, en los textos de Ugarit. Así lo que ella designa tiene orígenes anteriores a los de Israel. En forma fenicio - cananea “ msh ” o ungir   aparece en el Mitema de los  Amores de Baal y Anat. La tablilla dice así: “Tus vigorosos cuernos, Virgen Anat, tus vigorosos cuernos Baal los ungirá. Baal los ungirá con poder de vuelo” “En voz alta a Baal gritó: ¡La buena nueva de Él recibe Baal, recíbela, sí,  progenie de Daganu! Ahora un morlaco a Baal ha nacido, un toro salvaje.”  3  Este poema tiene el valor de un mito de fecundidad o de celebración de “Baal” como dios promotor de la misma. En él se explica la potencia fecundante. El relato, como vemos en la segunda de las referencias citadas, continúa narrando que de estas relaciones sexuales entre “Baal” y “Anat” resulta una procreación maravillosa que rige sobre la tierra por medio de la figura simbólica del toro, el buey y el ganado posterior. Lo que implica esta descendencia es que se trata de algo más que la lucha contra “Mot”, el dios de la muerte, es decir, no indica solamente una regencia sobre el simple ciclo agrario o contraste estacional. La fertilidad no está únicamente representada por la lluvia fertilizante, sino que de una manera más genérica, por la vida. Vida que da fruto y que debe ser domesticada, conquistada. De la misma manera que el toro o buey debe ser domesticado para las labores del campo y la ganadería (que son los dos aspectos principales del crecimiento cultural de los pueblos). 1   Levítico, VIII, 12. 2   Éxodo, XXX, 23 - 25. 3   De las tablillas KTU 1.10 II y III, como cita el Doctor Gregorio del Olmo en las p.p. 470 y 474 de su Mitos y leyendas de Canaán .  Por lo cual esta unción o rito de fecundidad es la personificación de todas las fuerzas dadoras, conservadoras y renovadoras de la vida que va más allá del simple contraste estacional. Estos conceptos sintéticos de la divinidad que es fértil y que rige por medio de la transmisión en la descendencia, es de donde se remonta seguramente la ceremonia de ungir con toda su carga simbólica que utilizará Israel. En la Biblia la ceremonia otorga un poder que confiere al candidato una condición especial que anteriormente no poseía, o bien, si la poseía lo era únicamente en estado potencial. Esta condición implica que el sujeto es infundido con características casi divinas y es capaz de guiar a su pueblo por caminos de prosperidad y bienestar, físico y espiritual. Se trata de la manifestación de las múltiples posibilidades hacia el bien del pueblo que expresará un individuo a partir del hecho de ser ungido. Al ungido se le encomienda una misión en beneficio del pueblo: “Y IHVH te ungió por rey sobre Israel, y IHVH te confió una misión”  4   Esta misión implica la ejecución de poder no sólo político o militar, sino también religioso, es decir, aunque no siempre ha sido así, se aúnan en un una única persona las características de rey y de sacerdote: “Y el rey iba a Gabaón para ofrecer sus sacrificios, porque ese era el alto  principal. Mil holocaustos ofreció Salomón sobre ese altar”  5   “Y Salomón ofreció holocaustos a IHVH en el altar de IHVH que había construido delante del atrio conforme al rito de cada día en su día, según el mandamiento de Moisés.”  6   El poder, transmitido al candidato por medio de un intermediario, que puede ser a su vez rey, profeta o sacerdote, siempre proviene, en última instancia, de Dios, como le dice IHVH a Samuel, en la primera cita o Samuel a Saúl, en la segunda: “Llena tu cuerno de óleo y anda que Yo te enviaré a Yishay betlemita, por cuanto he elegido un rey entre sus hijos. [...] Yo te diré lo que has de hacer, y ungirás a quien Yo te designe”  7   “Y le dijo Samuel a Saúl: IHVH me mandó que te ungiera para ser rey sobre Su pueblo, sobre Israel”  8    Esta ceremonia de investidura o unción puede haber estado prevista desde tiempo, debido a la condición de hijo del rey: “Y el rey les dijo: “Tomad con vosotros a los siervos de vuestro señor, y haced que Salomón mi hijo monte en mi propia mula, y traedle a Guijón. Y Sadoc el sacerdote y Natán el profeta le ungirán allí por rey sobre Israel, y tocaréis la trompeta y gritaréis: Viva el rey Salomón”  9   4   I Samuel, XV, 17. 5   I Reyes, III, 4. 6   II Crónicas, VIII, 12. 7   I Samuel, XVI, 1, 3. 8   I Samuel, XV, 1. 9   I Reyes, I, 33-34.  O bien debido a la condición de hijo de sacerdote: “Y a Aarón y a sus hijos los ungirás y los santificarás para ser mis sacerdotes”  10    También puede ser conferida como resultado de un acuerdo o asamblea: “Y vinieron los hombres de Judá, y allí ungieron a David por rey sobre la casa de Judá”  11   Incluso puede ser totalmente imprevista para el individuo y sus congéneres, incluido el oficiante: “Y cuando llegues allí busca a Jehú hijo de Josafat, hijo de Nimshi, y entra, y hazle levantarse de entre sus hermanos y llévale a una habitación interior. Toma luego la redoma de aceite y viértelo en su cabeza diciendo: Así dice IHVH: Te he ungido por rey sobre Israel”. 12   Sin embargo, el sujeto sobre el que recae la unción debe ser digno y su comportamiento lo debe reflejar, en bien del pueblo, sino todo lo que se manifestaría como oportunidad de progreso, se experimenta en cambio como adversidad y calamidad, como lo escenifica el relato de la unción y desgracia de Abimelej: “Y os habéis levantado contra la casa de mi padre en este día, y habéis matado a sus hijos, setenta personas, sobre una peña y habéis hecho (ungido) a  Abimelej, el hijo de su criada, rey sobre los hombres de Siquem [...] De tal suerte Elohim castigó la maldad de Abimelej, lo que él había hecho a su padre al matar a sus setenta hermanos.”  13   Se puede efectuar una asociación entre los relatos de unción propiamente dichos y los de bendición, cuando éstos tienes las características mencionadas de los relatos de unción. Incluso podría inferirse que la bendición quizás incluía un pequeño untamiento con aceite en la frente o pelo. En el relato de la bendición de Abraham a su hijo el toque o imposición de manos es lo único que está descrito: “Y no lo reconoció, porque sus manos eran pilosas, como las de su hermano Esaú, de modo que lo bendijo”  14   Esencialmente, considero que toda esta colección de relatos de la ceremonia de transmisión de poder y linaje tienen su raíz en la bendición del Génesis: “Y Dios los bendijo diciendo: Sed prolíficos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre cuantos animales se mueven sobre la tierra”  15    Sin embargo, donde la ceremonia en sí, se encuentra en su fórmula arquetípica es en el relato de la bendición de Malkitzedeq: 10   Éxodo, XXX, 30. 11   II Samuel, II, 4. 12   II Reyes, IX, 3. 13   Jueces, IX, 18,5 6. 14   Génesis, XXVII, 25. 15   Génesis, I, 28  “Y Malkitzedeq rey de Shalem trajo pan y vino. Él era sacerdote del Dios  Altísimo, dueño del cielo y de la tierra y lo bendijo diciendo: Bendito sea Abram de Altísimo, dueño del cielo y de la tierra y bendito sea el Altísimo, que ha entregado a tus adversarios en tu mano. Y le dio el diezmo de todo. [...] Después de tales sucesos vino la palabra de IHVH a Abram en una visión [...] Mira el cielo y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Pues así será su simiente [...] para darte esta tierra que heredarás.”  16   Esta bendición reúne y escenifica claramente las condiciones estereotipadas necesarias en esta ceremonia. Condiciones que confieren al evento rango de corrección, de orden, de haber sido bien efectuado y correctamente recibido, según vemos, en el siguiente texto referido al rey David: “Tú eres por siempre sacerdote, según el orden de Malkitzedeq”  17    En la bendición de Malkitzedeq a Abram queda muy clara la realeza y dignidad del personaje que imparte la bendición, ya que su nombre y título indican: klm  : rey  , qdx  :  justo  y mlc  :  paz  . Estas tres palabras señalan las tres condiciones indispensables para poder impartir la bendición, es decir las tres condiciones que muestran la capacidad que el que unge tiene para producir la nueva condición. Por lo tanto únicamente puede ungir: Primero, quien reine u ostente poder (Melej). Segundo, quien sea un hombre justo (Tzadiq) en la aplicación de este poder. Y tercera, la condición va más allá del de la persona justa, indica que este poder y justicia se debe expresar en misión de servicio hacia el pueblo, por lo que dispondrá de esta tercera condición quien esté motivado en sus acciones por la expresión de condiciones de paz, salud, prosperidad, bien de todas clases (Shalom). El texto indica que Malkitzedej las tiene. Estas tres condiciones no pueden darse sino están al servicio de Dios y, en el relato él es sacerdote del Altísimo. Las condiciones adicionales, ahora centradas en el caso del receptor, también están indicadas en dicho relato. El que recibe, Abram, es un hombre superior que dirige una tribu y lucha por el bien de sus componentes, es un patriarca en sentido de sabio, es un padre que cuida de los suyos, y también un profeta que oye la voz de lo divino y la sigue: “Y escuchó Abram que su hermano (Lot) había sido tomado cautivo, ante lo cual armó a sus siervos, nacidos en su propia casa, trescientos dieciocho y  persiguió a los culpables hasta Dan.”  18    “Y le dijo IHVH a Abram: Vete de tu tierra y de tu familia y de la casa paterna a la tierra que te señalaré. [...] y se fue Abram, como le había ordenado IHVH.”  19   16   Génesis, XIV, 18. Génesis, XV, 1, 5 y 7. 17   Salmo CX, 4. 18   Génesis, XIV, 14. 19   Génesis, XII, 1, 4.  Los bienes y las obligaciones posteriores a la unción vienen refrendadas por la ancestral expresión ugarítica de la fertilidad. Así Abram, a partir del hecho de la unción, pasará de la condición de matrimonio estéril con su mujer Sarai al de fértil, se trata del “creced y multiplicaos”  . Al igual que la nueva condición resultante en la “unción” entre “Baal” y “Anat”, el ungido expresará condiciones de fertilidad y crecimiento. Esta nueva situación, la de Abraham y Sara, un típico rito de fertilidad, se expresará por el crecimiento de su descendencia, “mayor que las estrellas del cielo”  20  , y el dominio de la tierra. Esta descendencia debe expresar el “dominad sobre”  21 , debe ser descendencia que rige, que domina sobre los ciclos estacionales y sobre las condiciones adversas, como lo indicaban los poemas ugaríticos de “Baal” y “Anat” y su victoria contra el enemigo “Mot” el dios de la muerte, de la esterilidad. “Mot” es la personificación de todas las múltiples y variadas fuerzas que tienden a truncar y aniquilar la vida. Vida que, en Israel, es la propia existencia del pueblo, dentro de un contexto en lo que lo social, lo político, lo militar y lo religioso se unifica. Vida que conquistará tierras indómitas, ocupadas por pueblos belicosos, a los que someterá. Vida que deberá ejercer domesticación sobre tierras y ganados y, finalmente, vida cuyo hilo conductor es una transmisión que corona, por medio de un rito de unción, a un individuo que deberá entregarse a la misión de dirigir a su pueblo hacia el bien común que señala la religión de IHVH.   Bibliografía: Caritg, José Luis. Apuntes de las clases de “Historia de Israel y de Judá” , impartidas  por el Doctor Josep Ribera, en la Facultad de Filología Semítica de U.B.(2000). Del Olmo, Gregorio.  Mitos y leyendas de Canaán . Ediciones Cristiandad. Madrid (1981). Del Olmo, Gregorio.  Mitos, leyendas y rituales de los semitas occidentales . Editorial Trotta . Madrid (1988). Matzliah, Meir.  Libro de la Torah . Centro Educativo Sefaradí de Jerusalén. Jerusalén (1989). Targarona, Judith.  Diccionario Hebreo-Español  . Riopiedras Ediciones. Barcelona (1995). Katznelson, Moisés.  La Biblia. Hebreo-Español  . Editorial Sínai. Tel Aviv (1991). José Luis Caritg Casanovas [email protected] 20   Génesis XV, 5   21   Génesis I, 28