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Resumen Identidad Latinoamericana Jorge Larrain (1)

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La Identidad Latinoamericana, Teoría e Historia. Jorge Larrain ¿Cuándo comienza la constitución de la cultura latinoamericana? En el siglo XVI, en el encuentro de las cultura española con la indígena en América, aquí también nace la problemática de la identidad cultural. El tema de la identidad se configura y se plantea en tiempos de crisis e inestabilidad donde hay amenazas al modo de vida tradicional, cuando algo que se había asumido como fijo, coherente y estable es desplazado por la experiencia de la duda y la incertidumbre (K. Mercer). Larraín dice que hay al menos cuatro períodos de crisis en la historia latinoamericana en que la pregunta por la identidad adquiere importancia: 1) La conquista y la construcción del otro por los españoles: La primera síntesis cultural La cultura ibérica de 1492 era profundamente religiosa con valores morales absolutas e intolerantes contra cualquier cosa diferente, no era raro que se acepte y se fomente la imposición de sus ideas con a lo mas una mirada teñida de paternalismo. El indio era físicamente hermoso, pacífico y generoso, aunque a la vez estaban desnudos y eran primitivos, desprovistos de cultura razón por la que debían convertirse a la religión verdadera, debían entregar su oro, sus tierras y trabajar para los conquistadores. Al momento de haber tensión y resistencia se respondía con represión, con armas para dominarlos acusándolos de “indios caníbales, inclinados a la homosexualidad, deseosos de mantener su desnudez, rebeldes, contra la fe católica. Aspectos que los hacías inferiores a los ojos españoles. Las culturas indígenas eran variadas y aisladas entre ellas razón por la que fueron derrotados de manera separada y “fácilmente” una tras otra, además del avance tecnológico español. Los indios miraban la historia como destino y catástrofe, todo predeterminado y preordenado. No pudieron entender inicialmente a los españoles confundiéndolos con incluso dioses (retorno de Quetzalcoatl). La concepción fatalista de la historia paraliza toda respuesta efectiva y genera una ventaja a los españoles. La tradición, tradición, el pasado, dominaba más que la idea de de progreso. Si no se reconocía al Rey y al Papa, en nombre de Dios se generaría guerra. Todo esto sumado al las enfermedades y malos tratos traídos de Europa provocaron una mortandad gigante en la población indígena Era muy importante su mundo ritual y buscaban ver la conquista con categorías y profecías del pasado, no se vieoron a tiempo de ver la necesidad de improvisa debido al “preorden”. “Su cultura mención a la Tesis de Todorov, Todorov, quien afirma que la superioridad  no se los permitía”. Larraín hace mención española consistió en que los conquistadores españoles entendieron al mundo indígena mucho mejor que lo que los indios entendieron el mundo español. Larraín decía que no había posibilidad de que se alcance un terreno común en el encuentro entre la mora católica y las formas culturales indígenas. Nadie en la época reconocía reconocía el derecho de los indios indios a mantener su propia propia religión y normas morales. Además no todo los aspectos del cristianismo tuvieron que ser aceptados por la fuerza, las religiones indígenas, altamente ritualizadas basadas en sacrificio, se conectaron fácilmente con los aspectos católicos. Se generaba un choque y confusión en españoles al ver que indígenas respetaban y aceptaban ceremonias eclesiales pero al mismo tiempo querían mantener sus propios dioses y sus libertades sexuales. Los ritos eran adecuables, la conversión al catolicismo era por tanto superificial, nominal. Esto incluso generaba más resistencia para la cosmovisión y cultura indígena, le daba permanencia esta apropiación. Todo en tanto cristianismo busca un proyecto colonizador, el autor sustenta esto al decir que en los primeros cien años, la iglesia había adquirido 70.000 iglesias, 200 conventos y la mitad de tierra disponible en muchos países. En las universidades nos e enseñaba ciencia, sino filosofía escolástica. Si bien algunos negaban la esclavitud a indígenas latinoamericanos, no negaban la esclavización a los negros traídos de África. 2) La crisis de la independencia y la nueva síntesis cultural El proceso de independencia a comienzos del siglo XIX precipitó la primera crisis e este patrón cultural. El liberalismo, la ilustración y el positivimos jugaron un papel ideológico importante. Los criollos deseaban libertad de comercio con Europa, querían liberarse culturalmente de la tutela de la iglesia, recibían libros con argumentos que apoyaba la necesidad e alzarse y nacían primeras banderas que buscaban representar la independencia e ilustración eliminando la esclavitud y libertad religiosa. La racionalidad científica de Europa de siglo XIX influía ahora en las clases dominantes latinoamericanas así como en intelectuales y académicos, las consignas eran ahora “orden y progreso” a las repúblicas emergentes. Se reemplaza la religión y racismo por la idea de razón y el liberalismo. Buscaban en europa maneras de compensar inherentes deficiencias latinoamericanas. Muchos “ilustrados” insistían que se necesitaba una educación pública masiva que compensara las debilidades de la raza. Este periodo y por así llamarlo generación, no logró reemplazar totalmente la matriz cultural original en tanto que el mismo positivismo transforma para muchos intelectuales latinoamericanos en una nueva religión dogmática y totalizante que muy rara vez llevó en realidad investigaciones científicas exitosas a cabo. La concepción sobre Latinoamérica en este siglo es que este continente estaba todavía dominando por fuerzas irracionales y constituido por pueblos sin historia. 3) La depresión económica mundial y el fin de la dominación oligárquica Se remonta en el período de 1920-1930. Se genera crítica respecto a la adopción del racionalismo europeo insistiendo que América Latina era diferente naciendo tendencias cada vez más claras de trabajos sobre movimiento indigenista que buscaban volver a costumbres indígenas en oposición al legado cultural europeo reivindicando la visión de los indios y buscando reformas sociales que favorecieran a las empobrecidas comunidades indígenas. Las veían como sociedades idílicas (Mariategui) capaces de constituirse en modelos para el futuro. En los años 30 empiezan a escribir sobre las peculiaridades de la identidad cultural latinoamericana y las diferencias con el modelo europeo considerando que aquí prevalecía lo emocional sobre lo racional, con una voluntad débil, violenta, pasiva y melancólica además de valorar y generar importancia de fuerzas de la naturaleza lo que nos convertía en deterministas y fatalistas. En Latinoamérica se impulsaban mecanismos “hacia la modernidad” razón por la cual políticas como la reforma agraria o la industr ialización eran tan importantes teniendo siempre de modelo a países de Europa y Norteameirca. Para los años 60 vienen las ideas de acerca del imperialismo, la dependencia y resurgimiento del marxismo. Amplios sectores de la población desilusionados con los proceso de industrialización sustitutiva y falta de crecimiento económico, dieron lugar a una poderosa crítica poderosa del sistema capitalista. El capitalismo no era viable en América Latina porque era dependiente de los principales centros industriales, razón por la cual nace el antiimperialismo y la independencia económica se instalan como temas políticos importantes. Ya para las décadas del 70, 80, vinieron las teorías conservadoras y neoliberales. El fracaso del experimento socialista chileno y otras experiencias de izquierda generan una ola de dictaduras militares que cambaron la dirección de las políticas económicas abriendo los países al consumo de bienes extranjeros aboliendo tarifas aduaneras. La culpa ya no es la dependencia, sino que la intervención excesiva del Estado. “Lo qu e falló en el pasado no fue el capitalismo, sino el socialismo”. Las universidades jugaron un rol central en este aspecto donde en Chile, se custodió la cuna de la civilización cristiana occidental y la concepción europizante. La universidad también había sido cuna e la modernización y luego del marxismo, reproduciendo tradiciones venidas de Europa. 4) La crisis de los años 70: La búsqueda de la verdadera identidad cultural latinoamericana El agotamiento de la industrialización populista conducido por el Estado a fines de los 60 y comienzo de los 70 y la sucesión de golpes militares detonaron un proceso de revaluación de nuestra identidad entre los intelectuales con olor a fracaso. S habían importado muchas ideas, pero las crisis económicas, al pobreza y violencia iban en aumento y se empieza a generar la duda de si realmente las ideas europeo-occidentales podrían traer alguna solución real. Bajo análisis marxistas, católicos y posmodernos empieza un nuevo proceso que criticaban la racionalidad instrumental occidental, reevaluabba la identidad cultural diferente perdida enel curso de nuestra historia. Aquí se refuerza la idea de que debíamos recobrar la esencia latinoamericana. Marxistas: Recurren a reevaluar tradiciones indígenas buscando argumentos de izquierda que barran la crisis vivida e intentando oponerse a las ideas neoliberales para buscar nuevos origines culturales. Galeano por ejemplo, reemplaza el fracaso y la nostalgia histórica por la solidaridad y forma de ser de los vencidos latinoamericanos sin contaminación capitalista. Larraín lo critica debido a que se intenta buscar desde el pasado modelos de desarrollo para resucitarlos. Católicos: enfatizan sobre la influencia católica sobre la cultura mestiza. Se propone que la identidad latinoaméricana se formó y se forma por los valores culturales que constituye un ethos, siendo el mestizo portador de esto debido a que su inicio se debe en el momento en que el hispano-lusitano se encuentra con el indígena en el siglo XVI. La relación de dominación ni ninguna estructura entiende la identidad latinoamericana, pues muchas han pasado, pero según Morandé, el valor se mantiene y este se constituye como la religiosidad popular manifiesta en el sacrificio Larraín considera que Morandé reduce la cuestión de la identidad cultural latinoamericana a un momento y a una verdad negando muchos procesos históricos que generan cambios en la identidad. Postmodernos: narra que se deben reconocer múltiples formas que asume el otro y parece apoyar que no existe un discurso latinoamericano reducido a modelos europeos que afirma un carácter único. Larraín dice que el posmodernismo escapa a la necesidad de ver en lo particular y lo local, la necesidad de llevarlo a lo general. De hecho, sobreestima tanto las diferencias que se hace todo inconmensurable dispersando cualquier tipo de rasgo cultural en una particularidad discursiva. No existen terminos comunes Larraín y otros autores generan un rechazo a las tesis esencialistas. Una posición distinta a estas tres es la posición de que hay una permanente búsqueda de una identidad que no puede ser fácilmente ncontrada (Octavio Paz) A raíz de la experiencia mexicana reflexiona que somos huérfanos conscientes de haber sido desarraigados y que estamos en una búsqueda. La búsqueda no es solo a las raíces, son también generando un rechazo del pasado. “el mexicano no quiere ser  indio o español, los niega”  es un hijo de la nada, pues la identidad comienza en él mismo. Si bien parece marginal su postura, dice que la situación mexicana no es distinta a la del resto del mundo, “huérfanos del pasado y con un futuro que inventar”. ¿Se puede hablar de una sola identidad cultural de hecho, dentro de un país?  Las sociedades latinoamericanas no están culturalmente unificadas, las diferencias culturales son más importantes que los aspectos que unifican. Desde la independencia, las repúblicas intentaron no solo construir un estado y una economía, sino también un sentido de identidad nacional que corresponde a una cultura nacional que debía ser construida. Esto trae una ideología, un proceso de selección conducido desde arriba adoptando por ejemplo el español como lengua nacional y aspectos como la religión y el arte. La identidad nacional es normalmente construida sobre la base de los intereses y conexiones del mundo de clases o grupos dominantes de la sociedad a través de las instituciones como los medios de comunicación, instituciones educacionales, religiosas y militares. Los criterios para definir la identidad cultural son más estrechos que de hecho los hábitos y prácticas culturales de un pueblo, se esconde la diversidad por una supuesta uniformidad. Mucha gente no se siente representada por versiones dominantes y no comparte este sentido de identidad. De una diversidad incial de modos de vida y formas culturales se producen versiones publicas de identidad que seleccionan algunas características que se consideran representativas y excluyen otras, influenciando la manera en cómo la gente se ve a sí misma y cómo actúa a través de un proceso de lectura. Todo esto esconde diversidades y antagonismo reales de la sociedad. La búsqueda efectiva, real, verdadera de la identidad esconde intereses de determinados grupos y clases en beneficio propio, haciendo el reparo de que también existen versione de identidad cultural por grupos oprimidos que juegan un papel de resistencia contra la dominación. Los dominantes suelen enmascarar la diversidad interna y las versiones dominadas suelen servir como medio de resistencia. Como conclusión hay dos posibles caminos. La esencialista que piensa la identidad cultural como un hecho acabado un conjunto ya establecido e experiencias comunes y valores fundamentales compartidos constituidos en le pasdo de una vez y para siempre. De acuerdo con esta definición, cada pueblo tiene su esencia que provee un conjunto estable de significados que subyacen a las diferencias más superficiales y a los cambios históricos. No puede esta identidad desaparecer, sino alejarse. La que tiene que ver con un acercamiento histórico que piensa a la identidad cultural como algo que está permanentemente siendo construido y reconstruido dentro de nuevos contextos y situaciones históricos que no puede nunca decirse que está resuelta, es decir que la construcción de la identidad es un proceso discursivo que permite una variedad de versiones. Mirar al pasado para ver elementos principales de identidad y al futuro construyendo la identidad como un proyecto. Sólo algunos rasgos y experiencias son tomados en cuenta y otros excluidos existiendo diferentes versiones de identidad. Si bien uno no “escoge la nación y el proyecto en que nació” uno puede seleccionar políticamente como continuar o no continuar los aspectos identitarios dominantes. Problematización y entrada de Alfonso Reyes “América”: Inteligencia Americana Hablar de cultura americana sería algo equívoco, esto nos haría pensar solamente en una ram a del árbol de Europa trasplantada al suelo americano, en cambio, podemos hablar de la inteligencia americana, su visión de la vida y su acción en la vida, esto nos permite deifnir la matiz de América. La reflexión nos lleva a considerar tres factores. El tiempo. america vive saltando etapas, apresurando el paso sin epserar a que madure todo de la forma experiencial por ejemplo de Europa. Esto ha hecho que la traidción pese menos en este escenrio. Nuestro tiempo histórico es distinto al ritmo europeo, manejados por imporivsación. Composición de la población: se compone entre antiguos elementos autoctonoss, maasas ibéricas de conquistadores misioneros, colonos e inmigrantes europeos en general. Hay “choques de sangre”, problemas d mestizaje, esfuerzos de adaptación y absorción. La gama americana admite todos los tonos. De a poco se fue mezclando para crear algo beterogeneo que podemos decir que es un “espíritu americano” esto es lo que llamo un tipo de inteligencia. La inteligencia americana opera sobre disyuntivas, se encuentra desde cincuenta años de la conquista española ya en Mexicoun mdo de ser americano bajo influencias de este nuevo ambiente que buscaba independencia. Otra disyuntiva es que de Europa y estados Univdos recibimos inspiraciones. No habría en la esencia una justificación discrimnadora viniendo de tantas partes. La inteligencia americana es necesariamente menos especializada que la europea, nuestra estructura social asi lo requiere. Los escritores no son puros, hacen más cosas y eso trae ventajas y desventajas. Nuestra mente es distraída y laproducci´n intelectuales es esporádica. Las ventajes resultan de la misma condición, la inteligencia americana esta más avezada al aire de la calle; entre nosotros o puede haber torres de marfil. Nos perfila una profesión general. La inteligencia americana está llamada a desmeplñar la mas noble función compelmenmtaria: la de ir estableciendo síntesis aunque sean proviosnales, verificando el valor de la teoría en la carne vivía de la acción. Es a su vez arraigada a nuestras tierras como naturalmente intarnaiocnalista. Muchos instrumentos culturales son europeos por lo que los manejamos como cosa propia, en tanto, el eurpeo no ha necesitado de asomarse a aMerica para construir sus sitema del mundo. El americano estudia, conoce y practica a Europa desde la escuela primaria. Los entendemos más de lo que nos entienden. Esta reconcilacion internacional determina nuestra ingeligencia americana a una innegable inclinación pacifista. La síntesis debe entenderse como el número tres resultado de uno más dos. Es decir, no somos europeos, ni autóctonos, sino la suma que genera otra cosa. Hace tiempo que entre España y nosotros existe un sentimiento de nivelación y de igualdad. Hemos alcanzado la mayoría de edad, la ciudadanía universal. Nos permite nuestra cultura improvisar frente a la violenta identidad hegemónica actual? ¿cuáles son las fisuras que nos permiten transformar la identidad dominante?