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Tiqqun De La Economia Considerada Como Magia Negra 0.2 22 Ago14

Descripción: TIQQUN De la Economia Considerada Como Magia Negra Una crítica metafísica 0.2 22 ago14 editada por Pensar Cartoneras

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Tiqqun De la economía considerada como magia negra Una crítica metafísica  Pensaré Cartoneras es un principio de existencia, es también una apuesta . Se trat trataa de visi visibi bili liza zarr textos de márgenes en formatos de márgenes. El material reciclable es tanto el recipiente -la vida del cartón- como el contenido -la vida en los textos-. Las ideas pueden ser también reciclables, viajeras  se !an de apropiar. "or ello los textos son reproducibles, abiertos, manipulables bajo una idea a conocida “texto global, tapa local”. El proecto proecto nace nace de un impuls impulso o de cr#tica cr#tica social, social, divu ivulga lgació ción e inte interd rdiisci scipli plinari narieedad para para una práctica$teórica de la vida digna. Los textos a%u# son una form orma de este interés por construir conocimientos junto$ con$ para$ entre los movimientos cr#ticos de lo social %ue apuestan por la autonom onom#a #a.. &uton tonom#a om#a 'prác prácttica ica -pa -palabr labraa concepto concepto ( l#mite), l#mite), %ue %ue no viene viene del grieg griego o si no del lenguaje com*n %ue compartimos a%uellos %ue decimos estar +abajo  a la iz%uierda. Pensaré ensaré artoneras publica con una Licencia Creative Commons CC-BY-NC-SA CC-BY-NC-SA Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual : o se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe !acer con una licencia igual a la %ue regula la obra original.  pensarecartoneras.wordpress.com  [email protected] Vi ña de l Ma r 20 2014 Una Invitación a leer - a economía considerada como magia negra 1 I - a mercancía ! la equivalencia " II # $l intercam%io i ntercam%io en general 10 III # a Meta&ísica 'rítica "2 1 Una Invitación a leer: La economía considerada como magia negra Michel Onfray, en su libro Política del rebelde describía la economía como una alquimia caníbal, una especie de ciencia oculta, misteriosa y críptica que sirve para cocinar un caldero que traga vidas y genera oro. Esta imagen nos es útil para entender la manera en que Tiqqun se acerca al mal llamado conocimiento o ciencia! econ"mica. Esta actividad turbia en diversas intensidades, que, con una serie de e#tra$os e indescifrables signos, convierte la vida en tiempo y el traba%o y la actividad humana en una masa informe adaptable a cualquier fin econ"mico &es decir, en un fin propio'. El an(lisis social, econ"mico y político que reali)a Tiqqun ha devenido indisociable de un an(lisis de la publicidad. El supremo valor de la sociedad del espect(culo y medio sin fin. * el comien)o que amerita este mundo es el mundo primitivo. +uestra poca es aquella en que aparece finalmente la Publicidad, como verdad del mundo primitivo. -a sociedad capitalista avan)ada es por lo tanto la primera sociedad primitiva .! 2 * quin es Tiqqun, se preguntar( alguien, pues, compa$eras lectora, esa es la pregunta que podría hacernos seguir leyendo hasta el final este te#to difícil. on la paciencia y la voluntad necesarias cualquier te#to de Tiqqun es digno de ser leído. * esa frase podría ser una buena descripci"n de quin es/quines son. O al menos, una de ellas. En el empe$o de descifrar los conceptos de este colectivo circula por la red un glosario de trminos sobre Tiqqun. 0til para un primer acercamiento a ideas y lengua%es impropios.   1esde Pensaré  artoneras esperamos que tanto el traba%o de Tiqqunim &que se tomaron el tiempo de traducir los te#tos al castellano 2tiqqunim.blogspot.m#2 como el de mantener la propia p(gina' como la labor de maquetaci"n y coordinaci"n que a$adimos desde las cartoneras sirva para que el lector valore este esfuer)o colectivo d(ndole una oportunidad a Tiqqun y sus te#tos. 3ay que tener una cierta confian)a en el autor que se est( leyendo para poder entender su obra. El primer paso es empe)ar, este nombre inquieto Tiqqun   lleva un mundo nuevo en sus palabras. 1escubrirlo es la clave para poder amarlo, odiarlo, o.... tomarlo como herramienta para desenca%ar la realidad. En definitiva para abrir espacios en este mundo de -a economía. 3 — ¡Cuernopanza! ¡siempre  nos quedará algo por demoler  mientras no hayamos   demolido las ruinas mismas!  Y no veo otro medio que  levantando bellos edificios  bien ordenados. ALFRED JARRY I — La mercancía y la equivalencia 1 La mercancía es esencialmente   lo que es absolutamente  equivalente , lo que se muestra cuando dos mercancías (una de las cuales a menudo es el dinero) se intercambian !ar" denunci# esta equi$alencia como una abstracci#n, %or una buena ra&#n' es una abstracci#n real   2 aturalmente, !ar" busc# un *undamento concreto de esta abstracci#n +re# encontrarlo en el valor de uso , en el $alor como utilidad -ara .l, el $alor de uso no tiene misterio, es el estado nudo de la cosa, su cuer%o mismo, su realidad *ísica Adem/s,  %or consi0uiente, el $alor de uso no est/ im%licado en la l#0ica %ro%ia del $alor de cambio, que es una l#0ica de la equi$alencia' como $alores de uso las mercancías son ante todo de di*erente cualidad !ar" ace notar, %or otra %arte, que el $alor de uso no es lo %ro%io de las mercancías (%or e4em%lo, el aire que res%iramos no est/ an en $enta),  sobrentiende sin cesar, como se sobrentiende una e$idencia, que ni siquiera %resu%one el mundo mercantil -ero $amos a $er que no solamente el $alor de uso, que a %rimera $ista %arece al0o tri$ial  que se autocom%rende, es de eco %roblem/tico  lleno de sutilidades meta*ísicas 5 sino que tambi.n est/ .l mismo en el *undamento de una l#0ica abstracta de la equi$alencia, indisociable de la del $alor de cambio que !ar" critic# 3 El %unto de $ista de la meta*ísica de lo 6til *ue resumido así %or 7e0el' +omo al ombre todo le es 6til, el ombre es i0ualmente 6til al ombre,  su destino consiste asimismo en acerse un miembro de la tro%a 6til a la comunidad,  uni$ersalmente utili&able En la misma medida en que se cuida de sí, e"actamente en la misma medida tiene que consa0rarse 8 tambi.n a los otros,  en la medida en que se consa0re a los otros cuida tambi.n de sí mismo9 una mano la$a a la otra Dondequiera que se encuentre, ocu%a el lu0ar que le corres%onde9 utili&a a los otros  es utili&ado Las cosas son 6tiles entre sí de mu di$ersos modos9 %ero todas %oseen esta mutua utilidad 0racias a su %ro%ia esencia, que consiste, en e*ecto, en ser re*eridas a lo absoluto de un doble manera' una %ositi$a, se06n la cual las cosas son en s y para s ,  la otra ne0ati$a, se06n la cual son %ara los otros La relaci"n con la esencia absoluta o la reli0i#n es entonces, de todas las utilidades, la utilidad su%rema9 %ues es el 6til %uro mismo, es este subsistir de todas las cosas, o su ser#en#  s y para#s ,  la caída de todas las cosas, o su ser para otra  cosa  ($enomenologa del %spritu ) :bser$aciones' 1) %s a esta vulgaridad que se reduce& por  e'emplo& el (discurso) de los cretinos negristas. %sa gente& más de  un siglo después del lamentable captulo (*roducci"n +nmaterial)  de los ;rundrisse de ,ar-& tarda deyecci"n mandevilliana& se  deleita an hasta el punto de e-tenderlo por doquier con sus  sucios pinceles. Y helos aqu& a estos gourmets de la mierda& que  se relamen los labios y el culo enumerando apaciblemente todos  los  y Y que habran sido (puestos a traba'ar)& desde el alma a  los afectos& pasando por el devenir#torniquete de la vinagreta  inmaterial. %n lugar de distinguir que el traba'o se ha revelado   por fin como algo inesencial& que no está fundado en s& estos  asquerosos imbéciles cantan la gloria ambigua de la supuesta  e-tensi"n de lo til& mientras que precisamente& tal y como es  < concebido por el utilitarismo /es decir como relaci"n capaz de  configurar un mundo0& =lo 6til no est/ en nin0una %arte>  Y esta   pretendida e-tensi"n bastara además para probarlo. 1a a da& el  concepto de lo til designa cada vez más todo y sin importar qué& lo cual revela que no designa nada. 2os utilitaristas astutos  invocan la utilidad de lo intil& pero no ven la inutilidad de lo  til. 2o que s que está por todos lados& ¡diantres!& es el  utilitarismo& y no la utilidad. 2) 2a esencia absoluta& vista a través de los anteo'os de lo 6til su%remo& puede entonces llamarse 1ios /como por e'emplo en 3oltaire0& o bien& en aquellos para quienes 1ios ha  devenido e"%lícitamente una hip"tesis intil& puede ser 4la  sociedad5& la utilidad suprema que toma entonces nombres más  especficos como los de6 la ,ayor $elicidad del ,ayor 7mero  /8entham encontr" este vomitivo en 8eccaria —(massima felicit9  divisa nel maggior numero)— y lo hizo gárgaras0& la :iqueza de  las 7aciones& el crecimiento econ"mico& etc.& o más llanamente& la necesidad& como abstracci"n. %n todo caso& acaba siempre por  subsumir en ella la relaci"n de las cosas a s mismas y entre s& y  constituye una base de equivalencia general& una equivalencia  como *undamento& sobre la cual se desprende meramente una  relaci"n negativa entre las cosas& relaci"n negativa ella misma  subsumida ba'o la esencia absoluta como til supremo /la   pretendida riqueza en necesidades refinadas& esta sucursal de lo  til supremo0. ¡,utis de lo negativo! *ara el deleite de todos los  tenderos del mundo& esta encantadora concepci"n —y todos sus  avatares& desde las ingenuas teoras del contrato social& al  ? moderno y por completo inspido democratismo militante y   procomunicacional— ahoga las pasiones& ¡y hasta las más  calientes!& en los pantanos glaciales de la inmunda positividad  social. *ero& para gran disgusto de estos se;ores& estas aguas  muertas están encantadas& y ya veremos por qué tipo de gul. 4 El $alor de uso es a la necesidad lo que !ar" considera que el $alor de cambio es al traba4o' el $alor de uso es necesidad abstracta cristali&ada en una cosa, que a%arece como %uramente cualidad de la cosa, a que la necesidad es %lanteada como 0eneral, abstracta Esta intenci"n, se06n la cual toda cosa en su ser inmediato es en sí o es buena, a, %or así decirlo, regresado a la cosa,  constitue el *undamento meta*ísico del $alor de cambio  la abstracci#n mercantil :bser$aciones' 1) *or eso vamos a criticar a lo largo de este artculo y& de  manera más general& a lo largo de los %'ercicios   de !eta*ísica +rítica& esta flema utilitarista que se pasa de boca en boca desde  hace mucho tiempo& formada con las mucosidades del comercio y  mezclada con bilis economista recocida en la madera flotante de  cierto mar-ismo a partir de ahora visiblemente  contrarrevolucionario< esta certeza infinita de haber agotado todo  el =er y todo el %spritu gracias a los conceptos mágicos de  utilidad& necesidad& interés. — %sta morgue escolástica que  @ dilapida a millones de *ierre 8ourdieu& que es sencillamente el  discurso más plano que la mercanca pueda tener sobre s misma& es contradicha cada da por la simple e-istencia de la mercanca. 2) %sto es lo que casi comprendi" un tal >ean 8audrillard  en su llamado a una crtica de la economa poltica del signo& no  sin una cierta tensi"n del espritu inusual en este se;or. *ero éste  crey" tontamente que lo que invalidaba al utilitarismo era la  referencia a cierto ?bsoluto@ ,ientras que& ciertamente& lo que  vuelve a la meta*ísica de lo til infame —ya que se trata  efectivamente de una metafsica—& no es que se encuentre en relaci"n con lo ?bsoluto& sino más bien la modalidad de esta  relaci"n& el hecho de que esta relaci"n sea concebida como  utilidad suprema& el hecho& en fin& de que esta metafsica  sea *alsa. Y el se;or 8audrillard la asimila con el cristianismo y  deplora que an no haya sido enterrada esta suciedad de  trascendencia& 'unto con todas las antigAedades metafsicas. Be  aqu lo que desenmascara a 8audrillard como   un su%erutilitarista& al afirmar la identidad entre cristianismo y  valor de uso& sin la más mnima risa& por el hecho de que ambos   participan de alguna trascendencia — trascendencia que este  amable colegial posmodernista evidentemente no puede  considerar abstractamente más que como trascendencia  cualquiera& y ba'o la modalidad de lo 6til su%remo. Y as& este  cerdo no establece solamente una equivalencia general entre  todos los momentos de la metafsica& sino que cae en la ilusi"n encantadora de los utilitaristas& que creen que su pensamiento  está (libre de toda metafsica). +mbécil& si hubieras ledo a *éguy   / Bituaciones0& ¡sabras cuán %ort/til es la metafsica! %n qué  mundo crees que pataleasD Eodo telos inscrito en el coraz"n de  las cosas te repugnaD ,ás bien se trata de que todo aquel que  está e*ecti$amente inscrito te e-pulsa@ ?s& con los otros perros   posmodernistas& aullas hasta la muerte que todo esto es una  ilusi"n& que nada e-iste& y que se 'odan& pues de cualquier  manera uno recibe los fondos de la Fniversidad y los malévolos  cumplidos de los perros colegas — utile e onore& tal vez@ 3) %s esta metafsica de lo til la que funda al utilitarismo  en sus dos momentos& el uno llamado te"rico& el otro normati$o /Cf. sobre todo& ?. Caillé& +rítica de la ra&#n utilitaria0. %l   primero /que pretende e-plicar todos los actos de los hombres& considerados como individuos aislables& por la utilidad que cada  uno separadamente puede encontrar0 es evidentemente la nica  representaci"n antropol"gica que podra crecer sobre este pobre  humus metafsico& donde toda relaci"n es concebida como  relaci"n de utilidad. %l utilitarismo normativo& que suponiendo al  otro verdadero estima que está muy bien as& a;ade que lo til  supremo es el supremo 8ien< lo que no es otra cosa que la moral& supuesta inmanente a consecuencia de dicha metafsica. 7o se  ataca seriamente al utilitarismo si no se toma desde su   fundamento& es decir la metafsica de lo til. 1C II – El intercambio en general 5 La maor %arte de las ideas *alsas sobre el mundo arcaico tienen como *undamento la eterni&aci#n de las cate0orías mercantiles  la creencia en su naturalidad Aquello que el ombre moderno cree   ser, tambi.n cree que todos los ombres del %asado lo an sido, con la %equea di*erencia de que ellos lo abrían sido menos %er*ectamente El ilo de nuestra demostraci#n nos ar/ %asar a tra$.s del cam%o en ruinas de esta bella tranquilidad e$olucionista a) El don  6 La sociedad %rimiti$a a%arece toda$ía a al0unos como siendo la sociedad de la pureza de la necesidad  -ero la necesidad no es el eco %rimario de la umanidad' no es la condici#n de toda $ida umana,  tam%oco lo *ue all/ al comien&o de la istoria umana 2e'os de ser primitiva& la  necesidad es más bien una producci"n propia a la modernidad  11 :bser$aci#n' %l utilitarismo quiere por mucho conceder que las  necesidades sean hist"ricas& que las necesidades cambian con la  organizaci"n social& etc. ?demás& incluso la utilidad suprema es  relativa a una época& ya que la sociedad que se trata de  reproducir no es siempre la misma. %l *uncionalismo es un utilitarismo elástico — pero esta liga se rompe ba'o la tensi"n de  la historia. 2o que es hist"rico& no es solamente el modo de ser de  las necesidades& ni siquiera nicamente su esencia6 la simple  e-istencia de las necesidades como necesidades no es un invariante antropol"gico& sino una creaci"n hist"rica cuya  e-tensi"n mundial es relativamente reciente& as como ese modo  de vida particular que es la su%er$i$encia. =e sabe que es   precisamente la aparici"n del mercado moderno quien ha creado  la escasez& ese (presupuesto) de la pretendida economa. 7 El intercambio %rimiti$o toma la *orma del don :bser$aci#n' 7o hay nada más falso que la noci"n de trueque. Eoda la especulaci"n de ?dam =mith parte de un error de CooG  en relaci"n a los *olinesios& quienes suban a bordo de su barco y   proponan a los %uropeos un intercambio& no de ob'etos& sino de re0alos. 2a noci"n de trueque —al parecer un intercambio  utilitario de bienes considerados como equivalentes y al cual  hara falta solamente la moneda para devenir intercambio  mercantil@— naci" en los siglos 3+++ y +& de nuestro  utilitarismo como sabemos. $ue ,arcel ,auss quien reuni" ba'o  12 el concepto de don un nmero considerable de hechos en diversas  sociedades primitivas /cf. su Ensao sobre el don0& y quien enunci" algunos rasgos universales. %n adelante parece poco  aventurado generalizar su descubrimiento a todas las sociedades   primitivas. 1icho sea de paso& todas las robinsonadas modernas   parten del mismo postulado idiota6 a saber& que un cierto omo oeconomicus habra habitado cavernas e islas — farsa tanto más  divertida cuanto que dicha especie nunca habra e-istido& y  menos en la City londinense& donde abundan sin embargo esos  bru'os caverncolas que se llaman corredores de bolsa. 8 El don a%arece %rimeramente en la re%resentaci#n como un acto aislado, aquel de una %ersona que cede un bien a otra -ero este aislar un acto de la totalidad de la $ida social, %arece m/s bien una abstracci#n 9 El don, como sim%le acto, coloca inmediatamente a su lado otros dos actos como otros momentos' el recibir ,  el devolver  10 -ero de eco, de los tres momentos %recedentes, el dar , el recibir   el devolver , el 6ltimo a%arece como aquel que *orma 13 un ciclo  -orque la de$oluci#n ser/ ella misma recibida  des%u.s de$uelta En el mundo %rimiti$o, la deuda  es %ermanente Este as%ecto cíclico del don lo re$ela como unidad de los tres momentos :bser$aci#n' %sto es lo que le ob'etaba 2évi#=trauss a ,auss en su prefacio a la selecci"n Bociolo0ía  Antro%olo0ía& a saber& que (es el intercambio el que constituye el fen"meno primitivo& y  no las operaciones discretas en las cuales lo descompone la vida  social)< o& como sin embargo ya lo haba formulado el propio  ,auss en su Ensao sobre la !a0ia & (la unidad del todo es an más real que cada una de las partes). 11 -ero lo que se intercambia no son bienes, %alabras, cum%lidos, ser$icios, etc Lo que se intercambia en el mundo %rimiti$o es el %ro%io don Es decir, que el intercambio es intercambio de intercambio Así, el don como unidad de los tres momentos, re%ercute tanto en sus momentos como en el sim%le medio de su re%roducci#n El ombre %rimiti$o da %ara que el Don sea,  %orque el Don es La cosa misma que circula es s#lo el re*le4o simb#lico del Don mismo, como figura  de la *ublicidad  (en el sentido de modo de e-plicitaci"n pblica ), del ser%arasí del !undo 5que es lo que !auss llama hecho social  total  1 :bser$aciones' 1) %l don& como unidad de los tres momentos& no es más  que el Don develándose como *i0ura. 2) =e ve entonces que el don no está motivado por  la necesidad& sino más bien por el 1on. %sto es lo que e-plica que  especialmente se intercambien ob'etos perfectamente (intiles)& desprovistos de todo (valor de uso)& ante el asombro del  observador utilitarista. =e puede citar el caso de  los $a0ua tobriandeses& descritos por ,alinoHsGi /en Los Ar0onautas del -ací*ico :ccidental0& de los cuales dos tipos   particulares& los soula$a y los mGali& constituan en su  intercambio la base de la Hula& y finalmente la base de toda la  organizaci"n social de un distrito muy e-tenso. *ero  un soula$a s"lo se intercambia por un mGali& y viceversa. ?hora  bien& estos $a0ua, que  son respectivamente grandes collares y  brazaletes& son a menudo inutilizables como ob'etos de adorno  debido a sus dimensiones o por tener una carga simb"lica  demasiado fuerte. ?simismo& se comprende que —contrariamente  a una idea muy difundida en Iccidente& y que fue defendida por  ?rist"teles y ,ar-— en el mundo primitivo& el /bito se intercambia %or el /bito . *or ltimo& cuando se ha aprehendido  el aspecto total del 1on& ya no queda nada misterioso en el hecho  de que el propio traba'o esté subordinado al 1on6 no solamente el   producto del traba'o esmaterialmente dado por el productor a otro  /por e'emplo a sus suegros& mientras que él mismo recibirá todo  de sus yernos0& sino que& más simb"licamente& el propio traba'o es  18 ob'eto de gran orgullo para el productor& y sobre todo de una  notable -ublicidad /citemos por e'emplo las preocupaciones  estéticas —y el esfuerzo consecuente— de un 'ardinero trobriandés  en cuanto al acondicionamiento de su 'ardn& y el ritual que  consiste en apilar los ;ames cultivados en pilas c"nicas& entregadas a la vista de todos0. Eanto as que se puede incluso  decir que el traba4o es una *orma de intercambio & que es una mani*estaci#n del Don. Y el 1on& como figura de la *ublicidad& aparece también como unidad del traba'o y el intercambio. =i se  a;ade que la escasez material está generalmente ausente de la  vida primitiva& vemos entonces bien a%lanada la idea comn segn la cual el hombre habra traba'ado siempre %or su  subsistencia& y más duramente en el mundo primitivo que en cualquier otro debido a una hipotética insuficiencia de los  (medios de producci"n) con respecto a unas no menos hipotéticas  (necesidades). 1e hecho& el mundo primitivo no aspiraba más que  a la *ublicidad& y sus medios le provean bastante bien para ello. 7o le faltaba más que la consciencia pblica de la *ublicidad  como *ublicidad6 la *ublicidad de la *ublicidad. 3) Fna observaci"n& dicho sea de paso& sobre el buf"n#  dialéctico 3oyer. Eomamos de él su concepto de *ublicidad& ya  que no mereca conservarlo& visto que no ha sabido qué hacer con él desde su Introducci#n a la ciencia de la %ublicidad& que an  fue un libro bastante bueno. *ero en él ya se perciba este vicio  insoportable6 3oyer alimenta un odio instintivo por el =+2%7C+I. ?simismo& ha querido creer que la *ublicidad estaba& definitiva y  absolutamente& fundada sobre s misma& lo cual es evidentemente  1<  falso /de manera similar& los conceptos de indi$iduo y  de 0.nero tienen el defecto ine-cusable de esconder& con una  inmanencia satisfecha& la incom%letitud del hombre< una vez  más& e-iste un resto& y este resto es el 8loom0. =e comprende  entonces que este concepto& que se supone flota sobre las más  altas cumbres del %spritu& haya podido dar a luz a esa perra  anoré-ica y positiva que es la (comunicaci"n)& o a una utopa tan cretina y repugnante como la abladuría. Eodas las contorsiones  y muecas de 3oyer no bastan para esconder este hecho6 que .l tambi.n  (olvid") considerar lo negativo ah donde se lo haba  enterrado@ ¡C"mo este pseudotrobriandés de la contestaci"n  podra comprender que la oposici"n entre la *ublicidad y el  %spectáculo está superada y en ltimo análisis activamente  mediada por el Bilencio /ciertamente& el %spectáculo es una  alienaci"n de la *ublicidad& y as pues la *ublicidad que se niega  a s misma& pero el =ilencio o lo +nvisible es la negaci"n de esta  negaci"n0< que la negaci"n del %spectáculo es no solamente  negaci"n de la dictadura en  la visibilidad sino también de la  dictadura de la visibilidad< que los destructores silenciosos de  Eurn han adoptado la temible forma de una negaci"n as& y que  es por eso mismo que son destructores! ?demás& por pasi"n a la  visibilidad el pobre vacilante 3oyer ha vuelto invisible a la  contestaci"n< y ha podido tan bien girar& brincar y gritar para  que se le vea hacer sus lamentables payasadas& epistolares o de  otras maneras< de'émosle ah& en la indiferencia y con los  escorpiones. 1? b) La inversión de la relación genérica  12 -lanteados como se%arados, el indi$iduo  el 0.nero %ermanecen abstractos B#lo en su relaci#n 5en tanto que el 0.nero toma *orma en los indi$iduos,  en tanto que el indi$iduo s#lo se %uede de*inir como indi$iduo, es decir como ser social, en la relaci"n, la cual e"trae su sustancia del 0.nero 5, siendo uno %ara el otro, es como alcan&an la concreci#n La unidad en la cual estos momentos, el 0.nero  el indi$iduo, son en tanto que inse%arables, es al mismo tiem%o di*erente de ellos9 tenemos así *rente a ellos un tercer t.rmino, que resulta ser %recisamente la -ublicidad, aquello que *unda absolutamente la relaci"n o el intercambio como %uro intercambio 13 La relaci"n genérica   es la misma cosa que la -ublicidad, %ero en la relaci#n 0en.rica los dos t.rminos que %asan uno en el otro son m/s bien re%resentados como re%osando uno *uera del otro,  la relaci#n 0en.rica como al0o %asando entre ellos Dondequiera que concurran el indi$iduo  el 0.nero, este tercer t.rmino debe estar %resente9 a que no subsisten inde%endientemente 5contrariamente a lo que %lantean 1@ abstractamente el economismo  su indi$idualismo metodol#0ico5 sino que s#lo e"isten en la -ublicidad, que es dico tercer t.rmino Es en la unidad de la -ublicidad que la relaci#n 0en.rica %uede entonces ser al0o concreto :bser$aci#n' ?l mismo tiempo& es claro que la relaci"n genérica  se realiza en la relaci"n o intercambio. 14 ambi.n el Don, como *i0ura de la -ublicidad, es una *i0ura %articular de la unidad del 0.nero  el indi$iduo 5 corres%onde aquí una modalidad %articular de la relaci#n 0en.rica 15 En esta modalidad, los indi$iduos son, como persona'es , absolutamente di*erenciados a priori ,  reali&an su di*erencia en el intercambio que es el don Y este don es .l mismo sin0ular, en tanto que acto entre %ersona4es determinados an %er*ectamente que el ob4eto dado, como símbolo del Don, a%arece inmediatamente en la consciencia %rimiti$a como símbolo sin0ular de todos los dones sin0ulares en que %artici%#  %artici%ar/ Asimismo, las cosas, en el mundo %rimiti$o, son ellas mismas re%utadas de absolutamente di*erentes, sin0ulares  %ersonales (es decir dotadas de personalidades propias ) 1 :bser$aci#n' ,alinoHsGi se;alaba de este modo& en Los Ar0onautas del -ací*ico :ccidental& que (cada ob'eto Jula de  calidad posee su nombre propio& y& ba'o la forma de una historia  o de una leyenda& posee su lugar en las tradiciones de los  indgenas). Y ,auss& a prop"sito de ciertos ob'etos amerindios6  (Cada una de esas cosas preciosas& cada uno de estos signos de  esas riquezas tiene —como en las islas Erobriand— su  individualidad& su nombre& sus cualidades& su poder. 2as grandes  conchas de abalone& los escudos recubiertos por éstas& los  cinturones y las mantas adornados también por las conchas& las   propias mantas blasonadas& cubiertas de caras& de o'os y figuras  animales y humanas te'idas& bordadas. 2as casas y las vigas& y  las paredes decoradas son seres. Eodo habla& el techo& el fuego& las  esculturas& las pinturas< pues la casa mágica está edificada no  s"lo por el 'efe o sus gentes& o las gentes de la fratra vecina& sino  también por los dioses y los ancestros< es ella la que recibe y a la  vez e-pulsa a los espritus y '"venes iniciados. (Cada una de estas cosas preciosas tiene además en s una  virtud productora. 7o s"lo es signo y testimonio< es también signo  y testimonio de riqueza& principio mágico y religioso del rango y  la abundancia.) / E nsao sobre el don0. =e puede además  observar que las cosas mismas son actores del don& o más bien del  1on. =on también persona'es& y participan de y en el género como  Comunidad. 7o obstante& si dos cosas& como dos seres humanos& son& en el mundo primitivo& incomparables& una cosa y un ser  humano pueden& como vamos a ver inmediatamente& estar unidos   por un vnculo de identidad. 2C 16 La unidad simb#lica inmediata de un ob4eto %rimiti$o  el %ersona4e que temporalmente   es el actor de esta cosa como relaci#n, como don, es la posesi"n :bser$aci#n' %n el mundo primitivo& la cosa misma es a veces  identificada con su poseedor& hasta el punto de que lleve el mismo  nombre y de que los actos de uno puedan ser considerados como  emanando del otro. =e ve as que es absurdo creer todava en algn comunismo primitivo. ?demás& hace falta notar que la   posesi"n no designa un lazo con la cosa como uso. *uedo prestarte  mi $a0ua si lo deseas& pero seguirá siendo mo& y si t lo e-hibes  en el pueblo& será e-hibido como mo y participará de y en mi  gloria. ?demás& ya se ha visto que las cosas en cuesti"n& aparte de  darlas& podan no tener uso. Begel observ" ya& en los -rinci%ios de la Filoso*ía del Dereco & que (la voluntad del propietario de que  una cosa sea suya es la primera base sustancial& cuyo desarrollo  ulterior& el uso& es s"lo el fen"meno y la modalidad particular& y  s"lo debe llegar después de este fundamento universal.) Y este  desarrollo ulterior cobra más bien& en el mundo primitivo& el  aspecto de la contingencia. 17 En el ciclo del don, los %ersona4es umanos a*irman su com6n umanidad, su com6n %ertenencia al 0.nero Las cosas %ersona4es intercambiadas a*irman tambi.n su %ertenencia a un 0.nero com6n Al mismo tiem%o, la unidad c#smica que une 21 a todos los %ersona4es, cosas  ombres, es re%roducida, como lo $i$o re%roduce a lo $i$o :bser$aci#n' *odemos citar el e'emplo de un encantamiento  Jula& citado por ,auss y ,alinoHsGi& que e-presa esta comn  pertenencia al género& afirmada a partir de una singularidad  irreductible a %riori de los socios. %l encantamiento sobre todo6  =odo disminue, todo cesa> =u *uror disminue  cesa, o ombre de Dobu> u maquilla4e de 0uerra disminue  cesa, =o ombre de Dobu>, etc. y luego6  u *uror, o ombre de Dobu, caer/ como cae el *uror del %erro cuando $iene a ol*atear a un reci.n lle0ado o bien6  u *uria %arte como la marea, el %erro 4ue0a9 u c#lera %arte como la marea, el %erro  4ue0a, etc. ?demás de la evidente significaci"n de sosiego y  comuni"n surgiendo /aunque segn parece es más bien el furor0& de hecho la singularidad radical reina a %riori& y una segunda  e-plicaci"n& de origen indgena& se da para esta evocaci"n del  22  perro6 (2os perros 'uegan cara a cara. Cuando usted menciona la   palabra perro& as como está prescrito desde hace mucho& las cosas   preciosas vienen consigo /'ugar0. Bemos dado brazaletes& entonces  collares vendrán< unos y otros se reencontrarán /como perros que  vienen olfateándose0). ,auss comenta esto as6 (2a e-presi"n& la   parábola es bonita. Eodo el ple-o del sentimentos colectivos se da  en ella de golpe6 el posible odio entre los asociados& el aislamiento  de los $a0ua & cesa por encantamiento< hombre y cosas preciosas  se congregan como perros que 'uegan y acuden al llamamiento de  la voz.)  Itra e-presi"n simb"lica es la del casamiento de  los mGali& brazaletes& smbolos femeninos& con los soulava& collares& smbolos masculinos& que tienden el uno hacia el otro& como el macho hacia la hembra. %stas diversas metáforas significan e-actamente la misma  cosa que lo que e-presa en otros términos la 'urisprudencia mtica  de los maorís. =ociol"gicamente& una vez más& lo que queda  e-presado es la mezcla de las cosas& los valores& los contratos y los  hombres.) /ibid.0  18 odos los %ersona4es asociados, los ombres  las cosas, resur0en desde el ciclo del don, con una sin0ularidad con*irmada, en adelante %6blica, *ul0urante %or aberse baado en la *uente sustancial del 0.nero :bser$aci#n' 2a posesi"n primitiva se opone aqu a la moderna  23  propiedad privada en que no es en ningn caso alienable hasta el  grado del (reformateado). 2as cosas conservan el recuerdo de  todos los dones en los cuales han participado. ?s& un hombre   primitivo podrá contar los intercambios hist"ricos o mticos en los  cuales ha participado cierta cosa. Y esto es lo que funda el  renombre de la cosa y su valor. ?simismo& el renombre de los  hombres se construye& se perpeta& y es sin cesar puesto en 'uego  en el 1on. Be aqu el mana primitivo. =u ley es la del a0#n& del  conflicto entre pares como lazo social. ?demás& el 1on organiza lazos singulares& permanentes. *or e'emplo& el Jula se practica con socios permanentes& con los  cuales se tienen vnculos privilegiados. 19 -ero en el mundo %rimiti$o, cada comunidad, como Interior, se a*irma como el 0.nero mismo Y, para nosotros , 5 %ara la consciencia uni$ersalista en 0eneral5 se trata m/s bien de un *raccionamiento del 0.nero como totalidad umana Este *raccionamiento, en especies , del 0.nero, es la condici#n de subsistencia no s#lo de cada *racci#n como *racci#n sino tambi.n  sobre todo del Don, que como *i0ura de la -ublicidad se re$ela tambi.n como unidad su%erior de las *racciones :bser$aciones' 1) ? fin de obviar en interpretaciones suciamente  biologicistas de esta tesis& precisamos que empleamos el término  2 de es%ecie& a falta de otro& s"lo para dar la idea de un  fraccionamiento del género en subunidades& en +nteriores  irreductibles& aunque fundados por su unidad en el género. ?simismo hay que releer las tesis precedentes considerando que  ah donde intervenga la relaci"n genérica& interviene también este   fraccionamiento  0en.rico del 0.nero . 2) %n el mundo primitivo las relaciones son  principalmente relaciones cara a cara& y no podran permanecer  as sobre e-tensiones demasiado grandes. ?simismo& cada  sociedad primitiva se fi'a un interior y un e-terior& y s"lo el  interior puede ser reconocido como participando de la comunidad  humana del género. %l 1on concierne al interior y solamente al  interior /interior que puede& por otra parte& reunir un nmero  bastante grande de tribus0. %l intercambio con el e-terior& con el e"tran4ero& cuando tiene lugar& ocurre de acuerdo a lo que  ,arshall =ahlins denominaba reci%rocidad ne0ati$a — forma   pr"-ima al comercio& o al pilla'e. %l 1on de*ine al interior&  planteando los lmites que encierran al género y los persona'es. ?l  mismo tiempo& el 1on define también a cada comunidad o  sociedad como interior& y define también el fraccionamiento del  género& as como la afirmaci"n de cada fracci"n como  siendo el género. =e comprende pues el poder de destrucci"n que han podido  tener las grandes religiones universalistas sobre las comunidades   primitivas /a pesar de que& por otra parte& las sociedades   primitivas tengan una cierta capacidad para incorporar& en el  28 seno de sus unidades mticas& creencias que les son e-teriores& como atestigua el instructivo e'emplo del culto del Cargo& en ,elanesia0. 20 En el Don, la relaci#n 0en.rica se %resenta %ues ante todo como el %roceso de reali&aci#n del %ersona4e %or medio del 0.nero  de su *raccionamiento en es%ecies El 0.nero a%areciendo en la es%ecie, como si a%areciera en sus %ro%ias *ronteras absolutas, se reali&a tambi.n en el %ersona4e,  es la comunidad unida de los %ersona4es sin0ulares El %ersona4e, como la comunidad, tiene una e"istencia concreta9 la -ublicidad est/ efectivamente   %resente  unitaria en el interior de cada comunidad (%ero ense0uida, la -ublicidad se *racciona en di*erentes interiores,  la a%ariencia de un interior %ara otro es la de la e"terioridad mientras que este otro constitue tambi.n un interior), aunque no sea conocida a6n como -ublicidad 21 El mundo moderno %resenta, $isiblemente en la .%oca del %spectáculo , una relaci#n 0en.rica que es una inversi"n de la que corres%onde al Don 2< 22 El Kloom, este ser sin %articularidad, es a   priori  equi$alente a cualquier otro Kloom o m/s bien al Kloom como masa ,  es %ues, como Kloom, absolutamente  equi$alente odas las %articularidades que e"ibe *ren.ticamente son de eco %ara .l al0o e"terior,  su banalidad las re$ela *inalmente como una astucia de la equivalencia  :bser$aci#n' ? la pregunta insolente (Kuién se esconde tras un relo' ?udemars *iguetD) recientemente escupida por la colecci"n de lodos de la *ropaganda& la respuesta evidentemente es6 nadie. 23 La a0itaci#n %ermanente del Kloom, su es*uer&o deses%erado %or construirse una apariencia de %ersonalidad, una personalidad como apariencia , re$ela a la a%ariencia como acci#n de la -ublicidad  para la -ublicidad Y de eco, el Kloom e$oca a esas tribus %rimiti$as cua $ida 0ira alrededor de la a*irmaci#n del %resti0io -ensamos %or e4em%lo en el or0ullo que saca un trobriand.s del alarde de sus ames ada se %arece m/s a un display trobriand.s que una $itrina de almac.n o la ro%a de un 'oven#cool  24 Bin embar0o, no se %uede decir que el ombre %rimiti$o sea superficial  Bu $erdad es m/s bien 5lo cual %rueba que 2? 7e0el tiene ra&#n5 la inmediatez , o m/s bien la unidad de la totalidad  la a%ariencia de la totalidad, es decir la *ublicidad , %ero entonces solamente como unidad inmediata La -ublicidad que a6n no se sabe como tal, que no a lle0ado a la -ublicidad de la -ublicidad, la -ublicidad %uramente en#s , que a6n no es para#s  25 In$ersamente, el mundo del Kloom es el mundo en que la -ublicidad a%arece *inalmente Y el comien&o que amerita este mundo es el mundo %rimiti$o uestra .%oca es aquella en que a%arece *inalmente la -ublicidad, como $erdad del mundo %rimiti$o La sociedad ca%italista a$an&ada es %or lo tanto la   primera sociedad primitiva  26 -ero si la -ublicidad es o en día $isible, lo es s#lo en la ausencia -orque la -ublicidad a%arece *rente a cada Kloom -ero nin06n Kloom $i$e la unidad del mundo  su a%ariencia, la -ublicidad -or el contrario, con*rontado a su %ro%ia miseria, $e m/s bien una contradicci#n en la *elicidad a%arente del :tro, al0o terrorí*ico, que le em%u4a a construirse .l mismo una a%ariencia' el Itro le ha robado su vida 9 .l nunca a $i$ido nada,  esta des%osesi#n a%arece al Kloom como una temible maldici"n, que a que esconder a todo %recio a *alta 2@ de %oderla ol$idar %or com%leto -ero el :tro, el se , es tambi.n .l mismo El mundo en que $i$imos es, %or tanto, aquel en que la a%ariencia de la -ublicidad se en*renta a la -ublicidad9 %ero este desdoblamiento es .l mismo desdoblado' a que esta e"terioridad de la -ublicidad res%ecto a su a%ariencia es tambi.n una e"terioridad de la -ublicidad %ara consi0o misma, una escisi"n  en el seno de la -ublicidad, en tanto que .sta es %recisamente la unidad de aquello que es  aquello que a%arece Esta escisi#n de la -ublicidad, que es en realidad una uni#n de sus dos momentos como se%arados, es %recisamente el Es%ect/culo :bser$aci#n' 2a alienaci"n crea las condiciones de su superaci"n. Y es precisamente porque la *ublicidad está ausente que puede  ésta finalmente aparecer& apareciendo como necesidad. ?simismo& la alienaci"n de la *ublicidad en %spectáculo es finalmente la que  deba revelarnos a la *ublicidad como *ublicidad. 27 A esta escisi#n de la -ublicidad que es el Es%ect/culo le corres%onde tambi.n un de$enirabstracto del indi$iduo  el 0.nero En este mo$imiento, el indi$iduo de$iene Kloom, indi$iduo sin indi$idualidad, indi$iduo abstracto que %arece no ser m/s que un accidente del 0.nero o m/s bien su medio %ara %ermanecer como 0.nero %uro, es decir como 0.nero abstracto, como masa Al mismo tiem%o, el %ro%io 0.nero, como 0.nero 2 %uro  abstracto, como masa, %arece %erder toda or0anicidad  ser un sim%le con4unto de indi$iduos/tomos :bser$aci#n' %l 8loom a menudo intenta& por la va de las  mercancas aparentemente particulares& as como por roles /en el  sentido en que los situacionistas entendan este términos0 —roles  que no s"lo se organizan generalmente alrededor de mercancas& sino que son también ellos mismos& ontol#0icamente& mercancas& como permite fácilmente comprenderlo la secci"n siguiente de este artculo— acapararse un simulacro de  individualidad. ? veces prueba& también& con la tranquilizante   pseudopertenencia a una comunidad fantoche& de las que rigen la mala sustancialidad /7otemos que esta pseudopertenencia  tiene para el 8loom la venta'a —que la hace incluso una  necesidad— de reducir el poder tiránico del Itro& este ladr"n de  vida y demiurgo& reba4/ndolo a su pro-imidad< as uno la  domestica y se aclimata a ella@ — y esta relaci"n malintencionada entre enemigos& entre e-tra;os& es generalmente  el fundamento de esa abyecci"n que an quiere llamarse  (amistad)0. %sto es lo que los infectos publicistas de la mercanca  y algunos de sus colegas soci"logos incluso osan llamar (tribu). *ero si esta forma abstracta de especie es una tribu& es más bien la tribu de los roles y las mercancas quienes la organizan& más  que la de los 8loom& que son simples mediaciones de esta  importante comunicaci"n que practican entre s las cosas& a fin de  ane-ionarse me'or lo Comn& con el fin de alienar cada vez más  la *ublicidad. 3C 28 En esta *i0ura de la -ublicidad que es el Es%ect/culo, la equi$alencia triun*a El /tomo es equi$alente al /tomo, el /tomo es absolutamente  equi$alente,  el 0.nero se re$ela como el sim%le reino uni$ersal  absoluto de la equi$alencia, como el absolutismo de la equi$alencia :bser$aciones' 1) *or otro lado& la equivalencia absoluta del 8loom& como equi$alencia abstracta en el = abstracto del 8loom& es  también para él la ilusi"n de la identidad consi0o& de la pura  sub'etividad. %s esto lo que hace que el 8loom tienda a devenir tan masivamente relativista. 2) *odramos considerar a este atomismo y escisi"n generalizada de la *ublicidad como un estrechamiento& una constricci#n de esos interiores de los que hablábamos en las  tesis LM y NO& estrechamiento en torno al mero individuo& que por  consiguiente no puede ya e-istir como individuo& en tanto que  átomo. 7otemos que esto significa la e-tra;eza radical entre  todos los hombres y la e-tensi"n de esta e-tra;eza& es decir la  alienaci"n de la *ublicidad. Ya que el e-tran'ero& como simple  e-tra;o& se caracteriza s"lo negativamente en relaci"n al interior&  para cada interior dado& todo lo que es e-terior lo es como  equivalente. :eencontramos aqu la equivalencia absoluta del  8loom. % imaginamos entonces c"mo la práctica del comercio va  acompa;ada desde el %rinci%io de la alienaci"n de la *ublicidad. 31 29 oda el ob4eti$o de la relaci"n consiste entonces en acer a%arecer la sin0ularidad, en crear la sin0ularidad como a%ariencia -ero esta a%ariencia de la totalidad como te4ida de sin0ularidades est/ en o%osici#n e"terior a la totalidad realmente alienada como equi$alencia absoluta 30 La relaci#n 0en.rica es entonces ese mo$imiento %or el cual la equi$alencia absoluta a priori   resulta con*irmada, cada $e& m/s %otente  tir/nica, %or la relaci#n como a%arici#n de la sin0ularidad o m/s bien de la sim%le %articularidad Es %or esto que a una inversi"n de la relaci"n genérica  ada es m/s antin#mico a un display  trobriand.s que una $itrina de almac.n o la ro%a de un 'oven#cool  32 III – La Metafísica Crítica Y el puzzle social  entreg" su ltima combinaci"n Andr. Kreton 31 Dos mercancías son a priori ,  aut.nticamente, equivalentes  Bolo su%er*icialmente,  en un se0undo tiem%o, se %resentan como singulares  na mercancía siem%re debe %resentarse como sin0ular, lo cual le da todo su mana  Bolo así es como es deseada, es decir, que la idea del intercambio en tanto equi$alencia, idea que se encuentra en ella, de$iene %6blica,  de este modo, se0uidamente, la mercancía %uede %artici%ar en el acto m/0ico del consumo n acto tal que con*irma su equi$alencia absoluta en el intercambio, antes de que la equi$alencia absoluta del uso se a*irme tir/nicamente, en todos los Kloom que la an com%rado, como em%obrecimiento brusco Y la sin0ularidad que se abía mostrado se re$ela tambi.n como mercancía, es decir, como %er*ectamente indi*erenciada El maná u# 33 32 Esta sin0ularidad se encuentra de entrada indi*erenciada, %uesto que cada es%ecie de mercancía es %roducida  consumida masi$amente,  %orque esta masa est/ constituida %or ob4etos id.nticos Y lue0o, %orque las %ro%ias %seudosin0ularidades que %arecían di*erenciar las di$ersas es%ecies es re$elan como abstractas -uesto que lo que era realmente deseado 5 que se a %erdido en el momento mismo en que *inalmente se creía obtenerlo5 es el mana  mercantil, sustancia en lata de conser$a %ara el indi$iduo sin sustancia, pura  sin0ularidad, sin0ularidad 0eneral, abstracta 33 -ero esta sustancia es m/s bien una suerte de nada acti$a, de modo que la mercancía es de eco una es%ecie de %ura *orma, una c/scara $acía, el sim%le *ra0mento muerto de un $aso roto  $aciado Y esta sustancia  formal  se de*ine esencialmente   %or su modo de a%arecer en tanto que %ura %resencia inmediata,  debe cobrar el as%ecto de sin0ularidad sim%lemente %orque reali&a esta esencia, la de una %ura %resencia inmediata  abstracta La sin0ularidad a%arente es aquello que %ermite a la mercancía reali&ar su conce%to, mostr/ndose como inmediata, sin misterio, mientras que sin embar0o es %ro*undamente m/0ica Lo que caracteri&a a la mercancía en tanto que uni#n de lo %ro*ano  lo sa0rado,  no como su%erados sino como se%arados, es el eco de que la mercancía deba ser m/0ica %ara e"istir efectivamente   en tanto 3 mercancía, escondiendo su naturale&a m/0ica %or la misma ra&#n 5%uesto que tambi.n debe ser la %ura inmediate&  la %ura e$idencia La mercancía no es el su%eramiento de lo %ro*ano  lo sa0rado, creada %or ellos Es m/s bien la sim%le uni#n sodomita de estos dos momentos, que no los su%era, sino que m/s bien los mezcla , como es lo corriente en el mundo de las quelipot  34 La ra&#n %or la cual la mercancía $e su *orma  su sustancia %lanteadas a no en tanto que momentos inse%arables, su%erados en una unidad su%erior, sino como sim%lemente subsumidos en la abstracci#n %or la i%#stasis de la *orma, es que ella %ertenece de eco al ser#para#s  ob'etivado , %lanteado como e"terior al ombre :bser$aci#n' 2uego el valor no es (traba'o cristalizado)& como  crea ,ar-& sino ser%arasí cristalizado. 35 -ero al mismo tiem%o que este ser%arasí e"terior, esta -ublicidad ob4eti$ada, es lo que a de m/s deseable en la .%oca del Es%ect/culo, donde la escisi#n de la -ublicidad si0ni*ica tambi.n la ausencia del ser%arasí, lo que a de m/s e$anescente,  que es al mismo tiem%o este ser#para#s   ba4o el +elo*/n, este mana , es la ausencia de la -ublicidad 38 36 -uesto que este ser#para#s , en el consumo, %ermanece e"terior al consumidor Y esta e"terioridad lo nie0a ense0uida en tanto ser#para#s , en tanto que re*le"i$idad Es %or ello %or lo que el mana  ue,  %or lo que el consumidor es insaciable 37 -ero entonces, la mercancía, m/s que como sim%le ser#   para#s ob4eti$ado en el e"terior, se de$ela como %rinci%io ob4etal del serabsolutamente e"terior del ser#para#s ,  % o r tanto tambi.n de la e"terioridad %ara consi0o del ser%arasí,  se muestra como la mediaci#n misma que se%ara al Kloom res%ecto al ser%arasí, a la totalidad res%ecto a su a%ariencia 5  el mo$imiento de la mercancía es el mo$imiento de la escisi#n de la -ublicidad :bser$aci#n' %n otros términos& la mercanca es la mediaci"n activa del ser#para#s#como#para#un#otro /en el sentido en que en el %spectáculo& el Itro& es siempre el se0& es decir& de la mala sustancialidad. *ero esta mala sustancialidad está también siempre (interiorizada) en tanto ser#para s# como#un#otro& o  bien6 es la mediaci"n de la reificaci"n. 3< 38 El Es%ect/culo es la mercancía que se de$ela en *in como figura de la *ublicidad  39 Lo que %ara el ombre es una in$ersi#n del $ínculo 0en.rico, es tambi.n la di*usi#n del $ínculo 0en.rico de la mercancía 40 Este $ínculo 0en.rico es una %ro%iedad esencial de la mercancía en tanto que puro fen"meno  En e*ecto, 1) es el %roceso de su a%arici#n, 2) en tanto que in$ertido, %resu%one, priori,  %or la equi$alencia absoluta a la total banalidad   M%latitudeN de las mercancías, su ser%lano, su ausencia declarada de Interior Aora bien, esta %ura *enomenalidad a*irmada de la mercancía, en tanto que es ella misma *en#meno, se su%era ense0uida Y esta %ura *enomenalidad se de$ela tambi.n como modo de develamiento  :bser$aciones' 1) *or (superar)& entendemos& segn una tradici"n clásica& el au*eben hegeliano /que es a la vez suprimir& conservar y  superar0. 3? 2) 2a mercanca se presenta como la propia banalidad& y  la confesi"n de esta banalidad& como la declaraci"n de  la ine"istencia del misterio. *ero esta manera de aparecer es ella  misma misteriosa. %s eso lo que e-plicitaba ya la tesis PP. 41 En tanto que tal,  como *orma de la %ura *enomenalidad mercantil, el $ínculo 0en.rico in$ertido es una %ro%iedad metafsica de la mercancía' lo su%rasensible es el fen"meno en tanto fen"meno  :bser$aciones' 1) %n efecto& clásicamente& lo supra#sensible se presenta de  entrada como un más allá de lo sensible& como +nterior inaccesible   para el entendimiento. %n una situaci"n tan desesperante& donde  lo +nterior está algo as como vaco /puesto que el resultado es  seguramente el mismo que si se coloca a un ciego en medio de los  tesoros del mundo suprasensible— si este mundo tiene tesoros&  poco importa que sean el contenido propio de este mundo& o que  la consciencia misma constituya tal contenido—& o que si se  coloca un vidente en las puras tinieblas& o si se quiere en la pura  luz& si es que el mundo supra#sensible es meramente eso< el que  tiene o'os no ve ni en la pura luz& ni en las puras tinieblas& as  como el ciego no vera nada de los tesoros que se desplegaran ante él0& no le quedara ya más a la consciencia que atenerse al   fen"meno —es decir& tener como verdadero lo que sabe que es  3@  falso— o rellenar este vaco con quimeras& que siempre son me'or  que nada@ *ero el +nterior o el más allá suprasensible ha tenido  nacimiento& proviene del fen"meno& y el fen"meno es su  mediaci"n& o me'or& el fen"meno es su esencia& y de hecho su  cumplimiento. 2o suprasensible es lo sensible y lo percibido   planteados como ellos son en verdad< pero la verdad de lo sensible  y de lo percibido es el ser fen"meno. %s por ello por lo que lo  suprasensible es el fen"meno en tanto fen"meno. —=i se quisiera  entender por esto que lo suprasensible es en consecuencia el  mundo sensible& o el mundo tal como es para la certeza sensible  inmediata y para la percepci"n& se comprendera al revés< puesto  que el fen"meno no es el mundo del saber sensible y de la   percepci"n en tanto ente& sino que es más bien el saber sensible y  la percepci"n planteados como superados& y planteados en su  verdad en tanto que interiores. =e ha podido creer que lo  suprasensible no era el fen"meno& pero ocurre que ba'o el vocablo  de fen"meno& no era verdaderamente tal fen"meno lo que se  entenda& sino más bien el propio mundo sensible& en tanto que  realidad efectiva real /que& sea dicho de pasada& no e-iste en#y#   para#s& o absolutamente& y no es por tanto un e-istente verdadero  Qe-istant vraiR0. 2a mercanca& a la inversa de las metafsicas más  antiguas& afirma positivamente la vacuidad del +nterior& e incluso  su ine-istencia. 1ecreta que todo se termina en el fen"meno<  ahora bien& un tal absolutismo del fen"meno puro niega también la fenomenalidad del fen"meno. *ero tan pronto como esta  denegaci"n de la fenomenalidad del fen"meno se revela ella  3 misma en tanto fen"meno& el fen"meno se reencuentra de nuevo  como fen"meno —lo que denuncia a esta denegaci"n en tanto que  mentira—& y esta fenomenalidad& en tanto fen"meno& es ya  superada QsursuméeR en suprasensible& y esta denegaci"n mentirosa aparece también como propiedad metafsica de la  mercanca. %n fin& en tanto que la mercanca se presenta como   puro fen"meno& su +nterior& su realidad suprasensible le es algo  as como e-terior. Y esta separaci"n de lo sagrado y lo profano& sin embargo mezclados& esta escisi"n en el seno de la unidad del  ,undo en tanto totalidad& como ,etafsica& es ella misma  también metafsica& es incluso una figura de la metafsica —as  como la escisi"n de la *ublicidad era una figura de la *ublicidad. 2) 2os que hayan podido leernos verán aqu una  e-plicitaci"n de la tercera observaci"n sobre la tesis LL. 2a  Ciencia no es el fluir siempre liso de un arroyo claro como el  agua& o bien de un ro algo más turbulento. *or el contrario& la  Ciencia se revisita y se cruza a s misma sin cesar en ese laberinto  de figuras que constituye el elemento del sentido. ?s& indefectiblemente& el agua vuelve& después gratuita& en cierto  ahora& para concluir que no hay nada más allá& y autenticar as  QauthentiquerR el silencio. %l fen"meno en tanto fen"meno es lo suprasensible& el   propio aparecer no aparece. 2a ,etafsica Crtica puede revelar  que el aparecer es y que eso constitue un misterio. *uede  también mostrar c"mo este misterio se manifiesta en la época del  %spectáculo6 se mani*iesta como no mani*est/ndose en tanto que misterio. *ero la ,etafsica Crtica no puede ni quiere  C destruir este misterio. 1e'amos al %spectáculo esta cabezonera a  lo =sifo& enconado como está en esta absurda tarea. 3) Con mayor precisi"n6 la e-istencia de este misterio   puede ser hecha pblica& contrariamente al propio misterio& que  es com6n& pero que no podra evidentemente ser él mismo   pblico. ?qu interviene la diferencia entre *ublicidad y Comn /que 3oyer ha confundido lbricamente& para gloria de *ublicis y  de %uro#:=CS0. 2o Comn es aquello que nos viene dado en reparto compartido Qen partageR& la *ublicidad es la %r/ctica consciente de este reparto& que sabe por tanto aquello que debe a  lo Comn6 que ella es su alienaci#n necesaria. %lla reparte por  tanto también conscientemente la imposibilidad radical del  reparto compartido. 2o Comn es aquello que hace posible esa  e-plicitaci"n en que consiste la *ublicidad& pero esta posibilidad  no se de'a ella misma e-plicitar. 2o Comn aflora directamente  en la *ublicidad& pero develándose se vela& y vela también su  develamiento. 2o que nos es más consustancial y más cercano& también nos es lo más le'ano& aquello sobre lo cual tenemos una  menor aprehensi"n. ?qu está la parado'a absoluta. Eenemos en comn el ser#en#el#mundo& el hablar y ser mortales& pero no   podemos decir aquello que son& en su fondo& el ser#en#el#mundo& el  lengua'e o la muerte. 2o Comn no obstante puede hacer  irrupci"n en la *ublicidad& ba'o la forma de e-periencias  individuales o colectivas& que siempre son e-periencias de lo  indecible. 2a presencia de lo Comn no es otra cosa que la   presencia de lo trascendente. 1 42 -ero este modo de de$elamiento que se de$ela en tanto que figura  re$ela tambi.n al Es%ect/culo como figura del =er , o como *i0ura de la meta*ísica o m/s bien como la mercanca que  se devela como figura del =er y de la metafsica  :bser$aciones' 1) %s esta naturaleza finalmente metafsica y ontol"gica  del concepto de %spectáculo lo que hace que 1ebord dé tantas  definiciones diferentes de él& de las que ve mal& incluso& c"mo   podran acordarse& unirse en un todo orgánico. 1ebord& como la  mayor parte de los te"ricos revolucionarios hasta ahora& para  criticar la metafsica mercantil no ha querido o no ha sabido  reconocer que se colocaba dentro del terreno de la metafsica. 2o  que revela la !eta*ísica +rítica es& sin embargo& este hecho y su  necesidad. 2) %l carácter metafsico del concepto de %spectáculo se  muestra también en aquella instancia por la que vemos que une  el ob'eto develado y el modo de develamiento. 2as  interpretaciones antimetafsicas de este concepto& separando estos  dos momentos& se condenan a empobrecer la crtica del  %spectáculo convirtiéndola en crtica de los media. %n efecto& éstas& considerando aisladamente el modo de develamiento& son muy naturalmente conducidas a buscarlo en un ob'eto social  aislable& y por tanto a i%ostasiarlo& muy en general& en un sector  determinado de la producci"n. ?demás& este punto de vista& en 2 general vulgarmente materialista& está muy contento de que estos  media sean por consiguiente reducibles a una simple estructura  material< haciendo esto& niega también todo modo de  develamiento6 segn él& solo hay cosas& unas más buenas /el buen vino no capitalizado& el inmaculado artesanado y los buenos  compa;eros0& y otras más malas /la televisi"n& los ordenadores y  la Coca#Cola0. Fna vez que ha circunscrito paralelamente al  %spectáculo en un gran ob'eto e-terior& puede volverse hacia la  (vida auténtica) y a su reconforte de marmota en tanto que  certificado de pureza anti#espectacular. %sta actitud consigue  naturalmente fetichizar las auténticas (peque;as cosas  concretas)& las (gentes auténticas) que las usan concretamente& y  los muy auténticos terrores concretos que verdaderamente ellos  cultivan —summun de la insolencia del %spectáculo& ¡quién te   pudo vender aquello que él ha ya destruido! *ero d"nde se han  puesto las nieves de anta;oD %ncarnizándose en olvidar la efectividad del modo de  develamiento& esta pseudo#crtica del %spectáculo habla& a pesar  suyo& la propia lengua del %spectáculo. 2a crtica del %spectáculo es meta*ísica o no es. %lla lo es  e-plcitamente& o si no se vuelve contra s misma& y refuerza al  %spectáculo. 3 43 El es%íritu de la naturale&a es un es%íritu escondido9 no se %roduce ba4o la *orma misma del es%íritu' es 6nicamente es%íritu %ara el es%íritu que lo conoce, es es%íritu en sí mismo, %ero no %ara sí mismo (7e0el) La mercancía es el es%íritu que se aliena en una naturale&a o%resi$a, el es%íritu muerto que triun*a La !eta*ísica +rítica es el es%íritu que conoce el es%íritu de esta naturale&a de %acotilla, el ser#para#s   de este es%íritu La !eta*ísica +rítica es la manifestaci"n de la  metafsica mercantil en tanto que metafsica , el ne0le0entiae mibi videtur si non studemus quod credimus intelligere  5ba4o mi %unto de $ista sería una ne0li0encia no %ro*undi&ar en las cosas que creemos com%render5, inscrito en la %ura %resencia mercantil misma 7asta el %resente, es el mundo quien a %ensado %or nosotros :bser$aciones' 1) ?s& contrariamente a una opini"n e-tendida& afirmamos que la humanidad ha pasado hist"ricamente desde  una alienaci"n social a una natural& y no al revés. Y& a pesar de lo  que puedan creer ciertos economistas& hablar de la naturalidad de  la mercanca no supone en absoluto una 'ustificaci"n de su  e-istencia& y menos an& es seguro& una prueba de su (eternidad). 2a humanidad que se aliena en naturaleza no corresponde a su  concepto& y la realidad en tanto naturaleza es una realidad que se  enga;a. 2a ,etafsica Crtica revela este error de la realidad en tanto realidad del error.  2) *orque la naturaleza es toda$ía del espritu& por eso& se   puede decir& como hemos hecho /cf. observaci"n de la tesis NT0  que las cosas comunican. Comprendámoslo bien6 es seguro que  este espritu es siempre el espritu del hombre& pero cuando el  hombre no alcanza a aprehenderse a s mismo& cuando el espritu  no es para#s#mismo& su ser%arasí se separa de su serensí& y  ello supone también la autonomizaci"n del espritu& esto es& aqu& el poder efectivo de las cosas. 44 La !eta*ísica +rítica se da directamente en el ente' cada %arcela de este mundo es la con*esi#n de su *alsedad 45 El desarrollo ist#rico del modo de e"%licitaci#n mercantil a conducido al ombre asta tal %unto de bloomitud que se sabe  que se es -ero solo un ombre %uede con*ormar un Kloom La alienaci#n es siem%re alienaci#n de al0o Entonces, el Kloom que se descubre en tanto Kloom, que tiene consciencia de su estado de Kloom, es a cualitati$amente al0o distinto de un sim%le Kloom -uesto que eso que a*lora entonces,  que se re$ela, es, una $e& m/s, la ca%a del ser que conlle$a el conocimiento del ser mercantil, , %or consi0uiente, tambi.n su *undamento  su sobre%asamiento, una ca%a que se encuentra ba4o la de la equi$alencia absoluta El Kloom que 8 com%rende su ser Kloom es %or tanto un meta*ísico crítico :bser$aciones' 1) Bemos escrito bien6 (%l 8loom que comprende su ser#  8loom& inteligente de su ser#8loom). %l que no tiene de ello más  que la consciencia sim%le o el entendimiento& no es todava un metafsicocrtico< lo puede devenir& a menos que no prefiera  venderse como profesional del lengua'e del halago. 2) Kuien se esconde tras el 8loom que se esconde tras el  relo' ,achiD QDDR %l acto de esconderse como 8loom& por tanto  también la consciencia potencial& inscrita en el coraz"n del ser& de  su bloomitud< un metafsico#crtico que se ignora /o no0. 2a  ,etafsica crtica está en todas esas tripas. 46 -ero entonces, en tanto que la !eta*ísica +rítica es la mani*estaci#n de la meta*ísica mercantil en tanto que meta*ísica, su mo$imiento %ro%io la em%u4a acia su %ro%ia abolici#n, acia su sobre%asamiento La %rimera meta de la !eta*ísica +rítica es la de su%rimirse Be trata de darse los medios %ara ello :bser$aci#n' %n efecto& ya que el movimiento de la ,etafsica  Crtica es precisamente el movimiento de la e-plicitaci"n y por  < tanto también de la negaci"n de la metafsica mercantil& el hecho  de llegar a la efectividad es para ella el medio de la destrucci"n de la metafsica mercantil& y por tanto también de su propia  supresi"n& de su propio superamiento. 47 La ciencia  es en adelante el mo$imiento de de$elamiento de la !eta*ísica +rítica En el camino de su su%resi#n, la !eta*ísica +rítica es la ciencia :bser$aci#n' ?qu& por (ciencia)& está claro que no entendemos  aquello que los llamados cientficos —ya sean asalariados del  C7:= o de los laboratorios 8iopoder U co.— y otros positivistas se  imaginan que es la ciencia& sino más bien& evidentemente& el  movimiento práctico de autoe-plicitaci"n del %spritu. (continuar/)