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La prueba recabada durante la investigación apuntaba a que el señor Edgar Haroldo Barrios Cifuentes dio muerte a su propia hija estrangulándola. Además, quedó al descubierto las múltiples agresiones de que hizo objeto a Gia, entre otros crímenes y delitos que cometió contra la niña desde los dos años de edad, y contra otros tres menores de edad. El caso llegó a debate oral y público en el Tribunal de Femicidio de Quetzaltenango. El 6 de febrero de 2012 fue absuelto por el delito el sindicado Barrios Cifuentes. El magistrado Werner Sac, juez del Tribunal, dijo que la investigación del Ministerio Público “dejaba muchas dudas”. Esta sentencia absolutoria constituyó una aberración jurídica y un precedente nefasto para la justicia guatemalteca relacionada con la niñez y mujer víctimas. Al provenir de un Tribunal especializado en Femicidios que, lejos de condenar al sindicado, habiendo suficientes medios probatorios, lo absolvió, contribuyendo así a la impunidad en nuestro país. Por ello Fundación Sobrevivientes inició proceso de antejuicio contra los tres jueces que integraron el Tribunal de Sentencia en aquel momento: Werner de Jesús Sac Hernández, Rafaela Salazar López y Nolver Oziel Fuentes Fuentes. En contra de Edgar Haroldo Barrios Cifuentes de celebró otro juicio. El Tribunal de Femicidio de ciudad Guatemala, el 18 de octubre, le encontró culpable de femicidio; violación con agravación de la pena y circunstancias especiales de agravación en forma continuada; agresión sexual con agravación de la pena en forma continuada; en contra de la niña Gia Karlotta Bernardette Barrios Pinott. Además de agresión sexual con agravación de la pena en forma continuada, contra otras tres víctimas más. Responsable de disparo con arma de fuego contra menor de edad y violación con agravación de la pena en forma continuada contra menor de edad. Se le condenó a un total de 190 años, 6 meses y 10 días de privación de libertad por los delitos descritos.
