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Ceramistas De La Ribera. Los Antiguos Pobladores Del Delta Del Paraná.

Ceramistas de la ribera. Los antiguos pobladores del delta del Paraná.

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  Ceramistas de la ribera Los antiguos pobladores del delta del Paraná Gustavo G Politis Facultad de Ciencias Sociales,Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires Mariano Bonomo Violeta Di Prado Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata La arqueología del delta del Paraná está reconstruyendo la historia desconocida de los grupos indígenasque habitaron esa zona entre hace dos mil años y la llegada de los españoles. ¿DE qUé SE TRATA? El delta del Paraná y sus antiguos pobladores El delta del Paraná, que hoy se extiende a lo largo de320km, desde Diamante en Entre Ríos hasta el Río de laPlata, no siempre tuvo la conguración que conocemosactualmente. Comenzó a ormarse hace aproximadamen-te seis mil años, cuando las arenas, las arcillas y los limosque transportaba el río empezaron a depositarse y a con-gurar una intrincada red de islas, lagunas y estrechoscursos de agua, más llanuras aluviales costeras. Islas y lla-nuras podrían haber sido habitadas algo después, cuandose estabilizaron los ambientes litorales. Pero la presenciade población humana solo se constató ehacientemente,mediante mediciones de carbono 14, desde hace unosdos mil años. Esa población se estableció allí, sin duda,por un conjunto de condiciones avorables: clima subtro-pical, suelos értiles enriquecidos anualmente por los des-bordes del río, variedad de animales terrestres, aves, pecesy moluscos, y diversidad de arboles nativos, como ceibo( erythrin crist-glli ), espinillo (  acci   cvn ), timbó ( entr-lbium cntrtisiliquum ) y sauce criollo ( Slix humbldtin ).Cuando en el siglo XVI los conquistadores europeosingresaron en el estuario del Plata y remontaron los ríosUruguay y Paraná, hallaron dierentes grupos étnicos es-tablecidos en sus orillas y en las numerosas islas que or-man el delta. Uno era el de los guaraníes, arribados a lazona relativamente poco antes, quizá con no más de dossiglos de antelación, desde el norte, posiblemente por elrío Uruguay; estaban asentados en las islas externas deldelta. En el resto de ese territorio vivían etnias más an-tiguas en la región, claramente dierentes de los ‘reciénllegados’ guaraníes, como los chaná, timbú y mbeguá.¿Quiénes eran esos antiguos grupos indígenas, quesuelen ser identicados con el nombre genérico dechaná-timbú? ¿Cómo ue su orma de vida? ¿De dóndearribaron y desde cuándo habitaban la región? ¿Eran solocazadores, recolectores y pescadores? ¿O también teníancultivos? Las investigaciones arqueológicas que los auto-  ARTÍCULO 31 Volmen 23 número 133 jnio - jlio 2013  res llevan a cabo desde 2006 en el delta superior del Pa-raná buscan contestar esas preguntas mediante el análisisde los restos materiales de sus asentamientos en la actualprovincia de Entre Ríos. Algunos de los resultados más inte-resantes de estos estudios se resumen en lo que sigue.Entre los primeros viajeros que llegaron a tierras delPlata estaban Diego García de Moguer (1527), Luis Ra-mírez (1527), Ulrico Schmidl (1536) y Francisco deVillalta (1536). Escribieron crónicas en las que descri-bieron el delta del Paraná como un área heterogénea yculturalmente dinámica, en la que convivían varios gru-pos indígenas (  prcilidds , en su lenguaje): caracarais,chaná, mbeguá, chaná-timbú, chaná-mbeguá, timbú ycorondas. Esas denominaciones podían corresponder aetnias distintas o a segmentos de una misma etnia.Para algunos cronistas, los timbú eran una etnia in-dependiente que ocupaba la porción norte del delta delParaná y sus llanuras aluviales adyacentes. El uerte SanctiSpiritus, el primer asentamiento español en el actual te-rritorio argentino, marcaba el límite sur de sus tierras,hacia el norte de las cuales se hallaban los quiloazas y losmocoretás, mientras que en el sector sur del delta estabanlos mbeguá, chaná-mbeguá y chaná. Los últimos ocupa-ban también las orillas e islas del Uruguay inerior.Los límites territoriales y las dierencias sociocultura-les entre estos grupos resultan diíciles de establecer conprecisión sobre la base de la inormación ragmentaria ya veces contradictoria provista por las uentes históricas.De ahí que se utilice el genérico chaná-timbú para lla-mar a esos indígenas. Hay mejores reerencias sobre losguaraníes, quienes rápidamente se relacionaron con losespañoles, con la ayuda de algunos náuragos de la ex-pedición de Juan Díaz de Solís que sobrevivieron en lascostas del Brasil y aprendieron allí la lengua guaraní o unamuy cercana, el tupinambá. Una dieta variada Algunos cronistas que estuvieron en el área hacia 1530apuntaron que los indígenas asentados en el delta del Para-ná se procuraban los alimentos mediante la caza, la pesca,la recolección y algunos cultivos en pequeña escala. Entrelos últimos mencionaron maíz, zapallo y porotos. También Figura 1. El montículo arqueológico Los Tres Cerros 1, en el delta del Paraná, próximo a Rosario pero en territorio de Entre Ríos. La oto ue tomada cuando serealizaban las labores de excavación. Entre los árboles se distinguen, de izquierda a derecha, tres ceibos, un timbó y un sauce criollo. Figura 2. Paisaje típico del delta: curso angosto limitado por albardones conbosque en galería 32  se rerieron al uso de vestimentas de ‘algodón’, que en rea-lidad eran de bras vegetales diversas. Nuestros estudios derestos de animales y vegetales recuperados en algunos sitiosarqueológicos de esa zona permitieron vericar y ampliarlas reerencias de los cronistas mediante la identicación,mirando al microscopio, de granos de almidón y tolitos.Los primeros son partículas de hidratos de carbonoque dieren según la especie de planta de la que pro-ceden, y los segundos son componentes silíceos de lascélulas vegetales, sujetos a la misma variación. Analiza-mos minúsculos restos que encontramos adheridos a pa-redes internas de vasijas, en arteactos de piedra usadospara molienda y en sedimentos. Los resultados obtenidosnos llevaron a suponer que los indígenas cultivaban enpequeña escala maíz, zapallo, porotos y –posiblemente– mandioca; posiblemente porque existen variedades sil-vestres en la región (como Mniht grhmii ) cuyos almi-dones pueden ser similares. Además recolectaban rutosde especies silvestres: algarrobo ( Prspis sp.), palmerasyatay ( Buti yty ) y pindó ( Sygrus rmnzfn ), tubércu-los de achira ( Cnn sp.) y, también posiblemente, algúntipo de arroz silvestre ( oryz ).En cuanto a animales, en las excavaciones arqueoló-gicas aparecieron restos de mamíeros medianos y pe-queños, aves, peces y moluscos de agua dulce. En el si-tio arqueológico Los Tres Cerros 1, el mejor conocido delos ubicados hasta el momento, se hallaron abundantesdientes y huesos de coipo ( Mycstr cypus ) y carpincho( Hydrchrus hydrchris ), con huellas producidas al quitar-les el cuero y carnearlos. Otros restos encontrados ueronde cuis ( Cvi pr ), lobito de río ( Lntr lngicudis ), zo-rro gris pampeano ( Lyclpx gymncrcus ) y almejas de aguadulce ( Dipldn sp.), más ragmentos de huesos del cráneo,espinas y vértebras de peces como tararira ( Hplis mlb-ricus ), sábalo ( Prchildus pltnsis ), boga   ( Lprinus btusidns ),chanchita ( Cichlsm ctum ), bagre amarillo ( Pimldus cl-ris ) y armado común ( Ptrdrs grnulsus ). Las vértebraspresentaron evidencias de haber sido expuestas al uego,posiblemente señal de que los pescados ueron asados. L a pregnta del títlo tiene dos respestas hipotéticas posibles.una es e llegaron de las planicies vecinas a los ríos Paranáy urgay, es decir, e feron los cazadores-recolectores delas llanras e progresivamente se habrían adaptado a losambientes acáticos y splementado s dieta con cltivos. Laotra respesta es e se trató de indígenas provenientes de máslejos y ya adaptados a ambientes acáticos, e saban canoas,redes para la pesca, arpones de heso y constrían montíclosde tierra para protegerse de inndaciones, además de practicarla horticltra para complementar s dieta.La segnda hipótesis fe propesta por algnosinvestigadores sobre la base de información lingüística y desimilitdes entre restos areológicos de la vasta región delas tierras bajas tropicales de América del Sr, del Orinoco alPlata. S srcen está en las ideas del areólogo y antropólogoseco Erland Nordenskjöld (1877-1932), ien sgirió aprincipios del siglo XX e el grpo etnolingüístico arawak,e en tiempos prehispánicos tenía na gran dispersión porAmérica del Sr, habría llegado desde la cenca amazónica alRío de la Plata. El inicio de la agricltra en mchas regionesde las tierras bajas sdamericanas se atribye a la diáspora deeste grpo.La familia lingüística arawak está entre las más extendidas delcontinente, tanto por el número de lengas e la integran, eronda las carenta, como por s dispersión geográca, e vade Centroamérica y las islas del Caribe, pasando por las cencasdel Orinoco y el Amazonas, hasta Paragay y el norte de laArgentina. Es probable e, hace nos dos mil aos, integrantesde ese grpo lingüístico hayan llegado al río Paraná y hayaninido signicativamente en los indígenas locales. Esto podríahaber srcinado la forma de vida e, en la época de la conista,caracterizaba a los grpos chaná-timbú. ¿DE DNDE VINIERON LOS POBLADORES ESTABLECIDOSHACE uNOS DOS MIL AñOS EN EL DELTA DEL PARAN? Figura 3. Instrumentos óseos hallados en Los Tres Cerros 1.5cm  ARTÍCULO 33 Volmen 23 número 133 jnio - jlio 2013  Figura 4. Representaciones de aves en las que se distinguen los ojos y el pico. E l delta del Paraná fe objeto de investigación desdelos inicios de la areología en la Argentina. EstanislaoZeballos y Pedro Pico realizaron las primeras excavacionescientícas en las cercanías de Campana hacia nes de ladécada de 1870; recperaron de n montíclo gran cantidadde restos areológicos, parte de los cales está depositadaen el Mseo de La Plata. Entre esos restos había nosapéndices modelados en arcilla cocida e representabancabezas de pájaros, especialmente loros, e con el tiempocaracterizarían el estilo cerámico del área, conocido por Goya-Malabrigo. Si bien las investigaciones nnca se interrmpieron,feron más abndantes en el sector medio del río Paraná y enel delta inferior, agas abajo del Paraná Pavón. Recientemente,el eipo de investigación e integran los atores comenzóa trabajar en el sector sperior del delta, en el e hasta elmomento halló más de setenta sitios areológicos y excavósistemáticamente catro (Los Tres Cerros 1 y 2, Cerro TaperaVázez y Lagna de los Gansos). LA HISTORIA DE LA ARquEOLOGA EN EL REA Los objetos indígenas:un mundo de cerámica Los aborígenes del delta del Paraná desarrollaron unaelaborada alarería. En cambio, abricaban pocos instru-mentos de piedra, lo que es comprensible dado que en elárea insular no hay rocas adecuadas, ni como aforamientosrocosos ni como cantos rodados, aunque algunos arteac-tos encontrados en Los Tres Cerros 1 indican que obteníanrocas de lugares distantes hasta un par de cientos de kiló-metros. También hallamos arpones, punzones y puntas deproyectil de varias ormas hechos con huesos desgastadosy pulidos de carpinchos, coipos y zorros, así como conastas de ciervos de los pantanos ( Blstcrus dichtmus ).Pero, sin duda, el material que aprovecharon en or-ma más intensa y diversa ueron las arcillas, que son lossedimentos más comunes en el delta y aforan en todaslas islas. Se vuelven plásticas cuando son humedecidas yse tornan duras y resistentes luego de su cocción. Los in-dígenas del delta transormaron las arcillas por limpieza,amasado, modelado, secado y cocción, y coneccionaroncon ellas gran cantidad de platos, uentes y ollas.En la mayoría de los casos construían las paredes delos recipientes por superposición de rollos o rodetes, esdecir, sin recurrir a un torno. Decoraron algunas piezascon guardas de líneas rectas y onduladas, trazadas en laarcilla blanda con dientes de coipo, ramas o huesos. Al-gunos recipientes, por lo general los más bajos y abier-tos, eran para servir la comida; otros, con diámetros deboca de más de 20cm, para cocinar, como se deduce delos característicos restos de carbón que el uego dejó ensu exterior. Hervir algunos alimentos en recipientes decerámica los hace comestibles y permite aprovechar nu-trientes reunidos en el caldo.Es muy común encontrar en los sitios arqueológicosabundantes ragmentos de recipientes, y muy raro ha-llarlos completos: en Los Tres Cerros 1 recogimos más de50.000 ragmentos y solo unas pocas piezas enteras. Estose debe a roturas accidentales, durante la manuactura,uso y descarte, o intencionales, realizadas al abandonarlos asentamientos o como acompañamiento unerario. Seencuentran igualmente pendientes y cuentas de collar decerámica, lo mismo que objetos elípticos posiblementeusados como pesas en redes de pesca, y pequeñas bolitasque pudieron servir para cazar pájaros.Los antiguos pobladores del delta aprovecharon lascualidades de la arcilla para representar en detalle muchosde los animales que vivían en su entorno, en especialmodelaron cabezas de guacamayos, loros y cotorras, perotambién yaguaretés, tapires, monos, venados, carpinchos,reptiles y moluscos. Sus representaciones tienen dieren-tes tamaños y grados de realismo; algunas pertenecen ala categoría que denominamos ‘guras recortadas’, con 5cm 34  las cabezas por lo común de perl y su contorno a vecesresaltado con una capa de pigmento rojo.También modelaban cabezas de animales en tres di-mensiones –designadas como ‘guras escultóricas ma-cizas’– con incisiones para marcar sus rasgos y a vecestrozos de arcilla para ormar los ojos. Podían ser rela-tivamente grandes y en ocasiones ormar parte de lasllamadas ‘campanas’, nombre que se les dio por su or-ma, aunque no tenían esa unción. Algunos arqueólogossupusieron que servían para conservar el uego, mientrasotros les dieron un signicado totémico o simbólico,dado que es recuente encontrarlas asociadas con entie-rros humanos. Más allá de su posible unción, evidencianla destreza que poseían los ceramistas que las abricaron,así como su sentido estético y simbólico.Mediante el estudio con lupa y microscopio del interiorde las paredes cerámicas constatamos que los ceramistas Figura 5. Figuras zoomoras macizas. La segunda desde la izquierda es un mamíero; las restantes son aves. Figura 6. Típicas piezas cerámicas con orma de campana sobre cuyo uso se han ormulado varias hipótesis. molían piezas rotas o descartadas en ragmentos de pocosmilímetros, que luego agregaban a la arcilla en preparaciónpara hacerla menos plástica y mejorar las cualidades de lasnuevas horneadas. Establecimos que algunos de esos pe-queños ragmentos contenían a su vez tiesto molido, lo quepone de maniesto que los contenedores reciclados ueronabricados de acuerdo con los mismos criterios, y que sumodo de hacer ue transmitido de generación en genera-ción. En ciertos casos encontramos masas de arcilla des-echadas antes de terminar de modelar las piezas, lo mismoque rollos de arcilla que no llegaron a usarse, y hasta unamasa con las impresiones digitales del artesano.Las características de la cerámica han servido paraidenticar a los grupos que la coneccionaron, por lassemejanzas en las ormas, los temas representados y losmodos de abricación. Esos rasgos, transmitidos de ge-neración en generación, perduraban a través del tiempo 10cm10cm2cm2cm  ARTÍCULO 35 Volmen 23 número 133 jnio - jlio 2013