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Literatura Ii Enfoques

Descripción: formas realistas y no realistas de la literatura argentina, hispanoamericana y española

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Literatura II Las formas realistas y no realistas en textos literarios argentinos, latinoamericanos y españoles Graciana Centrón Coordinación editorial Beatriz Grinberg Documentación fotográfica María Lía Alagia Edición María Virginia de Haro Fotografía Archivo Longseller Autora Graciana Centrón Colaboración especial de los profesores Valeria Iglesias Corrección Judith Jamschon Leandro Vecino “Cabecita negra”, de Germán Rozenmacher. Diseño de maqueta Pablo Balcells ©Ediciones de La Flor. “Esa mujer”, “Operación masacre”, de Rodolfo Walsh. © Ediciones de La Flor. Diagramación Marcela Rossi “Santa Evita” Evita”.. ©Herederos ©Hereder os de Tomás Eloy Martí nez “El árbol de la buena muerte” Diseño e ilustración de tapa ©Herederos ©Hereder os de Héctor Germán Ger mán Oesterheld. Sebastián Cremonese Agradecemos a la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, presidida por la Sra. María Kodama, por la autorización para la publicación del cuento “Esse est percipi”. © EDITORIAL LONGSELLER S.A. Av. San Juan 777, 2˚ piso (C1147AAF) CABA, Argentina 0800-333-7355 [email protected] Primera edición - Primera reimpresión Centrón, Graciana Literatura II : las formas realistas y no realistas en textos literarios argentinos, latinoamericanos y españoles . - 1a ed. 1a reimp. - Buenos Aires: Longseller, 2014. 216 p. ; 28x20 cm. - (Enfoques) www.longseller.com.ar   ISBN 978-987-683- 057057-7 7 Queda hecho el depósito que dispone la ley 11723. Libro de edición argentina. Esta prohibida y penada por la ley la reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma, por medios mecánicos, electrónicos, informáticos, magnéticos, incluso fotocopia y cualquiér ot ro sistema de almacenamiento de información. Cualquier reproducción sin el previo consentimiento escrito del autor viola los derechos reserv ados, es ilegal y constituye un delito. Esta edición se terminó de imprimir en Casano Gráfica, Buenos Aires, Argentina en el mes de febrero de 2014. 1. Lengua. 2. Literatura. 3. Enseñanz a Secundaria. I. Título CDD 807.12 Coordinación editorial Beatriz Grinberg Documentación fotográfica María Lía Alagia Edición María Virginia de Haro Fotografía Archivo Longseller Autora Graciana Centrón Colaboración especial de los profesores Valeria Iglesias Corrección Judith Jamschon Leandro Vecino “Cabecita negra”, de Germán Rozenmacher. Diseño de maqueta Pablo Balcells ©Ediciones de La Flor. “Esa mujer”, “Operación masacre”, de Rodolfo Walsh. © Ediciones de La Flor. Diagramación Marcela Rossi “Santa Evita” Evita”.. ©Herederos ©Hereder os de Tomás Eloy Martí nez “El árbol de la buena muerte” Diseño e ilustración de tapa ©Herederos ©Hereder os de Héctor Germán Ger mán Oesterheld. Sebastián Cremonese Agradecemos a la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, presidida por la Sra. María Kodama, por la autorización para la publicación del cuento “Esse est percipi”. © EDITORIAL LONGSELLER S.A. Av. San Juan 777, 2˚ piso (C1147AAF) CABA, Argentina 0800-333-7355 [email protected] Primera edición - Primera reimpresión Centrón, Graciana Literatura II : las formas realistas y no realistas en textos literarios argentinos, latinoamericanos y españoles . - 1a ed. 1a reimp. - Buenos Aires: Longseller, 2014. 216 p. ; 28x20 cm. - (Enfoques) www.longseller.com.ar   ISBN 978-987-683- 057057-7 7 Queda hecho el depósito que dispone la ley 11723. Libro de edición argentina. Esta prohibida y penada por la ley la reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma, por medios mecánicos, electrónicos, informáticos, magnéticos, incluso fotocopia y cualquiér ot ro sistema de almacenamiento de información. Cualquier reproducción sin el previo consentimiento escrito del autor viola los derechos reserv ados, es ilegal y constituye un delito. Esta edición se terminó de imprimir en Casano Gráfica, Buenos Aires, Argentina en el mes de febrero de 2014. 1. Lengua. 2. Literatura. 3. Enseñanz a Secundaria. I. Título CDD 807.12 Historia Capítulo Capí tulo 1 Capítulo Capí tulo 2 La cosmovisión realista y el Realismo La literatura, el poder y la política CONCENTRADOS EN LA LECTURA  El ingenioso ingen ioso hidalgo hida lgo don Quijote Qu ijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra 8 El autor 13 CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL 4 CONTEXTO LITERARIO 15 El Barroco 15 HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS Una novela realista 16 Lectura y análisis de fuentes 17 Los comienzos de la novela 18 La novela de caballería 18 La novela moderna 19  Don Quijote de la Mancha 19 HERRAMIENTAS HERRAM IENTAS DE PRODUCCIÓN 21 La reseña literaria 21 Características de la reseña literaria 22 OTRAS LECTURAS 23 “ La La risa” , de Emilia Pardo Bazán 23 La literatura realista 26 realista 26 El Naturalismo 27 INTERTEXTUALIDAD 28  La vida de Lazar Lazarillo illo de Tormes y de sus  fortunass y adversidades , Anónimo 28  fortuna Anónimo 28 La novela picaresca 33 picaresca 33 Características de la novela picaresca 33  La vida de Lazarillo Laz arillo de Tormes 34 Lectura y análisis de fuentes  35 La literatura y el cine  36 La literatura y las preguntas  36 ACTIVIDADES DE INTEGRACIÓN I NTEGRACIÓN 37  37 Castillo  37 “Conejo”, de Abelardo Castillo 37 CONCENTRADOS EN LA LECTURA  El Matadero, de Esteban Echeverría 42 El autor 51 CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL 52 CONTEXTO LITERARIO 53 Hacia una literatura nacional 53 La literatura y la realidad 54 “El Matadero” y el lugar de la ficción 54 El Romanticismo rioplatense 55 rioplatense 55 ¿Cuadro de costumbres o cuento realista? 55 Lectura y análisis de fuentes 56 El narrador de “El Matadero” 57 La estructura narrativa 57 La paradoja 58 HERRAMIENTAS HERRA MIENTAS DE PROD PRODUCCIÓN UCCIÓN59 59 El ensayo 59 Características del ensayo 61 Cómo escribir un ensayo 67 OTRAS LECTURAS 23  Facundo,  Facund o, de Domingo F. Sarmiento 62 Literatura y política 64 La imposición de una antinomia 64 Lectura y análisis de fuentes 65 INTERTEXTUALIDAD 66  La malasang mal asang re, de Griselda Gambaro 66 La autora 70 El teatro y el compromiso 71 La malasangre y el abuso de poder 71 Lectura y análisis de fuentes 72 El esquema actancial 73 El texto dramático y el texto espectacular 74 La estructura externa del texto dramático 75 El conflicto dramático 75 La literatura y el cine 76 La literatura y las preguntas 76 ACTIVIDADES DE INTEGRACIÓN 77 “ Cabecita Cabecita negra” , de Germán Rozenmacher 77 3 4   Índice Capítulo 3 Capítulo 4 La literatura, el periodismo y la historia La cosmovisión maravillosa y el realismo mágico CONCENTRADOS EN LA LECTURA 84 Operación Masacre, de Rodolfo Walsh 84 El autor 90 CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL 91 CONTEXTO LITERARIO 92 La difusión de la cultura nacional 92 HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS 93 La non fiction 93 La estructura de Operación Masacre 94 Las voces del relato 95 El periodismo y la denuncia social 96 Lectura y análisis de fuentes 97 El tiempo en el relato 98 relato 98 Orden 98 Duración 99 HERRAMIENTAS HERRA MIENTAS DE PRODUCCIÓN PRODUCCIÓN 100 El informe de lectura 100 OTRAS LECTURAS 102 LECTURAS 102  Santa Evita Evi ta, de Tomás Eloy Martínez El autor 107 La novela histórica 108 histórica 108 La novela histórica argentina 108 Lectura y análisis de fuentes 109  Santa Evita Evi ta y la novela histórica 110 El narradornarrador-investigador investigador 111 Una mirada de la historia nacional 111 INTERTEXTUALIDAD 112 “Hammett: crónica de un hombre flaco y solo”, de Osvaldo Soriano 112 El autor 116 La crónica periodística 117 CONCENTRADOS EN LA LECTURA 128 Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez 128 El autor 130 CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL 131 CONTEXTO LITERARIO 132 El boom latinoamericano 132 HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS 133 La cosmovisión maravillosa y el realismo mágico 133 García Márquez y el realismo mágico 134 Lectura y análisis de fuentes 135 La catálisis 136 Los indicios y los informantes 137 El abstract 138 Características del abstract  139 OTRAS LECTURAS 140  Pedro Páramo, de Juan Rulfo 140 El autor 142 El boom de la novela latinoamericana 143 Características 143 Lectura y análisis de fuentes 144 INTERTEXTUALIDAD 145  Relatos de la Conquista , de Ulrico Schmidl 145 Las crónicas de Indias 146 Indias  146 Lectura y análisis de fuentes 147 La literatura y el cine 148 La literatura y las preguntas 148 El mundo narrado y el mundo comentado 117 Lectura y análisis de fuentes 118 La literatura y el cine 119 La literatura y las preguntas 112 ACTIVIDADES DE INTEGRACIÓN INT EGRACIÓN120 120 “Esa mujer”, de Rodolf Walsh 120 ACTIVIDADES DE INTEGRACIÓN INT EGRACIÓN149 149 “La tercera orilla del río”, de João Guimarães Rosa 149 Historia Capítulo 5 Capítulo 6 La cosmovisión fantástica La ciencia ficción en la literatura argentina CONCENTRADOS EN LA LECTURA 154 “El monte de las ánimas (Leyenda soriana)”, de Gustavo Adolfo Bécquer 154 El autor 159 CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL 160 CONTEXTO LITERARIO 161 Del Romanticismo al Realismo español 161 HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS 162 La literatura fantástica 162 Lectura y análisis de fuentes 163 Bécquer, el posromanticismo y la literatura fantástica 164 El narrador 164 Distancia narrativa 165 Perspectiva: punto de vista narrativo, voz  y focalización 165 HERRAMIENTAS DE PRODUCCIÓN167 El prólogo 167 El paratexto y los textos preliminares 168 OTRAS LECTURAS 169 “La larva”, de Rubén Darío 169 El autor 171 Latinoamérica y los cuentos fantásticos 172 Lectura y análisis de fuentes 173 CONCENTRADOS EN LA LECTURA 186 “El árbol de la buena muerte”, de Héctor G. Oesterheld 186 El autor 189 CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL 190 CONTEXTO LITERARIO 191 La ciencia ficción en la Argentina 191 HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS 192 La ciencia ficción 192 La construcción de mundos y las hipótesis científicas 193 El uso del tiempo y el espacio en la ciencia ficción 194 El lugar del héroe en la literatura 195 La construcción del héroe colectivo 195 Lectura y análisis de fuentes 196 HERRAMIENTAS DE PRODUCCIÓN 197 La monografía 197 OTRAS LECTURAS 199 “Esse est percipi”, de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares 199 Los autores 201 La realidad como construcción 202 Los viajes en el tiempo:  El eternauta 202 Lectura y análisis de fuentes 203 INTERTEXTUALIDAD 174 “El retrato oval”, de Edgar Allan Poe 174 El autor 176 Poe, el cuento corto y la literatura 177 Poe y la literatura fantástica 177 Lectura y análisis de fuentes 178 La literatura y el cine 179 La literatura y las preguntas 179 INTERTEXTUALIDAD 204 Utopía, de Tomás Moro 204 El autor 206 La utopía 207 Lectura y análisis de fuentes 208 La literatura y el cine 209 La literatura y las preguntas 209 ACTIVIDADES DE INTEGRACIÓN 180 “¿Dónde está mi cabeza?”, de Benito Pérez Galdós 180 ACTIVIDADES DE INTEGRACIÓN 210 “La muerte del poeta”, de Alberto Vanasco 210 Bibliografía 213 5 6 Cómo se usa este libro La Literatura y el cine Texto central Presenta películas que tienen relación con los temas del capítulo, acompañadas de un breve comentario. Desarrolla los contenidos fundamentales, complementando la explicación con fotos e ilustraciones que facilitan la comprensión y la contextualización de los temas. La Literatura y las preguntas Actividades Expone las pregúntas éticas o políticas que puede generar la temática literaria trabajada en el capítulo. Cada tema se cierra con activ idades que promueven la revisión de los contenidos aprendidos y la reflexión acerca de los mismos. Lectura y análisis de fuentes Presenta citas de grandes críticos literarios, referidas a l tema de capítulo, con su correspondiente guía de análisis. CONCENTRADOS EN LA LECTURA HERRAMIENTAS DE PRODUCCIÓN Obras completas o extensos fragmentos que permiten un amplio conocimiento de la obra. Aborda el análisis y la escritura de textos académicos. CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL OTRAS LECTURAS Describe las características culturales en el tiem- Presenta otras obras relacionadas con el eje del po y el espacio correspondientes a la obra. capítulo. CONTEXTO LITERARIO INTERTEXTUALIDAD Analiza la situación de la literatura en el momento histórico de la obra. Presenta obras relacionadas por intertextualidad con las otras obras del capítulo. HERRAMIENTAS DE ANÁLISIS ACTIVIDADES DE INTEGRACIÓN Desarrolla conceptos de Teoría Literaria. Comprometen los contenidos vistos en el capítulo. La cosmovisión realista y el Realismo  La realidad de los textos es siempre constituida por ellos y, por lo tanto, una reacción a la realidad. Wolfang Iser 8 La cosmovisión realista y el Realismo  El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha A continuación leerán el primer capítulo de la primera novela moderna escrita en el siglo XVII: Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra. Este autor expone en el prólogo que el propósito de su obra es imitar no solo los lugares, las acciones y los caracteres de la sociedad de su época, sino y, por sobre todas las cosas, la representación de los múltiples lenguajes que se manifiestan en la vida cotidiana. CAPÍTULO PRIMERO Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo Don Quijote de la Mancha En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mesmo, los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llama Quijana; pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad. Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año), se daba a leer libros de caballerías con tanta afición y gusto, Literatura que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la admini stración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura, para comprar libros de caballerías en que leer, y así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva; porque la claridad de su prosa, y aquellas entricadas razones suyas, le parecían de perlas, y más cuanto llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafío, donde en muchas partes hallaba escrito: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece que con razón me quejo de la v uestra fermosura”. Y también cuando leía: “…los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas se fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza”. Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas, y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mismo Aristóteles, si resucitara para sólo ello. No estaba muy bien con las heridas que don Belianís daba y recebía, porque se imaginaba que, por grandes maestros que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo lleno de cicatrices y señales. Pero con todo alabab a en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma y dalle fin al pie de la letra, como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo estorbaran. Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar –que era hombre docto, graduado en Sigüenza–, sobre cuál había sido mejor caballero: Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula; mas maese Nicolás, barbero del mismo pueblo, decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, y que si alguno se le podía comparar, era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada condición para todo; que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le iba en zaga. En resolución, él se enfrascó tanto en su letura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. Decía él que el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero; pero que no tenía que ver con el Caballero de la Ardiente Espada, que de sólo un revés había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes. Mejor estaba con Bernardo del Carpio, porque en Roncesvalles había muerto a Roldán el encantado, valiéndose de la industria de Hércules, cuando ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre los brazos. Decía mucho bien del gigante Morgante, porque, con ser de aquella generación gigantea, que todos son soberbios y descomedidos, él solo era afable y bien criado. Pero, sobre todos, estaba bien con Reinaldos de Montalbán, y más cua ndo le veía 9 10 La cosmovisión realista y el Realismo salir de su castillo y robar cuantos topaba, y cuando en a llende robó aquel ídolo de Mahoma, que era todo de oro, según dice su historia. Diera él, por dar una mano de co ces al traidor de Galalón, al ama que tenía y aun a su sobrina de añadidura. En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse caba llero andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras, y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama. Imaginábase el pobre ya coronado, por el valor de su brazo, por lo menos del imperio de Trapisonda, y así con estos tan agradables pensamientos, llevado del extraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efecto lo que deseaba. Y lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón. Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo; pero vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple; mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que, encajada con el morrión, hacía una apariencia de celada entera. Es verdad que para probar si era fuerte y podía estar al riesgo de una cuchillada, sacó su espada y le dio dos golpes, y con el primero y en un punto deshizo lo que había hecho en una semana; y no dejó de parecerle mal la facilidad con que la había hecho pedazos, y, por asegurarse deste peligro, la tornó a hacer de nuevo, poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera que él quedó satisfecho de su fortaleza y, sin querer hacer nueva experiencia della, la diputó y tuvo por celada finísima de encaje. Fue luego a ver a su rocín, y aunque tenía más cuar tos que un real, y más tachas que el caballo de Gonela, que tantum pellis, et ossa fuit,  le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban. Cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le pondría; porque, según se decía él a sí mesmo, no era razón que caballo de caballero tan famoso, y tan bueno él por sí, estuviese sin nombre conocido; y ansí, procuraba acomodársele de manera que declarase quien había sido antes que fuese de caballero andante, y lo que era entones; pues estaba muy puesto en razón que, mudando su señor estado, mudase él también el nombre; y le cobrase famoso y de estruendo, como convenía a la nueva orden y al nuevo ejercicio que ya profesaba; y así, después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar  Rocinante, nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo: de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo. Puesto nombre, y tan a su gusto, a su caballo, quiso ponérsele a sí mismo, y en este pensamiento duró otros ocho días, y al cabo se vino a llamar don Quijote; de donde, como queda dicho, tomaron ocasión los autores desta tan verdadera historia Literatura que, sin duda, se debía llamar Quijada, y no Quesada, como otros quisieron decir. Pero, acordándose que el valeroso Amadís, no se había contentado con sólo llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla famosa, y se llamó Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya, y llamarse don Quijote de la Mancha: con que, a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della. Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín, y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse; porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma. Decíase él a sí: —Si yo, por malos de mis pecados, o por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o, finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener a quien enviarle presentado, y que entre y se hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde y rendida: “Yo señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero don Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante vuestra merced, para que la vuestra grandeza disponga de mí a su talante”?  ¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero, cuando hubo hecho este discurso, y más cuando halló a quien dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni se dio cata dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a ésta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso; nombre a su parecer músico y p eregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto. Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, Buenos Aires, Longseller, 2010. Glosario lanza en astillero: lanza arrinconada u olvidada. “Astillero” era la percha donde se colocaban las armas. adarga: escudo de cuero, ovalado o de forma de corazón. rocín: caballo de trabajo. duelos y quebrantos: huevos con panceta. sayo: prenda de vestir holgada y sin botones que cubría el cuerpo hasta la rodilla. velarte: paño de abrigo negro, de buena calidad. calzas de velludo: pantalones de terciopelo. vellorí : paño entrefino, de color pardo ceniciento o de lana sin teñir. 11 La cosmovisión realista y el Realismo 12  Feliciano de Silva: escritor de varias continuaciones del Amadís de Gaula, entre 1514 y 1532. hanegas: medida que abarcaba entre media hectárea y una hectárea y media. requiebros: amoríos.  Belianis: protagonista del libro de caballería de Jerónimo Fernández:  El libro primero del valeroso e invencible Príncipe Don Belianis de Grecia , del año 1547.  Palmerín de Inglaterra: protagonista de un libro de caballerías del mismo título, es- crito por Francisco de Moraes, alrededor de 1545.  Amadís de Gaula: protagonista de la novela homónima. maese: tratamiento que se daba a los barberos que realizaban pequeñas curas médicas. Caballero del Febo: personaje del Espejo de príncipes y caballeros, del año 1555. Caballero de la Ardiente Espada: es el protagonista de un libro de Feliciano de Silva, que se llamaba Amadís de Grecia y que llevaba en el pecho como emblema una espada. Cid Ruy Díaz : héroe popular que combatió a los moros.  Bernardo del Carpio: héroe legendario español, venció a Roldán en Roncesvalles, según cuentan los romances. el gigante Morgante: protagonista de una obra del siglo XV en la que es vencido por Roldán y convertido al cristianismo.  Reinaldos de Montalbán: héroe de la épica francesa del siglo xii,  nombrado en el romancero español. Galalón: personaje de la leyenda carolingia, se trata de Ganelón, que aparece como un traidor que ocasiona la muerte de Roldán y los doce pares en Roncesvalles. Trapisonda: ciudad situada en la costa meridional del mar Negro y capital del imperio del mismo nombre, muy nombrada en los libros de caballería. celada de encaje: parte de la armadura que cubría la cabeza. morrión: armadura de la parte superior de la cabeza, hecha en forma de casco, y que en lo alto suele tener un plumaje o adorno. más cuartos que un real: juego de palabras con el doble sentido de “cuartos”: enfermedad de las caballerías, por un lado, y monedas de poco valor, por otro. Gonela, tantum pellis, et ossa fuit : el nombre hace alusión a un bufón de la Corte de los duques de Ferrara, que tenía un caballo famoso y muy flaco al que hace referencia la frase en latín: era solo piel y huesos.  Búcefalo de Alejandro, Babieca del Cid: caballos famosos de héroes históricos. ínsula: isla. Caraculiambro: apodo dado al ancho de la cara. a 1. ¿Dónde y cuándo transcurren los hechos de este primer capítulo? Imaginen cuá2.  3. 4.  5. les eran las características sociales, económicas y culturales de esa sociedad. ¿Qué personajes aparecen en este primer capítulo? ¿Cómo se presenta a cada uno? ¿Cuál es el objetivo que se plantea el protagonista? ¿Cuáles son sus ideales? ¿Cómo se plantea cumplir su deseo? En el fragmento leído se hace mención de las novelas de caballería que se leían en la época de Cervantes. ¿Cómo se las presenta? ¿Qué se dice de ellas? Enumeren y expliquen cada uno de los requisitos que tiene que cumplir todo caballero desde la perspectiva del hidalgo. Literatura 6. Según el historiador de arte Arnold Hauser, “(...) donde brilló con más esplendor [España] el resucitado espíritu caballeresco también fue la desilusión más grande, al descubrirse que el predominio de los ideales caballerescos era una ficción”. Reflexionen acerca de esta observación y expliquen cómo se relaciona con el fragmento leído de Cervantes. 7. En una nota publicada en El País Cultural, de Montevideo, Gustavo Martínez señala: “Al igual que el hombre moderno, el hidalgo manchego debió optar entre ser una ‘lanza’ más en el ‘astillero’ de la sociedad o ser sujeto, esto es, alguien que con la ‘lanza’ de su voluntad va abriendo caminos a su propia historia, en y por la cual podrá constituirse como individuo. Por eso el capítulo I de la novela narra mucho más que la transformación del hidalgo en caballero. Narra el surgimiento del hombre moderno, al que ya no le basta con pertenecer porque necesita ser, ‘serse’, como diría Unamuno. Con la modernidad se inicia, precisamente, la reflexividad del ser: ser es hacerse, hacerse ser. Algo que se conquista, no que se hereda por linaje o condición. Y es en el proceso de esa conquista que la propia identidad se forja. De allí que la primera hazaña y tal vez la más grande de Don Quijote fue cuando decidió enfrentarse al hidalgo que lo poseía y no lo dejaba ser”. Reflexionen acerca de la interpretación que hace el autor de la nota: ¿cuál es la concepción del “hombre moderno” para este autor? ¿Qué caracterizaba a los hombres anteriores a la modernidad? ¿Por qué se puede considerar al hidalgo como un hombre moderno? El autor Miguel de Cervantes Saavedra nació en el pueblo de Alcalá de Henares, en España, en 1547; hijo de hidalgos pobres, su padre era un modesto cirujano. Estudió Humanidades en Madrid. Fue soldado, poeta, novelista y dramaturgo. Se trasladó a Italia, donde combatió en el Ejército español contra los turcos y fue herido en la batalla de Lepanto, quedándole inutilizada definitivamente la mano izquierda, por lo que fue apodado “el Manco de Lepanto”. Cuando regresaba a España, su galera fue atacada por unos piratas berberiscos, y fue prisionero durante cinco años en Argel. Después de varios intentos de fuga, fue finalmente rescatado a través de un pago en efectivo. Regresó endeudado, pobre y sin trabajo a su patria. Se instaló en Madrid, se casó, se trasladó a Sevilla, trabajó como recaudador de provisiones para la Armada Invencible y como recaudador de impuestos. Durante esos años intentó conseguir sin éxito un empleo en las Indias, y empezó a publicar sus textos literarios. Su primera novela, La Galatea, se editó en 1585. Tuvo problemas con la justicia y fue encarcelado; allí escribió la primera parte del Quijote, que se publicó en 1605 con el título  El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha , con un importante éxito. Luego se instaló en Madrid, en donde escribió la segunda parte de su obra magistral,  El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, a la edad de 66 años. De esta manera quedó consagrado como uno de los más grandes escritores de narrativa de la historia universal y como el creador de la primera novela moderna. También escribió en prosa Las novelas ejemplares, Los trabajos de Persiles y Segismunda; en teatro: La Numancia y Los baños de Argel; y en poesía: Viaje del Parnaso. Murió en Madrid, en 1616. 13 14 La cosmovisión realista y el Realismo Hacia fines de la Edad Media, surge en Europa Occidental durante los siglos xv y xvi  un movimiento cultural conocido como  Renacimiento, que consistió en un cambio profundo en la forma de concebir al hombre y su relación con todos los ámbitos de la vida: político, económico, religioso, intelectual, etcétera. Fue una época de continuos enfrentamientos bélicos, en la que se formaron los grandes Estados nacionales europeos, ya que la aplicación de la pólvora permitió que los reyes crearan modernos ejércitos y afianzaran su poder frente a la nobleza, por lo que en La defensa de Cádiz contra los ingleses   (1633). Óleo de Francisco de Zurbarán. el aspecto político, la monarquía absoluta se fue imponiendo como forma de gobierno. Durante los siglos xvi y xvii, España intentó consolidarse como un imperio poderoso basándose en la expansión y conquista de América, pero las crisis sucesivas la sumieron en un proceso de decadencia. Al mismo tiempo que se embarcaba en la Conquista del Perú con Pizarro, y de México con Cortés, mantenía diversas guerras en Europa con el objetivo de crear un imperio universal. Estas costosas empresas provocaron una fuerte crisis financiera que debilitó progresivamente la hegemonía española. Como consecuencia de estos procesos se produjeron significativos cambios en los aspectos políticos, sociales y culturales. Hasta ese momento, la organización social seguía manteniendo la división medieval de nobleza, clero y estado llano. Sin embargo, surgieron cier tos cambios relacionados con el ascenso de los comerciantes enriquecidos, en el plano económico, junto con un movimiento en el ámbito intelectual. En el aspecto social, se sumó a este cambio la aparición del judío converso, como consecuencia de la expulsión de los judíos en 1492. Frente al surgimiento de estos cristianos nuevos, se reafirmó el sentimiento medieval del “cristiano viejo” como el del cristiano que carecía de a ntecedentes judíos o musulmanes, imponiendo que se demostrase en determinados casos la “limpieza de sangre” como requisito de determinados ámbitos. La nobleza estaba formada por los caballeros y los hidalgos, como los más destacados. En la literatura de la época habrían de quedar numerosos casos de hidalgos empobrecidos que, aun así, conservaban los privilegios propios de su clase; don Quijote es uno de ellos. En cuanto al campesinado, a partir de la expropiación de las tierras a los grandes feudos, los vasallos quedaron liberados, pero sin la protección del señor. Como gran parte de este sector no fue incorporado al mundo del trabajo surgido de la manufactura, se convirtió en un grupo “marginal” de la sociedad, transformándose en los nuevos vagabundos, bandidos y pícaros. Especialmente en España el proceso de empobrecimiento de los campesinos obligó a que estos se trasladasen masivamente a las ciudades, aumentando la cantidad de mendigos y delincuentes. A raíz de estas crisis y la ruptura del modelo medieval, se produjo en la sociedad un sentimiento profundo de desengaño, típico del movimiento cultural que se iría a desarrollar en el siglo xvii: el Barroco. Este movimiento estará atravesado por el predominio de una visión desencantada y desconfiada del mundo, muy distante del optimismo renovador vivido durante el Renacimiento del siglo xvi . Literatura El Barroco Así como el optimismo y la vitalidad, junto con la exaltación de la naturaleza y del hombre, fueron los rasgos predominantes del Renacimiento durante el siglo xvi , en el siglo xvii el Barroco implicó una posición de desconfianza hacia el mundo y una mirada sombría y desengañada de la existencia humana. En este período, lo simple y llano cedió el paso al artificio y la dificultad. La literatura barroca se caracterizó por la proliferación de contrastes, ocupando un lugar central los recursos de connotación y las figuras de la antítesis y la paradoja. Algunos de los grandes temas que atravesaron este período se relacionaron con la apariencia engañosa de las cosas, y la brevedad y fugacidad de la vida; se criticó todo lo relacionado con las vanidades de la vida, como la ambición, el orgullo y el dinero. También el tema del amor fue tratado como algo engañoso y contradictorio. En España, esta etapa poblada por una gran profusión de obras y de artistas se conoce como el Siglo de Oro de las artes y las letras. Se produjeron grandes obras literarias en todos los géneros. Sin embargo, el teatro fue el más representativo de este período, por la posibilidad de utilizar gran cantidad de recursos efectistas, tan afines al gusto barroco. La lírica siguió desarrollando muchos de los temas renacentistas, pero abordados con una mayor complicación estilística. Por su parte, la narrativa encontró en la novela picaresca una forma adecuada para la expresión de los problemas sociales e ideológicos que preocupaban al hombre barroco. En la literatura barroca española se desarrollaron dos corrientes literarias: el culteranismo y el conceptismo. El culteranismo basa su búsqueda de la belleza a través de la intensiva utilización de metáforas e imágenes sensoriales, y las citas mitológicas. Se manifiesta principalmente en una poesía de gran artificiosidad, con una profunda valoración de los aspectos sensoriales. Su máximo representante fue Luis de Góngora. A su vez, el conceptismo, relacionado especialmente con el plano del pensamiento, se basa en la condensación expresiva y los juegos de palabras, planteando un desafío placentero a la inteligencia del lector. Su mayor exponente en poesía fue Francisco de Quevedo. En España aparecieron novedosas formas de contar, ya que se incorporaron distintos discursos y diferentes voces sociales en los textos. Además las historias fueron protagonizadas por antihéroes socialmente marginados. En este nuevo panorama de la literatura apareció El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, considerada la primera novela moderna. 1. Enumeren las características sociales propias del Renacimiento en España. 2. ¿Cuáles fueron los rasgos más sobresalientes del Barroco? 3. Busquen en Internet o en la biblioteca los siguientes poemas: "Mientras por competir con tu cabello", de Góngora, y "Poderoso caballero es don Dinero", de Quevedo, y expliquen con ejemplos por qué se incluye a estos autores dentro del culteranismo y del conceptismo, respectivamente. 15 16 Una novela realista Según Martín de Riquer, un especialista en la obra de Cervantes, en el Quijote no sucede nunca ningún hecho extraordinario. Toda la novela transcurre en reconocibles y conocidas tierras españolas, los personajes que aparecen son de ínfima o mediana condición social, dato novedoso para ese momento, salvo los Duques que aparecen en la segunda parte, y no hay ninguna concesión al azar o a la casualidad. Estos elementos constitutivos de la historia presentan un mundo que, siendo más o menos cercano al lector, este reconoce como posible. En esta famosa novela se cuentan en clave de parodia las aventuras de un hidalgo empobrecido y viejo, que se pasa leyendo novelas de caballería y termina enloqueciendo por leer esas historias heroicas. El protagonista entonces decide salir al mundo como caballero andante para defender el bien y la justicia. Como todo caballero, se pone un nombre a la altura de las circunstancias, don Quijote de la Mancha, se imagina una dama destinataria de sus hazañas, y junto a su caballo Rocinante y más adelante con su escudero Sancho Panza, sale a vivir numerosas aventuras. La historia que se narra en  Don Quijote  parte de las novelas de caballería, y desde ahí se muestra la oposición existente entre la cruda realidad empobrecida y en crisis que atraviesa el hidalgo, y el delirio del protagonista de pretender vivir la realidad de un mundo caballeresco. El personaje don Quijote cree posible resucitar la vida caballeresca de otras épocas, y mantener los ideales medievales de justicia  y equidad en medio de una realidad en crisis. Sin embargo, para algunos críticos literarios, la caballería solo formaba parte de la imaginación, ya que nunca existió como realidad, sino que sirvió en su momento para que los lectores de sus historias huyeran de la crisis e inseguridad que les tocaba vivir, y se refugiaran en un mundo que hablaba de una sociedad con honor, orden, principios de justicia, caballeros heroicos y redentores civiles. La literatura caballeresca era no realista. En el mundo de la caballería triunfaba siempre la justicia, y el mal y el delito eran castigados. De modo que, según algunos críticos, el sueño del Quijote no consistía en reactualizar el pasado, sino que era más ambicioso, ya que pretendía realizar el mito. A la par del relato de las delirantes acciones del protagonista, esta novela presenta la observación y descripción de las relaciones sociales desde una perspectiva realista. Aparecen descripciones detalladas tanto de los lugares por donde pasa el Quijote como de los personajes con los que se encuentra. La forma de hablar de los personajes también da cuenta de un tratamiento realista del lenguaje, como se observa al comparar el lenguaje utilizado en las novelas de caballería que se pone de manifiesto en el capítulo primero, con el lenguaje en el que se expresa el mismo narrador de la historia. Literatura (…) el nuevo culto de la caballería no tuvo tanta intensidad como en España, donde, en la lucha de siete siglos contra los árabes, las máximas de la fe y del honor, los intereses y el prestigio de la clase señorial se habían fundido en unidad indisoluble, y donde las guerras de conquista en Italia, las victorias sobre Francia, las extensas colonizaciones y el aprovechamiento de los tesoros de América se brindaban, puede decirse, por sí mismos a convertir en héroe la figura del guerrero. Pero donde brilló con más esplendor el resucitado espíritu caballeresco también fue la desilusión más grande, al descubrirse que el predominio de los ideales caballerescos era una ficción. A pesar de sus triunfos y de sus tesoros, la victoriosa España hubo de ceder ante la supremacía económica de los mercachifles holandeses y de los piratas ingleses; no estaba en condiciones de aprovisionar a sus héroes probados en la guerra; el orgulloso hidalgo se convirtió en hambriento, si no en pícaro y vagabundo. Las novelas caballerescas en realidad se probó que eran la preparación menos adecuada para las tareas que había de realizar un guerrero licenciado para establecerse en el mundo burgués. La biografía de Cervantes revela un destino sumamente típico de la época de transición del romanticismo caballeresco al realismo. Sin conocer esta biograf ía es imposible valorar sociológicamente Don Quijote. El poeta procede de una familia pobre, pero que se considera entre la nobleza caballeresca; a consecuencia de su pobreza se ve obligado a servir en el ejército de Felipe II como simple soldado y a pasar todas las f atigas de las campañas en Italia. Toma parte en la batalla de Lepanto, en la que es gravemente herido. A su regreso de Italia cae en manos de los piratas argelinos, pasa cinco amargos años en cautividad, hasta que después de varios intentos fracasados de fuga es redimido en el año 1580. En su casa encuentra de nuevo a su familia completamente empobrecida y endeudada. Pero para él mismo –el soldado lleno de méritos, el héroe de Lepanto, el caballero que ha caído en manos de paganos– no hay empleo; tiene que conformarse con el cargo subalterno de modesto recaudador de contribuciones, sufre dificultades materiales, entra en prisión, inocente, o a consecuencia de una leve infracción, y todavía tiene que ver el desastre del poder militar español y la derrota ante los ingleses. La tragedia del caballero se repite en gran escala en el destino del pueblo caballeresco por excelencia.  Arnold Hauser, Historia social de la literatura y el arte , tomo II, Madrid, Guadarrama, 1969. • Expliquen en qué consistía la crisis que afectaba a España en la época en que Cervantes escribió el Quijote. • Enumeren los rasgos del Quijote que lo relacionan con la cosmovisión realista. • ¿A qué atribuye Arnold Hauser la vigencia y la fuerza de la gura del caballero en España? ¿Con qué cualidades la relaciona? • Expliquen a partir de la lectura atenta del fragmento de Hauser la siguiente armación: “La tragedia del caballero se repite en gran escala en el destino del pueblo caballeresco por e xcelencia”. 17 18 La cosmovisión realista y el Realismo Los comienzos de la novela La palabra novela aparece en el siglo xiv  cuando los cuentistas italianos establecen en esa lengua el uso de la denominación novella para referirse a narraciones cortas que, a diferencia de otras aparecidas durante la Edad Media, se reconocían porque sus intenciones no eran didácticas sino artísticas y recreativas, como las incluidas en el  Decameron de Bocaccio o las  Novelas ejemplares de Cervantes. Además de sus intenciones, las novelas se caracterizaban por tener una tendencia a contar anécdotas realistas, con personajes y hechos contemporáneos y verosímiles, muchas veces con cierto tono picante. Las dimensiones de la novela fueron variando por diversas razones, y dejó de ser breve, en parte, en la medida que fue narrando en forma encadenada diferentes episodios con elementos que la unificaban, como, por ejemplo, la presencia de un mismo personaje que vive distintas aventuras. En España, durante el Siglo de Oro, la novela se diversificó en picaresca, pastoril, sentimental, bizantina, morisca, caballeresca, etcétera. Luego el término novela iría redefiniéndose a lo largo de la historia según los diferentes momentos culturales y sociales. La novela de caballería Las novelas de caballería provienen de una tradición medieval con importante repercusión, que se hacen muy populares entre los años 1508 y 1608. Estas narraciones son posteriores a los poemas épicos, como la Ilíada y la Odisea, y en ellas se produce un resurgimiento de las aventuras heroicas y galantes, en las que se exaltaba el sacrificio por un ideal y el honor personal. También sus autores agregaban elementos mágicos, sobrenaturales y fantásticos para acrecentar la excepcionalidad de las aventuras. Se publicaron dos grandes ciclos: el artúrico, que narra las hazañas de los caballeros del Rey Arturo, y el carolingio, las de Carlomagno. En España se difundieron los dos, y a principios del siglo xiv se escribió una de las más importantes historias del género y que don Quijote nombra en el primer capítulo: el Amadís de Gaula. En estas narraciones importaban más los hechos que los personajes, ya que estos son presentados como personajes planos, es decir, sin transformación alguna a lo largo de la historia. La aventura se estructuraba en diferentes episodios que el héroe debía atravesar salvando las diferentes pruebas que se le presentaban hasta cumplir con su misión, es decir, debía cumplir con el camino del héroe. Estas novelas solían presentarse como relatos históricos escritos en alguna lengua exótica y recuperados por algún “historiador” que los traducía, y se leían en voz alta frente a un público. En general imitaban la lengua medieval y solían imprimirse en letra gótica. En un principio sus lectores pertenecían a la nobleza, y a mediados del siglo xv i empezaron a popularizarse. Literatura La novela moderna Una primera definición general del término novela  se asocia a la idea de texto que pertenece al género narrativo de ficción, escrito en prosa y lo suficientemente extenso como para ocupar por lo menos un volumen independiente. Para el teórico ruso Mijail Bajtin, la novela moderna se constituye como la representación de diferentes lenguajes, es decir que la novela moderna es consciente de que solamente se puede hablar de los otros a partir de la representación de sus lenguajes. Por eso la novela moderna se reconoce a partir de la pluralidad de voces y conciencias independientes e inconfundibles que aparecen en ella; es decir, la novela moderna es netamente  polifónica. También conviven en la novela diferentes géneros discursivos y es por eso que pueden aparecer tanto cartas, como recortes de diarios, poemas, recetas, etcétera. Además puede retomar otros tipos de novelas, como en el caso del Quijote, en donde se reconocen las marcas y características de la novela de caballería, la pastoril y la picaresca. Los diferentes géneros discursivos que aparecen en la novela funcionan dentro de esta de manera distinta a cuando lo hacen de manera independiente, ya que aparecen como representación. La  parodia funciona como otro elemento propio de la modernidad, ya que es un género que incluye la voz del otro en un nuevo contexto, otorgando nuevos sentidos al discurso del otro y proponiendo cierta mirada crítica. La modernidad del Quijote no solo reside en una cuestión de técnicas narrativas, sino que se trata también de una nueva concepción del mundo. Don Quijote de la Mancha Esta novela constituye una parodia de los libros de caballería, tanto en lo que concierne a lo temático como al estilo y a la estructura. En cuanto al estilo, el elemento paródico reside en la apropiación del estilo arcaizante típico de las novelas de caballería, que se manifiesta en la forma de hablar del hidalgo o en las descripciones. La parodia también se evidencia en: La estructura: El Quijote salió publicado en dos partes, la primera en 1605 y la segunda, en 1615, y con ciertas diferencias estructurales. La primera, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, se publicó en 1605, dividida en 52 capítulos, comprende la presentación del hidalgo, su decisión de ordenarse caballero y sus dos primeras salidas y el regreso a su hogar. En ella aparecen intercalados otros relatos (entremeses, discursos, poemas, novelas ejemplares) que no guardan ninguna relación con la trama de la historia. La segunda parte, El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha , se organiza en 74 capítulos que narran la tercera y última salida del hidalgo, y su muerte. En esta segunda parte no aparecen relatos independientes y se mantiene la unidad de acción; los hechos se presentan más amalgamados. • 19 La cosmovisión realista y el Realismo 20 El espacio: las novelas de caballería transcurrían en territorios de gran abundancia y exotismo, mientras que don Quijote vive sus aventuras en una España desértica, empobrecida y en crisis, que el hidalgo idealiza y ve de modo totalmente diferente. El tiempo: es un elemento fundamental de la parodia, ya que mientras que las novelas de caballería se ubicaban en un pasado medieval, esta se sitúa en el siglo xvii, pero la conducta de don Quijote responde a la de un caballero de los comienzos del Medievo, ya que la subjetividad del protagonista plantea un tiempo fabuloso. El héroe: los protagonistas de las novelas de caballería eran caballeros de linaje noble y se caracterizaban por su inteligencia, su valentía y su fuerza: don Quijote es un hidalgo empobrecido que se caracteriza por su delgadez y tiene una visión distorsionada de la realidad. En la literatura anterior al Quijote, los hechos eran el eje central del relato, en cambio en la novela de Cervantes el personaje transforma los hechos y es transformado por ellos, es decir, hay evolución del personaje. Algunas de las características que presenta esta novela son: La gran riqueza lingüística dada por la aparición de múltiples variedades lingüísticas, diferentes registros, y gran cantidad de refranes y frases hechas (sobre todo en boca de Sancho Panza) aportan un inconfundible color y vitalidad a la novela. También aparecen chistes, juegos de palabras y expresiones graciosas. La variedad de personajes se presenta a través de determinados tipos sociales frecuentes en la sociedad de ese momento, junto a otros que dan la impresión de haber sido inspirados en individuos de carne y hueso, por un lado, o en modelos literarios, por otro. También aparecen algunos tomados de la realidad histórica y hasta el propio autor, Cervantes, aparece como el personaje encargado de encontrar el ficticio manuscrito de Cide Hamete Benengeli. La mención del propio libro dentro de la novela, ya que en la segunda parte se hace un comentario y una crítica de la primera parte. De esta manera Cervantes juega con su propia obra. La inclusión de diferentes estilos: aparece el estilo pastoril, la novela morisca, la picaresca, cartas. El humor y la parodia. La profusión de descripciones muy detalladas. • • • • • • • • • • ¿A qué se denominó novela durante el siglo xvi? • ¿Cómo eran las novelas de caballería? Enumeren y expliquen sus características. • Cuando entregaron el Premio Cervantes (el mayor premio que se entrega a autores de habla castellana) al autor cubano Alejo Carpentier, él dijo: “Todo está ya en Cervantes”. A partir de lo leído acerca de la novela moderna, debatan entre ustedes la idea que plantea Carpentier e interpreten dicha afirmación. • Expliquen las características de la novela moderna. ¿Por qué el Quijote  es considerado la primera novela moderna? • Debatan entre ustedes la siguiente armación que plantea la crítica Rosario Peyrou: “Fingiendo paro diar las novelas de caballería, Cervantes fundó el reino de la libertad en la literatura. En el umbral de la civilización moderna, frente a la degradación de los valores caballerescos y la imposición de las leyes del dinero, en un mundo donde ya no existía una Verdad sino muchas y relativas, urdió sus tramas sobre el filo de la ambigüedad y de la incertidumbre. Mezcló lo cómico y lo grave, la ironía y la piedad, la crític a y la invención poética, la fantasía y la realidad, lo culto y lo popular”. Literatura La reseña literaria Las reseñas literarias suelen aparecer en medios periodísticos, especialmente en los suplementos culturales o revistas especializadas, comentando alguna obra, en general de reciente edición. Existen también en Internet muchos sitios y blogs en los que tanto profesionales como aficionados ofrecen reseñas de obras de su elección personal. Lean atentamente la siguiente reseña literaria que apareció en el Suplemento Cultural del diario  El País, de Montevideo, a propósito de un libro de un autor muy relacionado con el Quijote de Cervantes: Los claros y los oscuros de la vida entre rejas El hombre numerado, de Marcelo Estefanell A primera vista, el humor y la vida carcelaria parecen incompatibles. No obstante, Marcelo Estefanell (Paysandú, 1950) logra conjugarlos para contar en primera persona los avatares de su vida en prisión desde 1972 a 1985. Narrado en un tono nada solemne, el libro se compone de relatos independientes, que en un estilo ágil y sin vueltas recorren todos los momentos, desde los más terribles hasta los otros, vinculados a veces a hechos pequeños pero significativos, como la autorización a tomar mate, "la primera buena noticia que recibí" en prisión, como él recuerda. Otras veces el autor cuenta anécdotas insólitas, cita versos profundos, escribe muy breves párrafos sueltos o medita sobre la soledad y la necesidad de afectos, dando a sus escritos un tono más meditativo que invita a la reflexión. Porque más allá de la vida entre rejas, la publicación expresa unas enormes ganas de vivir y un hondo sentido de la existencia. El escritor, que luego de más de una década en prisión retomó sus estudios universitarios, especializándose en redes informáticas y comunicaciones, ocupó también sus largas horas de reclusión en la lectura de unos 1600 títulos, entre ellos el Quijote, del que llegó a convertirse en un erudito. Fue producto de esa pasión cervantina que concretó sus primeros libros, Don Quijote en la cancha  (2003) y El retorno de Don Quijote , obra premiada con el Bartolomé Hidalgo en 2005. En ellos dejaba volar su imaginación para entablar un diálogo mano a mano con Cervantes y su mayor creación, en una amena conjunción de diversión y humanismo. Con El hombre numerado Estefanell se ubica en una dirección diferente, aunque conservando su buena prosa, su sentido del humor y sus ganas de pensar junto al lector. También recupera en este nuevo libro el valor de cada ser humano en su individualidad, algo que está presente en el Quijote y en las obras que Estefanell le dedicó a él. El País, Suplemento Cultural, sábado 21 de abril de 2007. 21 La cosmovisión realista y el Realismo 22 Características de la reseña literaria La reseña literaria es un género periodístico, caracterizado por ser una breve exposición y comentario de obras literarias publicadas recientemente o vueltas a publicar. Está destinada a informar y actualizar al lector acerca de las novedades literarias, seleccionadas según el criterio editorial de la publicación o de las leyes del mercado. A su vez, es un texto que presenta la lectura personal que un crítico realiza sobre una obra. Abarca tanto una presentación o descripción de la obra como la valoración crítica, es decir, la opinión personal del crítico. En general presenta la siguiente estructura: resumen de la obra, datos del autor, análisis o valoración crítica. • • • En cuanto a la descripción o análisis de la obra, tomando como ejemplo una narración, los aspectos a considerar serían: cuál es el tema que aborda, cómo es el orden temporal en que está organizada la obra en cuestión, quién narra y desde qué punto de vista se cuenta la historia, cuáles serían los posibles sentidos del título, quiénes son los personajes que se destacan, cómo es el estilo y la estructura, qué recursos aparecen, y cualquier otra característica literaria que el crítico desee mencionar. El juicio crítico debe estar debidamente justificado con pasajes de la obra o con la cita de referencias que surjan de aquella, es decir: la opinión del crítico debe aparecer debidamente justificada mediante argumentos fundamentados en la misma obra que se está reseñando. Para la elaboración de la reseña es necesario realizar una primera lectura de la obra, incluyendo todos sus elementos paratextuales: tapa, contratapa, prólogo, dedicatoria, notas, etcétera; y una segunda lectura del texto, deteniéndose en los aspectos que merezcan un análisis más detallado, o bien, en los que fundamenten su opinión. Las reseñas literarias suelen aparecer en los suplementos culturales de los diarios y en revistas literarias o culturales, aunque también se publican en libros que compilan diferentes reseñas, ya sean de varios autores o de un mismo autor. • Busquen, en los suplementos culturales de los diarios de papel o digitales, alguna reseña literaria. Seleccionen tres y luego léanlas. Consignen la obra, el autor y el título del libro reseñado, y determinen el género de este. • Cuando en 2005 se cumplieron 400 años de la publicación del Quijote, diferentes editoriales volvieron a publicar la principal obra de Cerv antes. Escriban una reseña literaria que dé cuent a de esa reedición teniendo en cuenta todos los aspectos analizados en el capítulo acerca del Quijote. Literatura La risa A partir de la mitad del siglo xi x, la observación de la realidad se transforma en el objetivo de ciertos escritores. Para estos autores, las personas son el producto de su contexto social, económico, político y cultural, y por esto mismo lo describen minuciosamente y con gran precisión, para crear una ilusión de objetividad. Lean atentamente el siguiente cuento de Emilia Pardo Bazán, una inteligente y talentosa observadora de la realidad social de su época: Conocí en París a la marquesa de Roa, con motivo de encontrarnos frecuentemente en la antesala del célebre especialista en enfermedades nerviosas doctor Dinard. Yo iba allí por encargo de una madre que no tenía valor para llevar en persona a su hija, atacada de uno de esos males complicados, mitad del alma, mitad del cuerpo que la ciencia olfatea, pero no discierne aún, y la marquesa iba por cuenta propia, porque era víctima de un padecimiento también muy singular. La marquesa sufría accesos de risa sin fin, en que las carcajadas se empalmaban con las carcajadas, y de los cuales salía despedazada, exánime, oscilando entre la locura y la muerte. Uno tuve ocasión de presenciar en la misma salita de espera del doctor, de vulgar mobiliario elegante, adornada con cuadros y bustos que atestiguaban el reconocimiento de una clase muy expuesta a la neurosis: los artistas. Y aseguro que ponía grima y espanto el aspecto de aquella mujer retorciéndose convulsa, hecha una ménade, sin una lágrima en los ojos, sin una inflexión tierna en la voz, escupiendo la risa sardónica y cruel, como si se mofase, no solo de la humanidad, sino de sí misma, de su destino, de lo más secreto y hondo de su propio ser... Fue el especialista, que se hizo un poco amigo mío y a quien invitamos a almorzar en nuestro hotel varias veces, quien me enteró de la causa del achaque, que no acertó a curar, sino solamente a aliviar algo, consiguiendo que las crisis crónicas se presentasen con menos frecuencia. Él me refirió la historia, justificando así su aparente indiscreción: –Se trata de cosa muy pública en la ciudad española donde ocurrió, y me sorprende que usted no esté enterada. Pregunte a cualquiera de allí y se lo referirá punto por punto. Yo tengo que confesar a mis clientes, pues dada mi especialidad, el conocimiento de los antecedentes psicológicos me sirve de guía. ¡Camino por una selva tan oscura! ¡Es un misterio tan profundo este de la neurosis! Y no crea usted que ha sido negocio fácil la confesión, porque, al acordarse no más de la causa de su risa, la marquesa se siente acometida de nuevas crisis furiosas, y ríe, ríe, ríe inextinguiblemente... Parece que esta señora, joven y bella entonces (hoy el horrible mal la ha desfigurado), estaba enamoradísima de su marido, con el cual se había casado contra toda la voluntad de su madre. Ella era rica, poderosa: dehesas, cortijos, olivares y el título hereditario. Él no poseía capital, a menos que por capital se cuente lo agradable de la figura, lo simpático del trato, un encanto especial que le atraía corazones. Manolito (así le llamaban 23 24 La cosmovisión realista y el Realismo sus amigos) se contaba en el número de esas personas imprescindibles en toda fiesta y jarana; y a pesar de su casamiento continuó, en parte, haciendo vida de soltero alegre, consintiéndolo la marquesa. “No me parece mal –decía esta– que te diviertas con los muchachos jóvenes. Lo que no habré de tolerar será que estas diversiones sirvan de pretexto a devaneos con mujeres. Si quieres a otra, si otra te atrae más que yo, me lo dices: podré habituarme a vivir sin tu amor, pero nunca, ¿entiendes?, soportaré en ti, amándote como te amo, la mentira. Acuérdate de esto, Manolo... Mira que yo creo en ti, y que para existir necesito creer. No me mientas, ¡eso nunca! No podría resistirlo...”. Debió él de prometer y aun jurar (todo eso que se hace en análogas situaciones), y ella, con la confianza propia de las almas nobles, de la gente incapaz de vileza, se fió sin recelo alguno en promesas y juramentos. Por la maldad de la naturaleza humana, a los confiados es a quienes más se engaña, hasta sin escrúpulos. Manolo sabía que Dolores Roa era incapaz de espionaje, y que si llegasen a traerle chismes y delaciones, antes prestaría fe a las palabras del hombre amado que a las de los extraños; así es que, no mucho después de la boda, comenzó a enredarse en aventurillas galantes, y acabó por establecer relación íntima con una de las amigas de Dolores, señora de la mejor sociedad, esposa de un banquero que hacía continuos viajes a París, Londres y Hamburgo, lo cual daba a los amantes facilidad para verse y pasar reunidos largas horas. Explicaba Manolo las ausencias con cacerías, comidas, expediciones y giras en compañía de sus amigos, y Dolores, fiel a su sistema de tolerancia cariñosa, llegaba hasta animarle para que no faltase, y celebraba a la vuelta las anécdotas y lances de la función, referidos por Manolo con humorística gracia porque el hábil engañador tenía cuidado de no mentir siempre y de concurrir no pocas veces, en efecto, a las distracciones adonde decía que concurría, por tener (si su mujer preguntaba o hacía indagaciones) más elementos para justificarse en cualquier caso. Una noche acostóse Dolores nerviosamente intranquila, sin saber el motivo. Mejor dicho: lo sabía, o se figuraba saberlo. Manolo formaba parte de numerosa expedición por el río abajo a caza de patos silvestres; iban en un vaporcillo viejo, comprado de desechos y que se alquilaba para estos casos, y Dolores, noticiosa del mal estado del vapor, sentía una angustia profética y vaga, en que el corazón parecía reducírsele de tamaño (son sus palabras) y convertirse en una bolita microscópica. Española, de raza, saltó de la cama, encendió dos velas a una Virgen de los Dolores traspasada con los siete puñales y rezó largas oraciones antes de volver a recogerse. Su sueño fue agitado, lleno de terribles pesadillas: veía a Manolo con la cara negra, el pelo pegado a las sienes, chorreante, y despertó gritando, llamando a su esposo con infinita ansiedad. Era la hora del amanecer, tan poética en los países del Mediodía. Los azahares perfumaban el aire, y el sol salía claro y puro, como si acabase de bañarse en las aguas del río. La marquesa, reanimada, se arregló el pelo y se puso una mantilla para ir a misa a la iglesia próxima. Al primer grupo de gente madrugadora que encontró, se detuvo, hecha la estatua del espanto. Hablaban de una catástrofe, de la pérdida de un vapor en que iba gente conocida, de fiesta y broma, a una cacería de patos en el río... Se habían salvado pocos, pereciendo ahogados los más. Literatura 25 Blanca como la pared, castañeteando los dientes, Dolores apenas tuvo fuerzas para volver a su casa, tambaleándose. Loca y paralizada a la vez, ni sabía qué hacer ni a quién llamar; lo inmenso del horror la trastornaba. Solo acertaba a repetir: “ ¡Manolo! ¡Manolo!”, con el acento del que llama a un ser sobrenatural... Y cuando repetía con más dolor y extravío: “ ¡Manolo!...”, he aquí que aparece en la puerta Manolo en persona, sonriente, alegre, tendiéndole los brazos... No se sabe qué instinto de lucidez, qué extraña astucia vital se desarrolla en momentos supremos. Lo cierto es que Dolores, encarándose con su esposo, en vez de referirse a la catástrofe, hizo una extraña pregunta: –Os habéis divertido mucho, ¿eh? ¿No ha ocurrido nada desagradable? –¿Qué iba a ocurrir? Una excursión deliciosa... bonitísima... Y ella, entonces, después de mirarle fijamente, rompió a reír a carcajadas... ¡Su risa llenaba la casa de ecos fúnebremente burlones; reía sin tasa y sin tregua; abofeteaba, escupía su risa al rostro del descarado engañador, que llegaba en derechura de pasar su noche amorosa, y no sabía palabra de la catástrofe...! Y desde entonces, Dolores rió, rió intensamente, retorciendo sus nervios, gastando su vigor en la convulsión de aquella risa, escarnio de su ilusión destrozada, de su alma generosa en ridículo... Riendo se separó del embustero; riendo arrastró su amargura por tierras lejanas... Ahí tiene usted la explicación de la enfermedad extraordinaria de la marquesa de Roa. Emilia Pardo Bazán, Obras completas, Madrid, Fundación José Antonio de Castro, 1999. Glosario  grima: desazón. ménade: mujer alterada y frenética. dehesas: tierras de pastoreos. cortijo: casa de campo. tasa: medida. a 1. Reconozcan y enumeren las características de la sociedad española del siglo 2.  3. 4.  5. 6. XIX que aparecen en el cuento. Escriban en cinco renglones una síntesis del cuento. Mencionen los elementos realistas que aparecen en el relato. ¿Se podría decir que hay más de un narrador? Identifiquen los distintos narradores y reflexionen acerca de qué efectos de lectura produce ese recurso. Identifiquen las descripciones que aparecen: ¿interrumpen la acción? Reflexionen acerca de la función de las descripciones en este cuento. Emilia Pardo Bazán fue una activa militante en la lucha por la igualdad de derechos y una pionera en la participación femenina dentro del ámbito universitario y profesional, en una sociedad netamente conservadora. Investiguen acerca de su vida y de su obra. 26 La cosmovisión realista y el Realismo La literatura realista El Realismo fue un movimiento cultural que surgió como rechazo frente al Romanticismo. El Romanticismo había surgido a fines del siglo xviii y principios del xix como un movimiento de rechazo y reacción a lo que se consideraba la tiranía racionalista predominante en la etapa anterior, y como tal propuso la supremacía de los sentimientos por sobre la razón. Sus seguidores se caracterizaron por rebelarse contra las reglas y levantaron las banderas de la libertad en todos los aspectos, tanto políticos y sociales como estéticos e individuales. En La playa de Valencia , de Joaquín Sorolla Bastida, contra de los preceptos neoclásicos, surgió con los pintor español de obras de temática costumbrisrománticos la idea de la independencia creativa ta, realista y de denuncia social. del genio individual. Pero de las decepciones sufridas durante el siglo xi v en el ámbito social y político en Europa, surgió una filosofía objetiva, realista, estrictamente empírica que los escritores tomaron de las ciencias naturales y le imprimieron a su obra, lo que generó un nuevo movimiento: el Realismo. Los relatos realistas presentan una realidad que puede o no ser conocida por el lector, pero en todos los casos puede ser reconocida por este como posible. Presentan una observación profunda de los rasgos psicológicos y sociales de los personajes, poniendo en evidencia tanto sus condiciones de vida y de trabajo como sus valores, sus pensamientos, su forma de ser y su relación con el medio social, económico, político y cultural que los rodea. Entre los recursos literarios empleados para dar realismo al relato, están las descripciones precisas, que tienen por objeto crear un marco reconocible para el lector, y la narración omnisciente, para producir un efecto de objetividad, además de personajes totalmente creíbles. El Realismo se caracterizó por pretender describir con precisión la realidad de su tiempo: el rechazo y la crítica de esa época netamente marcada por la dominación del dinero fueron las características del momento. Se desarrolló en pleno auge de la Revolución Industrial y con el ascenso de la burguesía, marco que le valió la denominación de “realismo burgués”, y que consistía en proponer una visión descriptiva y crítica de la sociedad en general y de la condición humana del individuo en particular. Fue una fiel representación de los sectores medios y bajos, al mismo tiempo que propiciaba una decidida actitud crítica. Fue un movimiento que se puede considerar optimista en la medida en que tomaba en cuenta la posibilidad de reformar y mejorar la organización de la sociedad, y de alcanzar un sistema más equitativo y solidario. Un escritor realista francés, Balzac, quiso crear un mundo que rivalizase con la realidad, y así, como un Dios, este autor dio vida a más de 2.500 personajes y, plasmó un amplio panorama de las contradicciones de su época, que resultó más iluminador que cualquier tratado de la historia francesa. Literatura El Naturalismo El Naturalismo se ha considerado una forma exacerbada del Realismo, ya que plantea con gran precisión descriptiva el contexto en que suceden los hechos de una historia, con preferencia de los aspectos más míseros de la sociedad; sin embargo, se aleja de la literatura realista en cuanto se detiene más en la descripción artística que en la crítica social. Es por eso por lo que se distancia de los cuestionamientos sociales y de los autores realistas, y apunta hacia una mirada precisa, despojada de emoción e implacable. La propuesta del Naturalismo francés se basaba en acercar el modo experimental de las ciencias, el método científico, a la producción literaria. Pretendía dar una explicación científica de los actos humanos, cuyos comportamientos son vistos como determinados por circunstancias sociales y hereditarias. Emilia Pardo Bazán fue la impulsora del Naturalismo en la España del siglo xix . Cuando conoció el movimiento naturalista en París, llevó las propuestas técnicas de los principios naturalistas franceses a España, lo que le acarreó críticas y burlas de sus detractores contemporáneos que la trataron de esnob y afrancesada. Sin embargo, se diferenció del Naturalismo francés en que no acordó con este en cierta predilección por lo escabroso y el tono constantemente pesimista. En un momento de la historia signado por la apariencia de las formas, plena era victoriana, Emilia Pardo Bazán desarrolló temas que no eran habituales, como la sexualidad de las mujeres y el derecho al deseo, y construyó personajes femeninos con un alto contenido erótico para su época. Fue una autora sin autocensura. También tocó temas sociales, tan propios del Realismo, relacionados con la vida de las obreras en las fábricas del capitalismo decimonónico, y describió sus lamentables condiciones laborales. Las características del proyecto literario en la obra de Pardo Bazán que se relacionan con la literatura naturalista son: El determinismo de los factores sociales y biológicos, surgido como consecuencia de los avances en la biología y en la sociología positivista. La descripción de ambientes y costumbres con una gran precisión documental, a partir del empleo de técnicas de observación y análisis rigurosos. Esta era una de las principales consignas del Naturalismo del autor francés Zola, máximo e indiscutido representante del Naturalismo. La representación de todos los estratos sociales, junto con la idea de que la diferencia entre las clases sociales era insalvable. Tiempo después de haber introducido el Naturalismo en España, ella decía de sí misma: “no soy idealista, ni realista, ni naturalista, sino ecléctica”. • • • • Enumeren las características del Romanticismo en la literatur a. ¿A qué se opone y qué propone? • Expliquen por qué el cuento leído de Emilia Pardo Bazán no se incluye dentro de la literatura realista. • ¿Cuáles son los rasgos más notorios del Realismo europeo? • Identiquen en “La r isa”, de Emilia Pardo Bazán, los recursos y elementos que relacionan este cuento con la literatura naturalista. 27 28  La vida de Lazarillo de Tormes  y de sus fortunas y adversidades Todo texto establece un diálogo o un vínculo dialógico con otros textos. Se relaciona con textos anteriores para cuestionarlos, apoyarlos, profundizarlos o imitarlos. Y también anticipa otros posteriores que a su vez le responderán, criticándolo o apoyándolo. Lo que leerán a continuación es un fragmento del Tratado tercero de una novela picaresca española, La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, escrita alrededor de 1523, de autor anónimo, que se relaciona, en tono de parodia, con las novelas de caballería y la literatura épica. En la novela del Lazarillo se narra la vida de un pícaro desde que deja su casa siendo casi un niño y pasa por diferentes amos (representantes de los diversos tipos sociales de la época), de quienes aprende a sobrevivir. En el final de la historia, el protagonista logra tener una posición más acomodada, pero a costa de su honor. TRATADO TERCERO Cómo Lázaro se asentó con un escudero y de lo que le acaeció con él De esta manera me fue forzado sacar fuerzas de flaqueza, y poco a poco, con ayuda de las buenas gentes, di conmigo en esta insigne ciudad de Toledo, adonde, con la merced de Dios, dende a quince días se me cerró la herida. Y, mientras estaba malo, siempre me daban alguna limosna; mas, después que estuve sano, todos me decían: –Tú, bellaco y gallofero eres. Busca, busca un buen amo a quien sirvas. “¿Y adónde se hallará ese –decía yo entre mí–, si Dios agora de nuevo, como crió el mundo, no le criase?”. Andando así discurriendo de puerta en puerta, con harto poco remedio, porque ya la caridad se subió al cielo, topome Dios con un escudero que iba por la calle, con razonable vestido, bien peinado, su paso y compás en orden. Mirome, y yo a él, y díjome: –Muchacho, ¿buscas amo? Yo le dije: –Sí, señor. –Pues vente tras mí –me respondió–, que Dios te ha hecho merced en topar conmigo; alguna buena oración rezaste hoy. Y seguile, dando gracias a Dios por lo que le oí, y también que me parecía, según su hábito y continente, ser el que yo había menester. Era de mañana cuando este mi tercero amo topé, y llevome tras sí gran parte de la ciudad. Pasábamos por las plazas do se vendía pan y otras provisiones. Yo pensaba, y aun deseaba, que allí me quería cargar de lo que se vendía, porque esta era propia hora cuando se suele proveer de lo necesario, mas muy a tendido paso pasaba por estas cosas. Literatura “Por ventura no lo ve aquí a su contento –decía yo–, y querrá que lo compremos en otro cabo”. De esta manera anduvimos hasta que dio las once. Entonces se entró en la iglesia mayor, y yo tras él, y muy devotamente le vi oír misa y los otros oficios divinos, hasta que todo fue acabado y la gente ida. Entonces salimos de la iglesia. A buen paso tendido comenzamos a ir por una calle abajo. Yo iba el más alegre del mundo en ver que no nos habíamos ocupado en buscar de comer. Bien consideré que debía ser hombre, mi nuevo amo, que se proveía en junto, y que ya la comida estaría a punto y tal como yo la deseaba y aun la había menester. En este tiempo dio el reloj la una después de mediodía, y llegamos a una casa, ante la cual mi amo se paró, y yo con él, y, derribando el cabo de la capa sobre el lado izquierdo, sacó una llave de la manga y abrió su puerta y entramos en casa, la cual tenía la entrada oscura y lóbrega, de tal manera que parece que ponía temor a los que en ella entraban, aunque dentro de ella estaba un patio pequeño y razonables cámaras. Desque fuimos entrados, quita de sobre sí su capa y, preguntando si tenía las manos limpias, la sacudimos y doblamos y, muy limpiamente soplando un poyo que allí estaba, la puso en él. Y hecho esto, sentose cabo de ella, preguntándome muy por extenso de dónde era y cómo había venido a aquella ciudad. Y yo le di más larga cuenta que quisiera, porque me parecía más conveniente hora de mandar poner la mesa y escudillar la olla que de lo que me pedía. Con todo eso, yo le satisfice de mi persona lo mejor que mentir supe, diciendo mis bienes y callando lo demás, porque me parecía no ser para en cámara. Esto hecho, estuvo así un poco, y yo luego vi mala señal por ser ya casi las dos y no verle más aliento de comer que a un muerto. Después de esto, consideraba aquel tener cerrada la puerta con llave ni sentir arriba ni abajo pasos de viva persona por la casa. Todo lo que yo había visto eran paredes, sin ver en ella silleta, ni tajo, ni banco, ni mesa, ni aun tal arcaz como el de marras. Finalmente, ella parecía casa encantada. Estando así, díjome: –Tú, mozo, ¿has comido? –No, señor –dije yo–, que aún no eran dadas las ocho cuando con Vuestra Merced encontré. –Pues, aunque de mañana, yo había almorzado, y, cuando así como algo, hágote saber que hasta la noche me estoy así. Por eso, pásate como pudieres, que después cenaremos. Vuestra Merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi estado, no tanto de hambre como por conocer de todo en todo la fortuna serme adversa. Allí se me representaron de nuevo mis fatigas y torné a llorar mis trabajos; allí se me vino a la memoria la consideración que hacía cuando me pensaba ir del clérigo, diciendo que, aunque aquel era desventurado y mísero, por ventura toparía con otro peor. Finalmente, allí lloré mi trabajosa vida pasada y mi cercana muerte venidera. Y con todo disimulando lo mejor que pude, le dije: –Señor, mozo soy que no me fatigo mucho por comer, bendito Dios. De eso me podré yo alabar entre todos mis iguales por de mejor garganta, y así fui yo loado de ella hasta hoy día de los amos que yo he tenido. –Virtud es esa –dijo él–, y por eso te querré yo más, porque el hartar es de los puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien. 29 30 La cosmovisión realista y el Realismo “¡Bien te he entendido! –dije yo entre mí–. ¡Maldita tanta medicina y bondad como aquestos mis amos que yo hallo hallan en la hambre!”. Púseme a un cabo del portal y saqué unos pedazos de pan del seno, que me habían quedado de los de por Dios. Él, que vio esto, díjome: –Ven acá, mozo. ¿Qué comes? Yo llegueme a él y mostrele el pan. Tomome él un pedazo, de tres que eran, el mejor y más grande, y díjome: –Por mi vida, que parece este buen pan. –¡Y cómo agora –dije yo–, señor, es bueno! –Sí, a fe –dijo él–. ¿Adónde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias? –No sé yo eso –le dije–; mas a mí no me pone asco el sabor de ello. –Así plega a Dios –dijo el pobre de mi amo. Y, llevándolo a la boca, comenzó a dar en él tan fieros bocados como yo en lo otro. –¡Sabrosísimo pan está –dijo–, por Dios! Y como le sentí de qué pie cojeaba, dime prisa, porque le vi en disposición, si acababa antes que yo, se comediría a ayudarme a lo que me quedase. Y con esto acabamos casi a una. Y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas pocas de migajas, y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado. Y entró en una camareta que allí estaba, y sacó un jarro desbocado y no muy nuevo, y, desque hubo bebido, convidome con él. Yo, por hacer del continente, dije: –Señor, no bebo vino. –Agua es –me respondió–. Bien puedes beber. Entonces tomé el jarro y bebí, no mucho, porque de sed no era mi congoja. Así estuvimos hasta la noche, hablando en cosas que me preguntaba, a las cuales yo le respondí lo mejor que supe. En este tiempo metiome en la cámara donde estaba el jarro de que bebimos, y díjome: –Mozo, párate allí, y verás cómo hacemos esta cama, para que la sepas hacer de aquí adelante. Púseme de un cabo y él de otro, e hicimos la negra cama, en la cual no había mucho que hacer, porque ella tenía sobre unos bancos un cañizo, sobre el cual estaba tendida la ropa, que, por no estar muy continuada a lavarse, no parecía colchón, aunque servía de él, con harta menos lana que era menester. Aquel tendimos, haciendo cuenta de ablandalle, lo cual era imposible, porque de lo duro mal se puede hacer blando. El diablo del enjalma maldita la cosa tenía dentro de sí, que, puesto sobre el cañizo, todas las cañas se señalaban y parecían a lo proprio entrecuesto de flaquísimo puerco. Y sobre aquel hambriento colchón, un alfamar del mismo jaez, del cual el color yo no pude alcanzar. Hecha la cama, y la noche venida, díjome: –Lázaro, ya es tarde, y de aquí a la plaza hay gran trecho. También en esta ciudad andan muchos ladrones, que, siendo de noche, capean. Pasemos como podamos, y mañana, venido el día, Dios hará merced; porque yo, por estar solo, no estoy proveído, antes he comido estos días por allá fuera. Mas agora hacerlo hemos de otra manera. –Señor, de mí –dije yo– ninguna pena tenga Vuestra Merced, que bien sé pasar una noche y aún más, si es menester, sin comer. Literatura –Vivirás más y más sano –me respondió–, porque, como decíamos hoy, no hay tal cosa en el mundo para vivir mucho que comer poco. “Si por esa vía es –dije entre mí–, nunca yo moriré, que siempre he guardado esa regla por fuerza, y aún espero, en mi desdicha, tenella toda mi vida”. Y acostose en la cama, poniendo por cabecera las calzas y el jubón, y mandome echar a sus pies, lo cual yo hice; mas, maldito el sueño que yo dormí, porque las cañas y mis salidos huesos en toda la noche dejaron de rifar y encenderse; que con mis trabajos, males y hambre, pienso que en mi cuerpo no había libra de carne, y también, como aquel día no había comido casi nada, rabiaba de hambre, la cual con el sueño no tenía amistad. Maldíjeme mil veces (Dios me lo perdone), y a mi ruin fortuna, allí lo más de la noche, y lo peor, no osándome revolver por no despertalle, pedí a Dios muchas veces la muerte. La mañana venida, levantámonos, y comienza a limpiar y sacudir sus calzas y jubón y sayo y capa. ¡Y yo que le servía de pelillo! Y vísteseme muy a su placer de espacio. Echele aguamanos, peinose y púsose su espada en el talabarte, y, al tiempo que la ponía, díjome: –¡Oh, si supieses, mozo, qué pieza es esta! No hay marco de oro en el mundo porque yo la diese; mas así, ninguna de cuantas Antonio hizo no acertó a ponelle los aceros tan prestos como esta los tiene. Y sacola de la vaina y tentola con los dedos, diciendo: –¿La ves aquí? Yo me obligo con ella cercenar un copo de lana. Y yo dije entre mí: “Y yo con mis dientes, aunque no son de acero, un pan de cuatro libras”. Tornola a meter y ciñósela, y un sartal de cuentas gruesas del talabarte. Y con un paso sosegado y el cuerpo derecho, haciendo con él y con la cabeza muy gentiles meneos, echando el cabo de la capa sobre el hombro y a veces so el brazo, y pon iendo la mano derecha en el costado, salió por la puerta, diciendo: –Lázaro, mira por la casa en tanto que voy a oír misa, y haz la cama y ve por la vasija de agua al río, que aquí bajo está, y cierra la puerta con llave, no nos hurten algo, y ponla aquí al quicio porque, si yo viniere en tanto, pueda entrar. Y súbese por la calle arriba con tan gentil semblante y continente, que quien no le conociera pensara ser muy cercano pariente al conde de Arcos, o, al menos, camarero que le daba de vestir. “¡Bendito seáis Vos, Señor –quedé yo diciendo– que dais la enfermedad y ponéis el remedio! ¿Quién encontrará a aquel mi señor que no piense, según el contento de sí lleva, haber anoche bien cenado y dormido en buena cama, y, aunque agora es de mañana, no le cuenten por muy bien almorzado? ¡Grandes secretos son, Señor, los que vos hacéis y las gentes ignoran! ¿A quién no engañará aquella buena disposición y razonable capa y sayo? ¿Y quién pensará que aquel gentil hombre se pasó ayer todo el día sin comer con aquel mendrugo de pan que su criado Lázaro trajo un día y una noche en el arca de su seno, do no se le podía pegar mucha limpieza, y hoy, lavándose las manos y cara, a falta de paño de manos, se hacía servir de la halda del sayo? Nadie por cierto lo sospechará. ¡Oh Señor, y cuántos de aquestos debéis Vos tener por el mundo derramados, que padecen por la negra que llaman honra, lo que por Vos no sufrirán!”. Anónimo, El Lazarillo de Tormes, Buenos Aires, Longseller, 2007. (Fragmento). 31 La cosmovisión realista y el Realismo 32 Glosario bellaco: malo, pícaro, ruin.  gallofero : vagabundo, que pide limosna. escudero: hombre que por su sangre es noble e ilustre. menester : necesidad de algo.  poyo: banco de piedra o yeso que se ubicaba cerca de la puerta de entrada. escudillar la olla: comer lo que hay dentro de la olla. no ser para en cámara: no ser cortés. silleta: especie de piedra que se usaba para moler algunos comestibles. tajo: elemento utilizado para cocinar, que consistía en una madera que se utili- zaba para cortar los pedazos de carne. arcaz : caja generalmente de madera que se usaba para guardar dinero o cosas de valor. como el de marras: como el de antes. cañizo: hecho de cañas. alfamar : manta o cobertor. capear : robar capas, especialmente de noche. calza y jubón: calzón ajustado y vestido ajustado que se ponía sobre la camisa. rifar y encenderse: pelear, molestarse, enojarse. servía de pelillo: ayudaba en cosas de poca importancia. talabarte: cinturón. sartal: rosario. halda: falda. a 1. Con los elementos que presenta el relato, traten de reconstruir cuáles eran las características de la sociedad representada en el fragmento leído. Tengan en cuenta los ámbitos descriptos, las costumbres y los personajes presentados en el fragmento. 2. Describan cómo es el protagonista del tercer tratado del  Lazarillo. Caractericen al personaje y digan cuál es el objetivo o deseo que persigue. ¿Quién o quiénes lo ayudan a cumplir con ese objetivo? ¿Quiénes se oponen?  3. ¿Cómo se describe al escudero? ¿Qué rango social tiene? ¿Cuál es su realidad cotidiana? ¿Cómo es su casa? 4. Reflexionen acerca de cuáles son las razones que llevan al escudero a cuidar con tanto esmero su apariencia externa.  5. ¿Qué une a Lázaro con el escudero? 6. ¿Quién narra la historia? ¿Qué aporta ese punto de vista? 7. Identifiquen y expliquen las reflexiones a las que llega Lázaro luego de conocer la verdadera realidad del escudero. 8. ¿Qué es la honra para el escudero? ¿Y para Lázaro? 9. Identifiquen en el fragmento leído los recursos humorísticos utilizados. 10. Debatan entre ustedes la siguiente afirmación en relación con el fragmento leído: “Lázaro aprende que la gloria de este mundo se basa en la mera apariencia”. Literatura La novela picaresca La novela picaresca se reconoce como un género español, surgido en el siglo xvi con la publicación de  La vida del lazarillo de Tormes, que parte de una mirada realista y propone como protagonista a un personaje marginal, un hombre común, un antihéroe. Esta perspectiva se opone a la visión idílica de las novelas de caballería y de los poemas y novelas pastoriles de la época. En el  Lazarillo de Tormes, el antihéroe es un pícaro, es decir, un muchacho que como único medio de vida, se pone al servicio de muchos amos. Esta visión realista presenta ambientes y personajes pertenecientes al orden cotidiano, y la marginación social es el marco de las novelas picarescas. Este encuadre realista responde a la conflictiva situación que vivía la mayor parte de Europa en ese momento: el surgimiento de la burguesía marca un nuevo orden social, se terminan los grandes feudos y pierde vigencia el vasallaje, con lo cual, muchos campesinos pierden su medio de vida y la protección del señor, queda ndo librados a su suerte y, por lo tanto, a sufrir más pobreza y necesidades. Así, las figuras del pícaro y del vagabundo se hicieron habituales en las ciudades, donde ellos acudían en busca de caridad. La picaresca presenta una ácida crítica social dirigida hacia los estamentos privilegiados de esa época, como el clero y la nobleza. Esta crítica social que planteaba la novela picaresca, sobre todo hacia la Iglesia, era una audacia para el siglo xv i. Este género de novelas se asocia con el Barroco por la intensificación de la visión pesimista y desconfiada del mundo, ratificada por la crítica social que se presenta en ella. Características de la novela picaresca • • • • • • • El protagonista es un pícaro, un antihéroe. La visión del mundo es realista. El relato es ficticio. La forma es autobiográfica, es decir, contada en primera persona. En contraste con las historias de héroes épicos y caballeros contadas por narradores en tercera persona, en este caso es el propio protagonista el que cuenta su historia caracterizada por las trampas y la desventura. La estructura es episódica, es decir, se organiza en episodios, o de estructura abierta. Esto permitía la posibilidad de continuación. La intención es crítica y moralizante. Se destaca el pensamiento crítico ya que en estas novelas se problematiza la condición del hombre y del español, representados tanto por el pícaro como por los personajes que aparecen con él, que funcionan como testigos de la caída de los valores tradicionales de una sociedad y del triunfo del dinero como valor supremo. La deshonra y el deshonor son los elementos clave de la identidad del pícaro. El origen de los pícaros es el de la marginalidad ya que sus padres suelen ser ladrones. 33 34 La cosmovisión realista y el Realismo  La vida de Lazarillo de Tormes Esta novela se publica anónimamente en España aproximadamente en el año 1554, es decir, en pleno apogeo del Renacimiento español. La novela se divide en siete tratados o capítulos de diferente longitud y tiene un prólogo en el que se enuncia el objetivo del relato y la intención. En esta novela se cuenta la historia de Lázaro. En el primer tratado aparece el relato de su niñez y cómo se tiene que poner al servicio de un ciego para poder sobrevivir. En los siguientes capítulos se narran las diferentes “hazañas” y los diversos amos (ciego avaro, clérigo egoísta, escudero pobre, buldero mentiroso, entre otros) por los que tiene que pasar para vivir miserablemente, hasta adquirir una situación más acomodada, pero deshonrosa. La originalidad de la elaboración novelística de esta obra consiste en fusionar el realismo y el libro de burlas. Aparecen en la novela personajes populares, prototipos, como la pareja ciego–criado, en la que el ciego es representado como un avaro, y el criado, como alguien que, acuciado por el hambre, tiene que afinar su sagacidad para poder sobrevivir. También el personaje del escudero, representado por un hidalgo pobre y hambriento, pero orgulloso, era un personaje muy corriente durante el siglo xv i. Estos estereotipos sociales eran fácilmente reconocibles para el lector de ese momento. Además de presentar al pícaro como un joven que sirve sucesivamente a varios amos y que sufre desventuras, esta novela introduce un personaje, la figura del “mozo de ciego”, que protagoniza la historia y que con su nombre, Lázaro, va a salir de la literatura y se va a convertir en un personaje emblemático. Algunos elementos emparentan esta obra con la novela moderna: el realismo psicológico de sus personajes y la minuciosidad descriptiva de los rasgos físicos. Parte de su modernidad consiste, justamente, en la creciente autonomía de sus personajes. Ya no son personajes subordinados a un autor, como lo eran en la época previa al Renacimiento, sino que, en el Lazarillo, esta emancipación de los personajes de ficción radica justamente en que el anónimo autor cede la palabra a su protagonista con la finalidad de que cuente a su manera sus fortunas y adversidades. Se presenta un relato en donde las acciones no son externas a los personajes, sino que, por el contrario, su participación en el mundo creado va construyendo su evolución como personaje. La utilización de la primera persona radicaliza esta idea de autonomía del protagonista, sumándole cierto rasgo de “veracidad” a la historia. Además, la introducción de la forma autobiográfica fue un aporte decisivo a la novela moderna, en contraposición al relato heroico, por ejemplo, que era contado en tercera persona. Literatura Algo importante ha ocurrido, sin duda. Algo tan aparentemente sencillo, sin embargo, como el descubrimiento por parte del narrador de que el mundo circundante puede ser ámbito de la ficción y de que los vecinos del lector pueden ocuparlo con peripecias interesantes. El Lazarillo ha revelado que cuanto pasa o puede pasar al lado es capaz de subyugar con más fuerza que las cuitas de azarosos peregrinos, pastores refinados o caballeros andantes por la utopía y la ucronía. Ha sido obra de aquel genial desconocido que ha afrontado el riesgo de introducir la vecindad del lector en el relato e instalar en ella su propia visión de un mundo ya no remoto e improbable, sino abiertamente comprobable. Autor, personajes y público habitan un mismo tiempo y una misma tierra, comparten un mismo censo y han de ser otras sus mutuas relaciones. El riesgo estriba en que la visión personal del escritor no tiene por qué coincidir con la particular del lector; sus respectivos puntos de vista pueden ser discordantes y hasta hostiles, por cuanto ya no los aúna lo consabido y lo coaceptado. De ahí que Lázaro se vele, hable con segundas intenciones, pero que, osadamente, avise de ellas: quiere que sus cosas se aireen, “pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le ayude, y a los que no ahondaren en tanto, los deleite ”. Tal propuesta de dos lecturas es el signo de la nueva edad, porque el escritor ya no repite siempre enseñanzas inmutables, sino que aventura con riesgo su propio pensamiento. (…) A partir de los estudios de Bajtin, se ha caído en la cuenta de la íntima relación que existe entre el descubrimiento de lo cotidiano como objeto del relato y la irrupción de lo que él llamó polifonía lingüística. En efecto, la narración mundial, que se había movido en ámbitos y tiempos indefinidos o inaccesiblemente lejanos, podía y hasta debía emplear un idioma muy distante del común y ordinario, fuertemente retorizado, abismalmente remoto. Pero el Lazarillo se propone contar peripecias muy poco maravillosas, que ocurren entre Salamanca y Toledo, en años precisos del reinado de Carlos I, acaecidas a un muchacho menesteroso que sirve a amos ruines. No es posible narrar sus cuitas y reproducir las palabras con los primores y ornamentos que se aprendían en las escuelas de latinidad. Al introducir la verdad de la calle y de los caminos penetra en el relato la verdad del idioma. Tímidamente aún en el Lazarillo; con decisión en el Guzmán; plena y extensamente con el Quijote. Cuando se asegura que este funda la novela moderna, esto es esencialmente lo que quiere afirmarse: que Cervantes ha enseñado a acomodar el lenguaje a la realidad del mundo cotidiano. Y algo muy importante: que ensancha el camino abierto por el autor anónimo y por las primeras novelas picarescas; ha respetado, se diría que exhibitoriamente, la libertad de sus criaturas de ficción.  Fernando Lázaro Carreter, “Estudio preliminar”, en Don Quijote de la Mancha , Barcelona, Instituto Cervantes, 1998. • Identiquen los rasgos de la novela picaresca que aparecen en el fragmento leído del Lazarillo. • ¿Cuáles son los rasgos realistas que presenta el Lazarillo? • Fernando Lázaro Carreter señala: “…la visión personal del escritor no tiene por qué coincidir con la particular del lector; sus respectivos puntos de vista pueden ser discordantes y hasta hostiles. (…) Tal propuesta de dos lecturas es el signo de la nueva edad, porque el escritor ya no repite siempre enseñanzas inmutables, sino que aventura con riesgo su propio pensamiento”. Debatan entre ustedes los sentidos de esta afirmación. 35 36 La cosmovisión realista y el Realismo En cine la mirada realista tuvo diversos exponentes y épocas. Después de terminada la Segunda Guerra Mundial apareció en Italia un cine con un alto contenido social, que representaba la dura realidad de la posguerra, al que se denominó “neorrealista”. Este nuevo cine se caracterizó por presentar historias de los sectores sociales y económicos más desfavorecidos, y proponía reflexionar acerca de los cambios en los sentimientos y en las condiciones de vida marcados por la frustración, la pobreza, la desesperación. Las películas neorrealistas cuestionaron el rol del cine como mero entretenimiento, proponiendo que el público se enfrentara con su propia realidad. Las películas se rodaban fuera de los estudios, es decir, en exteriores, en marcos naturales, como por ejemplo, en las calles de las ciudades, con participación de actores no profesionales, sobre todo, en los papeles secundarios. Los directores y algunas de sus películas más representativas de este cine fueron: Roma, ciudad abierta (Roma, cittá aperta, 1945 ), de Rosellini, considerada un alegato humanista ya que plantea que la justicia y los derechos humanos son los únicos recursos para lograr la paz y el entendimiento entre los hombres; La terra trema (1948), dirigida por Visconti, está protagonizada por actores no profesionales; Ladrón de bicicletas (1948), de Vittorio de Sica, en la que se refleja con veracidad la vida entre los desocupados en la Italia de la posguerra, y  Alemania año cero (Germania, anno zero, 1947), también de Rosellini, con un fuerte contenido antinazi. Los primeros tiempos de Federico Fellini, al que apadrinaba Rosellini, desde la película Luci del varietà (1950) hasta La dolce vita (1961), pueden considerarse neorrealistas. La cosmovisión realista que aparece en la literatura de diversas épocas plantea diferentes interrogantes según cada contexto de producción y de recepción. En las obras surgidas durante el Renacimiento y a comienzos del Barroco, en un contexto de profundas crisis sociales y económicas, la literatura tiene un alto contenido social que pareciera instalar la pregunta política: ¿La dura realidad se puede transformar? ¿Son incompatibles la realidad y el deseo? Durante el siglo xix , cuando surge el movimiento realista en la literatura, también se hace evidente la cuestión social con un fuerte sentido crítico. Los marginados de la sociedad, los sectores menos favorecidos son los protagonistas de la literatura. Es un momento de cambios en el que también se impone el cuestionamiento político: ¿es posible la transformación social? ¿Los hombres están condenados a sufrir la opresión o pueden cambiar activamente el sistema? Literatura Conejo Y cualquiera que escandalizare a uno de estos pequeños que creen en mí,  mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno,  y se le anegase en el profundo de la mar. Mateo, XVIII: 6 No va a venir. Son mentiras lo de la enfermedad y que va a tardar unos meses; eso me lo dijo tía, pero yo sé que no va a venir. A vos te lo puedo decir porque vos entendés las cosas. Siempre entendiste las cosas. Al principio me parecía que eras como un tren o como los patines, un juguete, digo, y a lo mejor ni siquiera tan bueno como los patines, que un conejo de trapo al final es parecido a las muñecas, que son para las chicas. Pero vos no. Vos sos el mejor conejo del mundo, y mucho mejor que los patines. Y las muñecas tienen esos cachetes colorados, redondos. Caras de bobas, eso es lo que tienen. A mí no me importa si no está. Qué me importa a mí. Y no me vine a este rincón porque estoy triste, me vine porque ellos andan atrás de uno, querés esto y qué querés nene y puro acariciar, como cuando te enfermás y andan tocándote la frente, que parece que los tíos y los demás están para cuando uno se enferma y entonces todo el mundo te quiere. Por eso me vine, y por el estúpido del Julio, el anteojudo ese, que porque tiene once años y usa anteojos se cree muy vivo, y es un pavo que no ve de acá a la puerta y encima siempre anda pegando. Se ríe porque juego con vos, mírenlo, dice, miren el nenito jugando al arrorró. Qué sabe él. Los grandes también pegan. Las madres, sobre todo. Claro que a todos los chicos les pegan y eso no quiere decir nada, pero igual, por qué tienen que andar pegando siempre. Vos, por ahí, vas lo más tranquilo y les decís mirá lo que hice, creyendo que está bien, y paf, un cachetazo. Ni te explican ni nada. Y otras veces puro mimo, como ahora, o como cuando te hacen un regalo porque les conviene, aunque no sea Reyes o el cumpleaños. Yo me acuerdo cuando ella te trajo. Al principio eras casi tan alto como yo, y eras blanco, más blanco que ahora porque ahora estás sucio, pero igual sos el mejor conejo de todos, porque entendés las cosas. Y cómo te trajo también me acuerdo, tomá, me dijo, lo compré en Olavarría. El primo Juan Carlos que vive en Olavarría a mí nunca me gustó mucho: los bigotes esos que tiene, y además no es un primo como el Julio, por ejemplo, que apenas es más grande que yo. Es de esos primos de los padres de uno, que uno nunca sabe si son tíos o qué. Era una caja grande, y yo pensaba que sería un regalo extraordinario, algo con motor, como el avión del rusito. Pero era liviano y cuando lo desaté estabas vos adentro, entre los papeles. A mí no me gustaba un conejo. Y ella me dijo por qué me quedaba así, como el bobo que era, y yo le dije que esto no me gusta para nada a mí, mirá la cabeza que tiene. Entonces dijo desagradecido igual que tu padre. Después, cuando papá vino del trabajo, todavía estaba enojada y eso que había estado un mes en Olavarría, lejos de papá, y que papá 37 38 La cosmovisión realista y el Realismo siempre me dice escribile a tu madre que la extrañamos mucho y que venga pronto, pero es él el que más la extraña, me parece. Y esa noche se pelearon. Siempre se pelean, bueno: papá no, él no dice nada y se viene conmigo a la puerta o a la placita Martín Fierro que papá me dijo que era un gaucho. A papá tampoco le gustó nunca el primo Juan Carlos. Y yo no te llevo a la placita, pero porque tengo miedo que los chicos se rían. Ellos qué saben cómo sos vos. No tienen la culpa, claro, hay que conocerte. Yo, al principio, también me creía que eras un juguete como los caballos de madera, o los perros, que no son los mejores juguetes. Pero después no, después me di cuenta que eras como Pinocho, el que contó mamá. Ella contaba cuentos, a la mañana sobre todo, que es cuando nunca está enojada. Y al final vos y yo terminamos amigos, mejor que con los amigos de verdad, los chicos del barrio d igo, que si uno no sabe jugar a la pelota en seguida te andan gritando patadura, andá al arco querés, y malas palabras y hasta delante de las chicas te gritan, que es lo peor. Una vez me dijeron por qué no traés a tu hermanito para que atajen juntos, y se reían. Por vos me lo dijeron, por los dientes míos que se parecen a los tuyos. Me parece que te trajeron a propósito a vos, por los dientes. Ellos vinieron todos, como cuando la pulmonía. Y puro hacer caricias ahora, se piensan que uno es un nenito o un zonzo. O a lo mejor saben que sé, igual que con los Reyes y todo eso, que todo el mundo pone cara de no saber y es como un juego. Y aunque el Julio no me hubiera dicho nada era lo mismo, pero el Julio, la basura esa, para qué tenía que venir a decirme. Era preferible que insultara o anduviera buscando camorra como siempre y no que viniera a decir esa porquería. Si yo ya me había dado cuenta lo mismo. Papá está así, que parece borracho, y dice hacerme esto a mí. Y ellos le piden que se calme, que yo lo estoy mirando. Entonces me vine, para hablar con vos que lo entendés a uno y sos casi mucho mejor que el tren y ni por un avión como el del rusito te cambiaba, que si llegan a imaginar que yo te iba a querer tanto no te traen de regalo, no. Y nadie va a llorar como una nena porque ella esté enferma y no puede volver por un tiempo. Y si son mentiras mejor. Oscarcito tampoco lloraba. Ese día también había venido mucha gente, pero era dist into. En la sala grande había un cajón de muerto para la mamá de Oscarcito. Estaba blanca. Oscarcito parecía no entender nada, nos miraba a todos los chicos, pero no lloró, le decían que la mamá de él estaba en el cielo. Y esto es distinto. Mi mamá no está en el cielo, en Olavarría está . El Julio, la basura esa de porquería me lo dijo, pero a lo mejor se fue enferma a algún otro lado y por qué no puede ser. Todos lo dicen. Todos menos el primo Juan Carlos, que tampoco está. Y mejor si no está, que a mí no me gustó nunca por más que ella dijera tenés que quererlo mucho, y una vez que yo fui a Olavarría no los dejaba que se quedaran solos. Andá a jugar al patio, siempre querían que me fuera a jugar al patio: ella también. Y después puro regalar conejos, sí. Se creen que uno no se da cuenta, como ahora, que si estuviera enferma no sé para qué le andan aconsejando a papá y él me mira, y se queda mirándome y me dice hijo, hijo. Y a veces me dan ganas de contestarle alguna cosa, pero no me sale nada, porque es como un nudo. Por eso me vine. Y no para llorar tranquilo sin que me vean. Me vine porque sí, para hablar con Literatura vos que lo entendés a uno y sos el mejor conejo de todos, el mejor del mundo con esas orejas largas, y dos dientes para afuera, como yo cuando me río. Me parece que no me voy a reír nunca más en la vida yo. Eso es lo que me parece. Y al final a nadie se le importa un pito de los dientes, porque yo te quiero lo mismo y te quiero porque sí, porque se me antoja. No porque ella te trajo y mejor si no va a volver. Ojalá se muera. Y lo que estoy viendo es que esa cabeza que tenés no es nada linda, no, y, si quiero vamos a ver si no te tiro a la basura, que al final de cuentas nunca me gustaste para nada vos. Y lo que vas a ganar es que te voy a romper todo, los dientes, y las orejas y esos ojos de vidrio colorado como los estúpidos, así, sin que me dé ninguna gana de llorar ni nada, por más que te arranque el brazo y te escupa todo, y vos te creés que estoy llorando, pero no lloro, aunque te patee por el suelo, así, aunque te salga todo el aserrín por la barriga y te quede la cabeza colgando, que para eso tengo el tren y los patines y... Abelardo Castillo, Las otras puertas, Buenos Aires, Seix Barral, 1999. a I. Análisis de textos 1. Investiguen en Internet (en: aparecen entrevis- 2.  3. 4.  5. 6. 7. 8. 9. tas y la voz del autor leyendo algunos de sus textos) o en alguna biblioteca acerca de Abelardo Castillo, y escriban una biografía del autor y un contexto de la obra. Después de haber leído atentamente dos veces el cuento, interpreten los posibles sentidos del epígrafe. Identifiquen las marcas del paso del tiempo en el relato. ¿En qué momento de la vida del protagonista transcurre la historia contada? ¿Qué datos anteriores aparecen en el presente del relato? ¿Quién es el narrador de la historia? ¿Desde qué punto de vista se relatan los hechos? ¿Qué efecto produce esa perspectiva? ¿Cómo se describe la relación con la madre? Los hechos, ¿se presentan ordenados cronológicamente? Escriban los núcleos narrativos y realicen la secuencia narrativa del relato. Analicen y caractericen los personajes del cuento. ¿Cuál es el objetivo del protagonista? ¿Quién lo ayuda para cumplir ese deseo? ¿Quién se opone? Describan el marco en que transcurre la historia. Identifiquen los rasgos realistas del relato. 39